De los bisabuelos a la bisnieta: cien años vendiendo avellanas, vermuts y barquillos en medio de Reus
El colmado Baró abrió en un chaflán emblemático en 1918 y hoy está al frente Nani Baró
ReusTodo empezó en 1918, cuando Josep Baró abrió un colmado en un chaflán emblemático de Reus, entre la calle Galanes y Santa Anna. Y justo por ese buen lugar, la gente de Reus empezó a hacer correr la berrea que los Baró tenían este título por las cuatro esquinas. Por uno y otro se podía entrar –todavía ahora– en el comercio centenario que las ha visto de todos colores pero que ahora se ha quedado con el del futuro emprendedor, porque una nueva generación, con estudios en grados universitarios, se ha puesto al frente. "¿Ves ese cristal sobre la puerta donde se puede leer Jose Baró?", pregunta Nani Baró, la bisnieta del fundador. Nani explica que el régimen franquista hizo borrar la P del final del nombre de pila pero que ellos no terminaron de borrarla del todo. Y otra historia son las letras del rótulo, de un diseño atractivo, en el que no todas están perfiladas enteras pero se lee a la perfección el nombre de Colmado Baró. "Las hizo un familiar que trabajaba en el taller del arquitecto Cèsar Martinell, en Barcelona", explica ahora el padre de Nani, Josep Baró, que el pasado mayo se jubiló con 74 años. Por eso estas letras son tan modernas, parecen de diseño contemporáneo. "Solo las repintamos, y están hechas de madera", añade.
Mientras hemos estado hablando, la tienda ha sido entrar y salir de gente constante. Se acerca Nadal y en el colmado tienen todos los ingredientes de Reus y las comarcas de Tarragona para hacer lucir en la mesa. Las avellanas no faltan, claro, ni los vermuts, que lucen en una cerradura de pared donde se alinean los tintos, los blancos y los rosados. Como las dependientas han visto que mostraba interés, me han ofrecido si quería probar alguno. "Siempre lo hacemos; tenemos una nevera con los vermuts más representativos y los damos a probar por si alguien no acaba de decidirse", explica Nani. Su pareja, Francesc Martí, con quien trabaja en el colmado, me pone en la copa el vermut de Les Cousins, hecho en Falset. No es exactamente un vermut, pero es interesante, como todo lo que hacen los dos primos prodigios, Adrià Pérez y Marc.
Catas como novedad
Justamente las catas de los vermuts y también de otras bebidas, siempre de proximidad, que vienen al colmado es una de las novedades que han incorporado Nani y Francesc. Sigo mirando los vermuts y me encuentro con un reserva especial que vale 20 euros. También me fijo en el vermut Mercadal de Reus, con una bonita ilustración y una historia aún más entrañable. "Es el vermut que elaboran los hijos de los propietarios del colmado Domènech, de aquí Reus, que cerró, pero los hijos hacen vermut y nosotros lo vendemos aquí".
Dejo las baldas de los vermuts y me voy a la de los frutos secos, a granel, ya otras que quedan en un codo entre las dos puertas del colmado. He visto que los clientes se dirigían una y otra vez, así que voy. ¿Cuál es el éxito de este rincón? Las patatas Laurie, de Reus, que vende Maria Candela Palau en una esquina de la plaza del Mercadal. Hay varios tipos: patatas de churrería tradicionales, patatas paja de sabores diferentes (como el de calçot), ruedas... ¡Ay, las ruedas! Levantan pasiones entre los reusenses jóvenes y adultos porque les recuerda su infancia. Me dicen en el colmado que los Laurie son una institución en la ciudad, que no hay fiesta casera sin sus patatas, y que María, la elaboradora y la vendedora, debe conocerse, que es una apasionada de la suya trabajo y que la patatería está abierta en Reus desde hace sesenta y tres años. Siempre impecable. Me han convencido. Iré después de haber visto más maravillas del colmado Barón. Y justo entonces una clienta pide a Nani todos los ingredientes para hacer turrones en casa. Empieza por los dados de naranja confitada, y Nani se los va dando. El colmado te permite comprar a granel justo lo que necesitas. Otro cliente compra los barquillos Farré Gamell, de la Espluga de Francolí, y Josep me dice que trabajan allí desde hace muchos años. Y junto a los barquillos veo los pastelitos de Rasquera, otra institución en las comarcas de Tarragona.
Tengo las cuatro esquinas del colmado bien apamadas, pero me falta preguntar por un refresco envasado en una botella de plástico que he visto que unos jóvenes compraban junto con una botella de vermut. "Compran para hacer el macho, que se prepara con el vermut y la bebida de frutas conocida con el nombre de Plim, y se bebe especialmente por fiesta mayor", dice Nani. No es fiesta mayor, faltan meses para la tormenta, pero estos días de diciembre se acerca una gorda. Por último, una curiosidad, porque hay un patrón que se repite en las compras: el día fuerte es el sábado.