Un vino hecho sobre granito, en el Montsant, que le hará un dibujo en la boca

Son dos amigos, como hermanos, Pep Aguilar y Patri Morillo, que compartieron piso, que siempre ríen, que pasan más rato en el viñedo que en la bodega. Se conocieron haciendo un máster de enología en Barcelona, ​​pero entonces la Universidad Rovira i Virgili fue la primera de España en realizar enología. “Y dijimos: «¡Vamos a Tarragona!»”, hace Pep. "Y empezamos a hacer vendimias en Covides (una cooperativa del Penedès) para pagarnos los estudios, y Sara y René, que estaban metidos en asesoramientos, nos pasaron". Se refiere a Sara Pérez y René Barbier (hijo), que inauguraron esta sección de vinos con alma, y ​​los viernes y sábados asesoraban. Trabajaron en los Costers del Segre, en el Penedès, pero también en Bullas, la más pequeña de las DO murcianas, donde se hacen vinos muy, muy interesantes. Hacían ochenta mil kilómetros al año, seis o siete vendimias al año. Aprendieron —de los errores, de los aciertos— mucho. De modo que terminaron fundando una empresa, "Ya le llamaremos", en honor a las veces que habían ido a buscar trabajo a las bodegas. "Pero asesorando aprendes mucho. Es brutal lo que absorbes, bueno o malo, pero nunca tocas hueso".

“¿Qué queremos estar haciendo dentro de diez años?”, se preguntaron un día. Y fue fácil elegir un sitio: "El Montsant para nosotros es campo base". A través de la gente del Trío Infernal, admirada bodega de Torroja, conocieron la zona del Ródano, Saint-Joseph, Côte-Rôtie... Y se dijeron: "¿Y si hacemos esto en el Montsant, sobre un contexto diferente? Nosotros somos la generación cero. No venimos de familias de vino. Era la época en la que triunfaban los vinos de Parker, y nosotros parkerizábamos. Extracción, madurez... Así empezamos. ¿Pero sabes qué? Nos dimos cuenta de algo ¡Siempre comíamos fuera de casa y los vinos que pedíamos, en el 80% de los casos, eran blancos!Y, en cambio, el 99% de vinos que hacíamos para otros eran tintos!Y decíamos: «Quizá lo que queremos son cosas ligeras, frescas... Y empezamos a rebajar»".

Dureza y electricidad

El vino de hoy se llama Suc de Sauló. En el Priorat, como en otros lugares, el granito se llama sablón. Antes era el "Comunica", el primer vino que hicieron en la bodega. El primero, primerísimo esbozo de un vino sobre granito. Nunca lo habían hecho y los primeros años recibieron —por parte del vino— varios palos. Estaban acostumbrados al calcáreo. "Recuerdo la primera cata de este vino. Estaba en Reus y entre el público había un cantero. Nos dijo: «Id al tanto, que el granito es muy señor»". Es el suelo más duro que hay, por el cuarzo, y el que tiene más capacidad de conducción eléctrica. Quizá por eso es un vino vibrante.

Es garnacha peluda, de unos viñedos de cincuenta y cinco años, y de cariñena, de sesenta. Imagínense un vino del estilo de Burdeos. Pues éste es la otra cara. Ligero. Enseguida se les quedará en medio de la boca. Con rectitud. dibujo.Te va arriba de la boca y allí te marca, siempre, líneas rectas.Pero no te la seca.Ha pasado dos años en acero inoxidable, pero la primera añada, por ejemplo, sólo estuvo uno "Todo rebotaba, todo él era una guindilla... No le habíamos dado tiempo para que se calmara".

Si ahora lo probaran, pero -la primera añada es del 2010-verían como se aguanta, de pie. de Sauló de hoy, dentro de diez años, será finísimo y será néctar, pero el vino no es necesario guardarlo, lo que hace falta —y con éste debe ser así— es fomentar que haya momentos especiales siempre para abrirlo.Tienen en sus manos un vino sin ego, feliz, eléctrico, con poca graduación —lo que tiene menos graduación de todos los que han hecho— porque, por el clima, con doce y medio o trece ya era una maravilla . La añada que tienen en la copa, la veintiuno, es muy fresca. Ojalá todas las añadas fueran como aquélla. En Falset cayeron mil litros. Yo lo destaparía con un pez —sí, sí— como un dentol a la brasa, pero también con una tripa, qué caray. Un vino crujiente y eléctrico, lleno de alegría y de complejidad, de madurez, sincero y guapo, porque se ríe. El vino de dos amigos que te abren la puerta y te dicen: “Pasa, sé feliz”.

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