Traspaso

Tramonti, el primer restaurante italiano de Barcelona, busca un nuevo propietario

Está situado en la avenida Diagonal de Barcelona, ​​se inauguró en 1980 y siempre ha unido la buena cocina con la pasión por el arte, que decora todas las paredes

Giuliano Lombardo, en la sala del Tramonti, rodeado de los cuadros de artistas que han comido y al que les ha dedicado platos
30/10/2025
3 min

BarcelonaEl restaurante Tramonti de Barcelona (av. Diagonal, 501), inaugurado en 1980 y considerado el primer italiano de la ciudad, busca un nuevo propietario. El local está en traspaso, aunque no hay ningún rótulo que lo indique ni está cerrado, como asegura la mujer de Giuliano Lombardo. Está en funcionamiento como siempre, con la buena cocina italiana que siempre ha atraído, pero estos días quien no está en la sala es Giuliano Lombardo (75 años) momentáneamente. Se da la circunstancia triste de que su hermano, Franco Lombardo, el cocinero del restaurante, falleció el pasado abril.

Uno de los platos de pasta que se pueden comer, con marisco, y que es uno de los más pedidos junto al plato de pasta dedicado al artista Jaume Plensa

Los hermanos Lombardo llegaron a Barcelona en 1973, y juntos trabajaron en el pub-restaurante Sausolito, donde actuaba el humorista Eugenio. "Era maravilloso, porque servíamos pizzas y platos de pasta y porque si se traspasaba por una u otra puerta se convertía en pub o en restaurante", recordaba Giuliano Lombardo. Con los años le traspasaron, y los dos hermanos se quedaron en el local de la avenida Diagonal, que bautizaron con el nombre de Tramonti. "Yo siempre he hecho de camarero; mi hermano, de cocinero, y desde el primer día atraímos a los italianos, porque entonces había una gran concentración de población italiana en Barcelona", dice el Giuliano, que considera que actualmente ya no hay tantos italianos en Barcelona. Explica que tampoco reciben turistas italianos, "porque no llegan hasta la Diagonal". "La Diagonal ya no es lo que era antes, cuando bares y restaurantes trabajaban bien todos los días, incluidos los fines de semana", afirma. Sin embargo, el Tramonti tiene una clientela fija, que adora los platos que llevan nombres de artistas y otros que son marca de la casa, y mantiene la sala y los reservados del restaurante vivos. De hecho, los reservados del Tramonti son conocidos por estar decorados con las mejores obras, y permiten la calma y el anonimato que se busca en estos espacios.

Para continuar, Giuliano Lombardo, que lleva cincuenta años viviendo en Catalunya, tiene dos hijos, pero, según dice, ninguno de los dos quiere dedicarse a ello. Él ha mantenido la jubilación activa por ir unas horas durante el servicio, al igual que su hermana, con la que también trabaja en la sala, que quizá sea una de las que concentran más obras de arte. "El artista Jaume Plensa nos hizo la carta, y nosotros, a cambio, le dedicamos un plato que lleva su nombre". Se trata de un plato de pasta, ligera, que al propio Plensa le gusta comer. El plato lleva quince años en la carta, y nunca lo han cambiado.

El artista Antoni Tàpies les regaló un cuadro dedicado cuando celebraron su 25 aniversario.

Por su relación con el arte, el Tramonti (que tiene ese nombre para recordar la región natal de los hermanos, Liguria) es un local acogedor, y con mucha historia. Los artistas que han pasado allí han dejado cuadros y han firmado en los libros de cortesía del restaurante, y los propietarios siempre han explicado anécdotas de sus visitas. "Un día vino el creador estadounidense de Pantera Rosa, y también venía a comer Antoni Tàpies, que por eso también tenemos cuadros de él".

Un restaurante italiano pionero

El Tramonti tiene veintitrés mesas, capacidad para sesenta y cinco personas, y actualmente se considera un restaurante mítico porque en su origen, en la era de inicio de los años 80 del siglo pasado, "en Barcelona no había restaurantes italianos, ni tampoco era fácil comprar productos italianos porque la importación iba por cuota", dice el Giuliano.

Sobre los restaurantes italianos actuales de Barcelona, ​​el propietario asegura no conocerlos. Le preguntamos por Lombo, del cocinero Eugeni de Diego, uno de los italianos de prestigio, y también por los restaurantes de los hermanos Colombo, pero dice que no. "No los conozco, no, pese a que me dicen que Barcelona es una de las ciudades donde viven más italianos, pero yo siempre pienso que serán personas con apellidos italianos pero que en realidad son argentinas", comenta.

Por último, el Giuliano comenta cuáles son sus platos preferidos: el tiramisú, por supuesto, los macarrones gigantes y los linguini al pesto, que es un plato de su región natal, Liguria. Y, para beber, el lambrusco Remigio Rosso Secco, que en su carta está a 26 euros. Dice que gustó desde el primer día que le puso en la carta. "Un vino con una burbuja diferente a las suyas", y añade que también fue "el primero" en llevar a Barcelona. "Entonces, lambrusco no había en ningún restaurante de Barcelona". Un restaurante pionero que ahora busca a un nuevo propietario para abrir una nueva etapa histórica.

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