Restaurante Andreuenc: cocina con corazón cuatribarrado

Susana y Juli están contentos. En enero del año 2023 inauguraron el restaurante Andreuenc en el barrio de su vida. Este restaurante es la continuidad de lo que abrieron hace quince años en Sant Joan Despí, el Niu d'Or, que se convirtió en referencia al Baix Llobregat. Ir y venir cada día se les hacía pesado y la familia Alcoriza decidió abrir su nuevo local en Sant Andreu. Como les ocurrió con el primero, los dos hermanos se han hecho un nombre, esta vez en las calles donde nacieron. Son la tercera generación, todos han nacido y vivido en Sant Andreu. "Para nosotros, es más que un sitio, es un sentimiento. Nuestra tierra es nuestra esencia", afirman ambos. Han fidelizado clientela, en el local ya no hay nadie desconocido, cuando vienes todos los días dejas de ser un extraño para convertirte en parte de la familia. Cada mesa tiene su nombre y su historia; los martes la mesa del final pertenece a Dalia y al señor Osuna. "A ellos no les hables de turnos, van a su ritmo y lo respetamos", dice Susanna, la jefa de sala. José, también cliente, se le conoce como el de la boina, aparece cada miércoles a la una en punto, y Nazària saluda cada día con la misma pregunta: "¡Hoy tiene la rusa con bacalao!?". Se han hecho familia con sólo un año. "Mi hermano hace poesía gastronómica catalana, ¡hace cocina tradicional con manos actuales!", pregona orgullosa Susanna. Juli, el jefe de los fogones, con pasado en las cocinas del Hofmann y el Suquet del Almirante, tiene clara la filosofía, sabe que su éxito son las recetas de su abuela y su madre. "Llorábamos con sus fricandosos, con sus guisos, cuando éramos pequeños. Cuando catas estos platos te teletransportas al pasado y te sientes feliz, porque la infancia era bienestar", dicen los dos hermanos en medio del comedor.

Una gran pizarra preside el local, donde Julio anota y dibuja las recomendaciones del día. "Casi siempre hay bacalao, pescado del día, arroces y alguna carne". Nosotros nos dejamos guiar por la pizarra y por Susanna, que quiere que nos estrenemos con los callos, que nos dejan boquiabiertos a los tres nada más empezar la comida, y la rusa de Nazària. A continuación nos lleva un guiso, el chup-chup de habitas y guisantes con butifarra del perol, que se deshace en la boca. Extraordinaria una de las especialidades de Juli, el arroz con gamba de Palamós, sepia y alioli de azafrán. "Pensáis que durante fin de semana, el 50% de los platos que salen de la carta son arroces, y lo que coméis vosotros, es la estrella", proclama sacando pecho el chef. La dorada al horno en salsa arrabiata abre el fuego de los segundos, que complementamos con las lágrimas que nos caen cuando probamos las albóndigas con gambas y que rematamos con el meloso de bacalao de la abuela Carmen. El postre, leche frita y pannacotta de café, y las últimas gotas de Quarta, un garnacha de la Terra Alta de la cooperativa San José, abren una charla con los dos hermanos que va más allá de la cocina. Como buenos andreuenses, los Alcoriza tienen vinculación afectiva y casi profesional con la Unión Deportiva Sant Andreu (UESA). "Jugué en las categorías inferiores del club, hasta que vi que no era mi futuro", reconoce risueño Juli. Andreuenc es pasión, amor por la cocina de antes, cada plato es un canto gastronómico que deja en la memoria de los hermanos y de quien se le come un rastro del pasado. Como dice la vuelta del himno de la UESA "y los cantos son de amor, porque las cuatro barras las llevamos en el corazón".

Recuerda que la mejor opción para disfrutar de esta propuesta gastronómica son los servicios de Renfe Cercanías