Tu 'foodie' de cabecera

Zaza: una ventana italiana en el Poble-sec

Un espacio pequeño para los amantes del vino natural y la cocina del país transalpino hecha con producto catalán

4 min
El plato de 'agretti' que preparan en el Zaza cocina y vino.

Hoy hablamos de un local diminuto. Apenas caben 11 personas sentadas y miden unos 35 metros cuadrados. Esta pequeña joya convive muy de cerca con la masificación de la calle Blai, pero el perfil de cliente que tienen suele ser gente que sabe perfectamente adónde va. Y en caso de que llegue algún guiri, son de los visitantes informados que valoran la calidad. El Zaza, cocina y vino (calle Poeta Cabanyes, 43) es un bar de vinos naturales y tapas de temporada pasadas por la criba de la gastronomía italiana.

Vamos a palmos. El local es de Carlotta Rossi y Alberto Carbone. Ella, de Rímini, ha pasado toda su vida dedicada a la restauración, ya que Rímini es de una de las poblaciones más turísticas del país transalpino. Él es de Mantua y lleva la cocina a las venas porque allí sus padres tienen un restaurante tradicional. Por eso en el menú encontrará platos que evidencian que nos encontramos en manos italianas.

Pero primero hablamos de los vinos. Carlotta Rossi es una enamorada de los vinos naturales, y le hará probar varios para que esté seguro de su elección. Prefiere "perder" media copa por cada botella de vino que a los clientes no se vayan contentos y convencidos. La gran mayoría de lo que tiene es catalán. Y después otras referencias europeas, en especial, vinos que se hace llevar de su país y que no encontrará en ningún otro lugar. Es un espacio espléndido para ir a copas, y existe mucha rotación. En primer lugar, porque el espacio no permite tener demasiado almacén. En segundo lugar, porque va mucha gente amante del vino. En el restaurante hay además una ventana que da mucho juego. La definen como "su alma". Ocupa toda la pared delante de la barra y la tienen abierta. Por allí verá cómo los vecinos les saludan, cómo se detienen a comprar una botella de vino porque hoy tienen una cena o cómo es el espacio preferido para mucha gente para tomar una copa y alguna tapa de pie. De hecho, Zaza es un lugar donde se puede ir a cenar o se puede ir a beber en modo aperitivo antes de cenar.

Tortelinios hechos a mano con espuma de parmigiano reggiano de 24 meses

La carta varía mucho. Carlotta se entretiene en contarla con todo lujo de detalles a todos los comensales. Solo hay un plato que no cambian por nada del mundo: los tortellinis, que según Carlotta "en Emilia-Romaña son como una religión". Los que sirven están hechos a mano, con una masa hecha con yema y harina. El relleno es de mortadela y jamón. En invierno hacen una versión con caldo, pero la que encontrará todo el año es la que lleva crema de parmesano. Quien lo hace es Giacomo Menetti, que es de Bolonia y es un elaborador de pasta artesanal llamado Mr.Sugar-cooks. "Hace el tortellino cómo debe ser. Tan simple, pero tan importante en nuestra región", afirma Carlotta.

Siempre intentan trabajar con productores locales. Casi todas las verduras son de Can Fisas, en Molins de Rei. "La temporada elige más lo que hacemos nosotros. Preparamos recetas de nuestra familia y de lo que hemos comido". No añaden ingredientes que no estén cultivados en Cataluña. Así que, si usted encuentra que hay radicchio, es por qué viene del Llobregat. O bien los agretti –también conocidos como barba de fraile–, que ahora servirán durante aproximadamente un mes y medio, y que los han cultivado ellos mismos en un huerto urbano porque aquí no existen.

La pequeña sala del Zaza, cocina y vino

Los platos tienen tamaño tapa y son bastante elaborados: alcachofa de El Prat con perla de api-rave y polvo de aceituna negra; cebolla rascan con velouté de cebolla y taleggio fundido; lengua de ternera hecha a cocción lenta, salsa verde y demi-glace de médula o bien la carne cruda de ternera con grasa madurada y focaccia del Pan de Kilo.

Zaza es un lugar para comer bien y descubrir buenos vinos, pero no es un lugar para hacer festivales hipercopiosos. Un espacio ideal para encontrarse con dos o tres personas y disfrutar de los pequeños placeres de la vida y la buena conversación. Abren de miércoles a domingo de 19 ha aproximadamente medianoche. Cuando empiece el buen tiempo añadirán los martes.

El nombre de Zaza, por cierto, le debemos al sobrino de Carlotta. Su hermana lleva un montón de años viviendo en Barcelona y es la razón por la que Carlotta se enamoró de la ciudad. El niño no sabía decir zia –que es tía en italiano– y le decía zaza. Aún ahora le dice así, y así quedaron bautizados ella y su restaurante.

Declaración de intenciones

Este texto no es contenido publicitario. Todos los sitios los he visitado como cliente y he pagado la cuenta como cualquier otra persona.

stats