El radar suculento

Biangbiang, los fideos adictivos y hechos a mano que puede comer en Barcelona como si estuviera en China

El West Street es un restaurante de un chaflán de la calle Cartagena que vale la pena visitar por su autenticidad

Los fideos biangbiang, la especialidad del West Street
07/05/2025
3 min

Barcelona"Estoy contento porque hago comida auténtica de mi región de Xi'an. Es exactamente tal y como está allí", me cuenta el apacible cocinero Zhengyu Liu. "Antes de abrir me decían que si abría un restaurante como éste en Barcelona, ​​sin adaptar los gustos a la gente de aquí, solo vendrían chinos, pero yo dije «probémoslo»". En este momento levantamos la vista y miramos el comedor del restaurante West Street (calle de Cartagena, 335) y resulta que de las personas que hay con la cabeza metida en el cuenco mientras junto a sus famosos fideos no hay nadie de origen chino.

Zhengyu Liu en la puerta de la cocina del West Street.

Hace un año y nueve meses que abrió este establecimiento de fideos biangbiang. No era un manjar fácil de encontrar, ya que según me indica Zhengyu Liu, la cocina china que nos ha llegado aquí hasta ahora es sobre todo de regiones del sur. Ahora, sin embargo, esto está cambiando. Han florecido varios establecimientos donde hacen por ejemplo fideos de Lanzhou, como el Yipin Noodles del que hablamos en esta sección. Pero hoy es en Xi'an donde ponemos el ancla. Un lugar famoso por su ejército de guerreros de terracota, que visitaron Barcelona a raíz del Fórum de las Culturas, el evento que marcó una generación que nunca olvidará a Joan Clos bailando en un autobús al ritmo de Carlinhos Brown. Pero volvamos a los adictivos fideos que hoy nos ocupan: los biangbiang.

La pasta, ancha, como debe ser, la hace Liu a mano y los condimentos se les hace llevar de su región, porque de otro modo no podría clavar su auténtico sabor. Un hecho del que esta cronista puede dar fe, puesto que los ha probado en su lugar de origen. Los fideos, que tienen un precio de 8,50 €, pican, pero no es un picante excesivo, sino de aquellos que es placentero y engancha. Recomiendo pedir un platillo de brotes de bambú, que sirven en ración pequeña o grande, para ir alternando y reducir el escozor del picante si tiene un paladar delicado.

Un plato popular

Vamos a palmos. Los fideos biangbiang son una especialidad de toda la región de Shaanxi. Una receta popular que se podía comer tranquilamente en la calle. Una, recogida por el diario China Daily, dice que es una onomatopeya creada del ruido que hacían los cocineros al estirar la pasta y tirarla sobre la mesa. Venga de donde venga, verá que el tamaño del fideo es muy particular.

La presentación de los fideos biangbiang.

Los sirven en un cuenco, con unos brotes de brécol, y encima la mezcla de ingredientes que les darán el sabor tan característico. Hay que remover bien con los palillos, y hacia adentro. Estos fideos no son las únicas especialidades de esta pequeña joya que se encuentra en un chaflán cerca del Recinto Modernista de Sant Pau. También sirven los bocadillos roujiamo (ellos lo escriben rougamo, pero hay que tener en cuenta que al ser nombres adaptados ya es habitual que haya varias versiones). Estos bocadillos redondos y planos, en su mayoría rellenos de carne, son otra especialidad de la región, si bien es cierto que ahora se encuentran en toda China. Estos sí que no pican nada. Además, encontrará unas gyozes que sirven con un tel crujiente, todas integradas en una rueda. No son nada del otro mundo, pero la presentación es hermosa.

En la carta encontrará otros tipos de fideos, que también son buenos. Pero los que realmente hay que probar son los originales biangbiang, que además son los hechos a mano por las diestras manos del cocinero Liu. Él llegó a Barcelona cuando tenía un hijo que llevaba tiempo viviendo allí. Ahora tiene 60 años y dice que le gusta mucho la ciudad. Con la ayuda de un amigo que hablaba bien castellano pudo abrir este restaurante, que tiene siempre cola de gente que quiere comer, o que se les pide para llevar. El restaurante no acepta reservas, pero van a altísima velocidad a distribuir a la gente y servirla.

Brotes de bambú.
Plato de dumplings.

No podemos marcharse sin saber por qué razón el restaurante se llama West Street. Asia que la convertían en una ciudad cosmopolita por la que llegó el cristianismo, el budismo e ingredientes que la gente comía alrededor de la puerta oeste, hecho que da nombre al restaurante. peces se deslumbraban tanto que se olvidaban de nadar.

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