El brillante joven matemático catalán que quiere descifrar lo que mueve el mundo
Xavier Ros-Oton ha sido galardonado 'ex aequo' con el Premio Nacional de Investigación 2024 en el Talent Jove


Barcelona"Las matemáticas son muy creativas, contienen una gran belleza", asegura con una sonrisa franca Xavier Ros-Oton (Barcelona, 1988). Nada que ver, insiste, con lo que de pequeños aprendemos en la escuela: cálculo, cálculo, cálculo, ecuaciones, fórmulas, algoritmos que no sabes para qué sirven... Por eso a él, aunque le iban muy bien desde niño y tenía una madre profesora precisamente de esta asignatura, lo cierto es que no le atraían demasiado.
La primera vez que se sorprendió disfrutando fue durante unas pruebas canguro, en la ESO, una especie de concurso preuniversitario para acercar esta disciplina a los jóvenes. "Recuerdo que nos plantearon problemas interesantes, de pensar, de resolver, de deducir, de razonamiento lógico y eso me impactó. Por primera vez vi la parte bonita de las matemáticas", reconoce.
Este joven, hoy profesor de investigación ICREA y catedrático del departamento de Matemáticas e Informática de la Universidad de Barcelona, arrasó en las canguro, y de ahí saltó a las olimpiadas catalanas, españolas e internacionales. Desde entonces, su vida ha estado ligada a las matemáticas, en las que se doctoró en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). También ha investigado sobre esta disciplina en la Universidad de Texas, en Austin (EE.UU.) y en la Universidad de Zúrico. Es un referente internacional: es el matemático joven más citado del mundo y está considerado uno de los más brillantes del planeta.
Sus trabajos son una referencia mundial en el ámbito de las ecuaciones en derivadas parciales, "las ecuaciones que mueven el mundo", como a Ros-Oton le gusta definirlas, y que constituyen el lenguaje con el que se escriben la mayoría de las leyes de la física, de la biología, la salud o las finanzas. Por eso este año ha sido galardonado ex aequo en la categoría de Talento Joven por los Premios Nacionales de Investigación, la distinción más importante que otorga nuestro país en materia científica, y que está impulsada por la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación y la Consejería de Investigación y Universidades. Tiene el honor, además, de convertirse en el primer matemático que la recibe en la categoría joven.
"Los galardones son un reconocimiento a todas las personas con las que colaboro y mis alumnos", afirma, y asegura que las matemáticas son, seguramente, la ciencia más colaborativa. "No tenemos laboratorios, toda la investigación y los artículos los hacemos trabajando con la pizarra; viajando para reunirnos, explicándonos todo lo que sabemos para, entre todos, resolver un problema, no para ganar el de al lado".
Matemáticas en la política
Las EDP, como se conoce en jerga científica el campo que investiga desde su despacho de la UB, sólo equipado con una pizarra de las antiguas (verdes y de yeso) y un ordenador, se originaron de la física en el siglo XVII. Cada teoría física tiene una ecuación fundamental relacionada, por ejemplo, la dinámica de fluidos y las ecuaciones de Navier-Stokes; la relatividad y las ecuaciones de Einstein; o la mecánica cuántica y las ecuaciones de Schrödinger.
Los matemáticos estudian estas ecuaciones e intentan entenderlas. "Desarrollamos la teoría matemática necesaria para poder aplicarlas", explica este matemático. Por ejemplo, los mercados financieros utilizan un tipo de EDP llamadas Black-Scholes, que son un modelo matemático que explica la dinámica del mercado financiero. Pero de hecho están presentes en casi todas las áreas del conocimiento. Se utilizan para estudiar las dinámicas de poblaciones en biología, y para realizar previsiones relacionadas con la crisis climática y con la meteorología. También para diseñar la aerodinámica de un avión o coche. E incluso se pueden utilizar para tomar mejores decisiones.
"Nos iría mucho mejor si nuestros políticos tuvieran conocimientos científicos y matemáticos", considera este joven, que pone como ejemplo al expresidente estadounidense Barack Obama. "Tenía pensamiento científico, tomaba decisiones sobre la base de probabilidades matemáticas. Consultaba con expertos, se basaba en algoritmos para calcular opciones y no le fue nada mal", piensa Ros-Oton, para quien las matemáticas deben tener un peso decisivo en cualquier toma de decisiones y previsiones estratégicas de futuro, más aún con la irrupción.
"En las escuelas, por ejemplo, se podría aplicar para prever a aquellos estudiantes que tienen más riesgo de fracaso escolar en un futuro para poner los recursos necesarios y evitarlo. O para detectar problemas de forma precoz. La estadística es una herramienta muy potente", explica, y añade que en EEUU ya se aplica para descubrir y fichar a jugadores. También nos encontramos con empresas como Netflix que utilizan las matemáticas para adelantarse a los clientes que tienen más probabilidades de darse de baja del servicio para ofrecerles recomendaciones que les peguen y así evitarlo.
Paradójicamente, explica este investigador, aunque la demanda de matemáticos ha crecido muchísimo en la última década, las universidades catalanas no ofrecen más plazas para estos estudios. "Sumando las tres facultades (UPC, UB y UAB) siguen existiendo 300 plazas, muchas menos que las de psicología de la UB. Tenemos el mismo número de estudiantes que hace treinta o cuarenta años. Y eso es un problema", dice. Las chicas también han dejado de verlas atractivas. "El hecho de que las matemáticas se hayan equiparado a las ingenierías y otras carreras técnicas hace que se vean más competitivas. Y como contrapartida ha aumentado la brecha entre ambos géneros", concluye.