El plan catalán para 'robar' científicos en EEUU prevé 45 contratos de larga duración en tres años
El Govern ampliará las plazas a cuatro convocatorias con 30 millones de euros, que incluirán incentivos a medida
BarcelonaEl presidente norteamericano, Donald Trump, parece decidido a declarar la guerra a la ciencia y el resto del mundo lo mira con preocupación por el impacto que puede tener en la salud global, pero también como una oportunidad para captar talento investigador para su país Ante este escenario, el Gobierno no quiere perder pistonada y ha preparado un plan al otro para atraer a 78 investigadores en los próximos tres años. Para ello, destinará 30 millones de euros a cuatro convocatorias de investigación para crear plazas específicas para científicos que ahora mismo trabajan en Estados Unidos, 45 serán de larga duración (algunas indefinidas) y 33 tendrán una duración de tres años.
El programa Catalunya Talent Bridge se empezará a desplegar este mismo año y tendrá convocatorias anuales hasta el 2028, según ha explicado este miércoles la consejera de Investigación y Universidades, Núria Montserrat. El presupuesto, de 30 millones de euros –anunciado hace semanas por el presidente Illa–, servirá para fortalecer las convocatorias de investigación que funcionan dentro del sistema de investigación catalán. De momento, este 2025 se abrirán 17 nuevas plazas del programa Beatriz de Pinós y del CERCA (11 y 6, respectivamente) sólo para científicos que actualmente trabajan en centros de investigación y universidades de Estados Unidos.
A partir del próximo año la previsión del departamento es ofrecer 26 nuevas plazas anuales cada año para atraer a investigadores que vean con buenos ojos un cambio de aires ante el negacionismo científico de la administración Trump, sea porque son catalanes y quieren volver a casa, sea porque son extranjeros que quieren reubicarse en territorio catalán. Para ello, la Generalitat ha aumentado el número de plazas de las convocatorias para trabajar en las 12 universidades catalanas, los 42 centros CERCA y tres infraestructuras líderes: el Sincrotrón Alba, el Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación y el Centro Nacional de Análisis Genómico.
Diferentes perfiles e incentivos a medida
La consellera ha explicado que el objetivo del plan es incorporar distintos perfiles de investigador, desde personas jóvenes con gran proyección hasta veteranos ya consolidados. Por ejemplo, la convocatoria Beatriz de Pinós, dirigida a investigadores posdoctorales, pasará de ofrecer anualmente 54 plazas a ofrecer 65 hasta el 2028. Estas ayudas tienen una duración de tres años y están pensadas para científicos jóvenes. Por otra parte, el Plan Serra Húnter, dirigido a personal docente e investigador con experiencia académica internacional, ofrecerá 14 plazas, cuando hasta ahora ofrecía 10. Las plazas del programa ICREA, para investigadores de excelencia, pasan de 20 plazas anuales a 25, y los centros de investigación CERCA tendrán 6 nuevas.
En total, el Govern abrirá 26 plazas nuevas durante los próximos tres años (un total de 78) para científicos de Estados Unidos con los que quiere "demostrar que Catalunya no es espectadora de los cambios globales, sino una protagonista activa", según ha defendido la consellera. El programa también incluirá incentivos personalizados para los investigadores de EE.UU. que se incorporen. El departamento les ofrecerá "fondos de investigación, recursos para la movilidad internacional, acceso a redes de colaboración, formación y acompañamiento" para que se integren bien en el sistema catalán, si bien no ha aclarado cómo lo hará ni la partida económica que destinará. En principio, este presupuesto debe salir también de los 30 millones ya anunciados.
"Una oportunidad inesperada"
Durante la presentación del programa, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha explicado que el Catalunya Talent Bridge busca "aprovechar una oportunidad inesperada" a raíz de las decisiones que ha tomado en materia científica la administración Trump, que desde su llegada ha suprimido aportaciones económicas a proyectos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), ha censurado líneas de investigación relacionadas con la perspectiva científicas, que son indispensables para hacer avanzar el conocimiento en todo el mundo.
Trump también ha suspendido más de 200 subvenciones para investigaciones sobre el VIH y el sida, ha recortado la financiación de proyectos centrados en la Covid-19 y reducirá en unos 400 millones de dólares las ayudas que hasta ahora recibía la Universidad de Columbia a raíz de las protestas propalestinas en su campus. Además, el gobierno estadounidense congeló 2.200 millones de dólares en fondos federales y suspendió 60 millones en contratos federales en Harvard después de que el centro no cediera a la campaña del nuevo gobierno para intentar controlar el funcionamiento de las universidades.
El impacto científico de la vuelta de Trump va más allá del éxodo de trabajadores, los recortes en investigación y el cierre de revistas. En todo el mundo la situación también es de inquietud e incertidumbre por los proyectos compartidos con centros estadounidenses y por la información científica de grandes bases de datos de Estados Unidos que cada día utilizan cientos de investigadores. Perder el acceso a esta información cambiaría el paradigma de la ciencia tal y como la entendemos hoy en día.
El ARA ya se hizo eco delclamor de investigadores catalanesque piden fortalecer las bases de datos europeas para asegurar que podrán seguir trabajando aunque finalmente se cumplan los peores presagios y no puedan acceder a la información de centros de EE.UU. como hasta ahora. Mientras, los gobiernos de todo el mundo se frotan las manos para captar a todos aquellos científicos castigados por las medidas de Trump.