Fogones y deporte

Cinco estrellas Michelin pedaleando en medio del desierto

Sergio Torres, Paco Roncero y el pastelero Lluc Crusellas dejan la cocina unos días para participar en la Titan Desert en Marruecos

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La presentación del equipo KH-7 de la Titan desierto

Barcelona"Llevar un restaurante puede llegar a ser estresante, así que hay que desconectar de vez en cuando. ¿Y qué mejor que ir al desierto?", bromea el cocinero Sergio Torres, que este fin de semana se va a Marruecos para pedalear con una bicicleta entre dunas y dromedarios. Este 28 de abril vuelve la Škoda Titan Desert Marruecos, prueba de ciclismo extremo donde, como cada año, aterrizará el equipo KH-7 liderado por el exciclista profesional Melchor Mauri. Un equipo con 40 participantes donde se unen deportistas de nivel con otros amateurs. Gente que vive del deporte y aquellos que necesitan pedalear siempre que pueden, como los cocineros. "Este año tendremos cinco estrellas Michelin con nosotros", explica Josep Maria Lloreda, presidente de KH Lloreda. Las tres estrellas de Sergio Torres, que este año irá a Titán sin su hermano Javier, ya que éste ha sufrido un pequeño tropiezo físico. A las tres estrellas del restaurante barcelonés de los hermanos Torres hay que sumar las dos de Paco Roncero. Y, claro, la presencia de el de Osona Lluc Crusellas, elegido mejor chocolatero del mundo en el 2022.

Los hermanos Torres, cocineros enamorados del ciclismo
El pastelero Lluc Crusellas fue ciclista de joven

Ciclistas del equipo KH-7 como Josep Betalú y Pilar Fernández buscan ganar en esta carrera que del 28 de abril al 3 de mayo cruza 589 kilómetros en 6 etapas con más de 7.000 metros de desnivel por el desierto de Marruecos. Otros participan en la categoría de bicicleta eléctrica, las e-bikes, como hicieron los hermanos Torres el pasado año. Ahora Javier no puede volver, pero Sergio sí. "Fue imposible de olvidar, esta carrera nos atrapó, y por eso queremos volver. Se ha intentado entrenar lo que se ha podido, pero como estamos en primera fila en el restaurante cuesta. Los lunes intentamos realizar tiradas largas , venimos a trabajar en bici... El primer día será duro, después ya cogeré ritmo", explica Sergio. Javier también estaba entrenando para ir, pero una hernia no le ha dejado volver a Marruecos. Una vez se opere, sin embargo, volverá a lo alto de la bicicleta. "Ya de pequeños papá tenía un terreno y íbamos con la bicicleta arriba y abajo", dice Javier. "Somos aficionados a la bicicleta desde que éramos pequeños, así que poder estar junto a esta gente es bonito. En el restaurante el ritmo es duro, puede ser muy estresante. Mujer felicidad, pero ir a Titán permite estar solo, olvidarse de de muchas cosas, cargar pilas, hacer salud. A todo el equipo del restaurante siempre les decimos que hagan deporte. Siempre que pueden, ruedan por la carretera de las Aguas, compitiendo entre ellos.

Una válvula de escape

La restauración y el deporte siempre han ido de la mano, con cocineros como Nandu Jubany, siempre vinculado al motor, ya que compitió de joven y ahora que puede permitírselo, ha participado en el Dakar. Precisamente un joven que trabajó con Nandu hace años, Lucas Crusellas, prefiere la bicicleta. Su gran pasión junto, por supuesto, con el chocolate. Crusellas abandonó el pasado año, pero este año vuelve cargado de optimismo después de un año en el que le ha cambiado la vida. "Es una válvula de escape, una experiencia genial en la que podemos ir en equipo, que ayuda. Ya les he dicho que les traeré crema de cacao y avellanas a todos para desayunar", dice este pastelero que ama con locura al ciclismo. "De pequeño competía en el ciclismo de carretera. La pasión ya venía de mi padre. Ahora, no di el salto a categoría sub-23, cuando me centré en la pastelería. Hice amigos que ahora compiten, como Kiko Galván , Martí Márquez, con quien viví...", explica sobre el ciclista vallesano del equipo Kern Pharma. Crusellas también conoce al villanovino Marc Soler, así como a otros profesionales de un deporte que le apasiona. "No puedo salir todos los días, ya que tengo una agenda complicada, pero cada semana intento hacer unos 300 kilómetros", dice.

"Creo que lo más positivo que me trajo el ciclismo son los valores de sacrificio, constancia, esfuerzo... tener 14 años y tener que ir a entrenar tú solo, son cosas que me han servido", explica Crusellas, quien de pequeño había llegado a ir al Tourmalet para ver etapas del Tour. Su pasión por el ciclismo es tan grande, que tras ver el éxito de la etapa de la Vuelta Ciclista a Catalunya en el Berguedà de este año, sueña con poder hacer una similar en su casa de Osona. "Llamé a Josep Jufré (exciclista de Osona) y le dije que había que hacer algo similar a Santa Eulalia de Riuprimer", explica. Su reto ahora es poder terminar la Titan Desert en Marruecos, después de no poder hacerlo más adelante. Y quién sabe, quizás en el futuro lo vemos disfrutando de la presencia de la Volta por sus tierras de Osona.

Una apuesta por iniciativas solidarias

Como cada año, el equipo KH-7 aprovecha la Titan Desert para sacar adelante proyectos solidarios. Este año, se trata de Héctor Vargas, sanitario en Murcia, quien participará para concienciar sobre la importancia de las donaciones de órganos. Y en la Moove Foundation, a través de Miguel Rumeu, busca recaudar dinero para la Fundación de la Esclerosis Múltiple (FEM). También repite presencia en el equipo Lester Fernández, un apasionado del ciclismo nacido en Cuba que lleva dos décadas viviendo en Catalunya, y que tiene una discapacidad física del 81% y apenas puede caminar. Fernández, que sufre por andar, puede pedalear bastante bien y ya fue el año pasado en Titán.

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