Así es el MIR para maestros y profesores que lleva dos años probándose en las escuelas
Sensei es el programa que acompaña y forma a los docentes noveles y que el departamento de Educación asegura que tendrá continuidad, los sindicatos, sin embargo, piden que antes se mejoren sus condiciones laborales

BarcelonaCuando el departamento de Educación y Formación Profesional lanzó el Programa Sensei –programa temporal de residencia inicial docente en centros educativos, más conocido como el MIR para maestros y profesores–, al equipo directivo y las coordinadoras de la Escuela Migdia de Girona les pareció una oportunidad para toda la comunidad educativa. Lo propusieron al claustro y todo el mundo estuvo de acuerdo. "Ahora estamos en el segundo año de este plan piloto y estamos encantadas", afirma la actual directora, Marta Massó, que entonces era jefa de estudios. El programa es una prueba piloto de dos cursos, que se inició en 2023-24 y terminará este curso, y que combina media jornada de docencia y media de formación con el objetivo de implantar en el futuro una especie de MIR (similar al de los médicos) pero orientado a maestros y profesores.
El programa Sensei ha seleccionado 55 centros de todo el territorio entre escuelas, institutos e institutos escuela, ha formado 85 docentes mentores y ha ofrecido 100 plazas para docentes novatos de secundaria y 150 para novatos de infantil y primaria, que hacen una residencia en un centro educativo. En cada centro hay mentores, docentes que acompañan y apoyan al docente novel en el desarrollo de su práctica educativa. Cada mentor tiene asignados una media de tres novatos, que entre otros requisitos deben tener menos de tres meses de experiencia como docentes.
Al enterarse de la existencia del Programa Sensei, Laia Puig (31 años), graduada en Terapia Ocupacional y Psicología, dudó si esperar a que la nombraran para ir a cubrir alguna sustitución, "porque en el Sensei haces media jornada de clase y media de formación pero cobras media jornada". Pero se decidió a hacerlo al ver que sería una oportunidad para iniciarse en la docencia de forma más amable y tranquila. Ya había realizado una sustitución trabajando poco más de un mes en un centro. Cuenta que llegaba a las 9 de la mañana ya las 10 ya estaba ante una clase de adolescentes que no conocía y salía de ella como buenamente podía. "Lo habitual es empezar sin conocer otras formas de hacer, no tienes referentes, y con tan poco tiempo es prácticamente imposible consolidar ninguna relación con el resto de compañeros ni conocer al alumnado", comenta.
Nada que ver con la experiencia de ahora, como profesora novel del programa Sensei en el Instituto Escuela Josep Maria Xandri de San Pedro de Torelló, donde cuenta con el acompañamiento de una mentora y un claustro que le ha acogido, teniendo por delante un curso entero para trabajar. "Esto me permitirá aprender a realizar unas prácticas educativas de calidad", dice. La directora del Instituto Escuela, Marta Boixader, tiene clarísimo que cuando se empieza a dar clase, siempre debería haber un proceso de transición que ayude al docente a capacitarse y desarrollarse profesionalmente. Todo el mundo que participa en el Sensei coincide en que supone un cambio considerable a mejor para el inicio de la profesionalización de los docentes.
El profesorado novel
El Instituto Bernat el Ferrer de Molins de Rei también se ha sumado al Programa Sensei. Les han asignado siete docentes novatos que cuentan con el acompañamiento de dos mentores. "Para nosotros es un privilegio poder tener un profesorado novel tan implicado y con ganas de aprender, que decide dedicar un año a trabajar a media jornada para conocer la profesión, formarse y participar en la cultura del centro. Al claustro y al alumnado nos aporta mucho", valora el director del centro, Juan Antonio Chaves. Especialmente en el caso de secundaria, destaca que el programa "suple la carencia de no contar con un grado específico para ser docente".
Anna Font, (23 años) se graduó en junio de 2024 en la doble titulación de educación infantil y primaria y es una de las maestros noveles en la Escuela Migdia de Girona. Como el resto de los principiantes, trabaja media jornada en el centro y la otra media hace formación, recoge evidencias de aprendizaje y hace un diario con reflexiones sobre la práctica en el centro. "El programa te permite empezar más despacio, acompañada y de forma más reflexiva, un detalle importante porque sino lo que haces es estar unos días en un centro, sobrevivir y marcharte sin tener suficiente conocimiento ni tiempo para programarte las clases. Aquí aprendo y disfruto el trabajo", explica. Está muy contenta de cómo es la experiencia, con ganas de aprovechar al máximo lo que queda de curso. Valora tener tiempo para programarse la asignatura que lleva sola, para evaluar, reflexionar sobre lo que está haciendo y para hablar con la mentora, que la guía y la ayuda. Valora muy positivamente la estabilidad que da estar todo un curso en un centro, poder realizar vínculo con el alumnado y el resto del claustro, vivir las tareas docentes de todo el curso, y continuar vinculando la teoría a la práctica con un buen acompañamiento.
¿Qué implica ser mentora?
Irene Sitjà, maestra de primaria desde hace más de 25 años y mentora de tres maestros novatos en la Escuela Migdia de Girona, tuvo claro que el proyecto Sensei sería enriquecedor y se presentó como posible mentora. Tras superar el proceso de selección realizó una formación para ser parte del programa. Sigue teniendo formaciones periódicas, cada mes realiza formación con la comunidad de mentores y hay encuentros mensuales de mentores para compartir experiencias, dudas, qué les funciona y qué no. Dentro de su horario lectivo programa y realiza codocencia. También tiene tres horas semanales que destina a mentorías individuales con cada uno de los maestros novatos, y dos horas de círculo de aprendizaje con los tres novatos en los que cada semana trabajan un tema, como por ejemplo formarlos con aspectos más cotidianos, como encarar las entrevistas con las familias o centrarse en cuestiones que preocupen especialmente a los novatos, tanto del trabajo en el centro como en la gestión de. Además, las mentoras realizan cada trimestre un mínimo de dos o tres observaciones y se realizan también observaciones entre iguales. A partir de la observación conversan sobre qué ha funcionado, qué creen que no ha ido tan bien, qué cambiarían y estrategias que podrían implementarse para mejorar la práctica. "Todo esto te permite el programa, si no sería imposible", recuerda.
Reconoce que saberse referente de maestros que tienen sus primeras experiencias profesionales le ha hecho más consciente de lo que hace y cómo lo hace. "Te paras a pensar cómo son tus clases. No se trata de que aprendan de mí, sino de acompañarles en su inicio al mundo de la educación". A su vez, ella aprende de los novatos y de otros profesionales que hay en el centro, que por primera vez ha podido ver cómo trabajan. "Normalmente, te pierdes un montón de recursos que utilizan otros maestros porque estamos dando clase a la vez. El programa incentiva la observación entre iguales, una oportunidad para que todas y todos mejoremos", comenta. Para Sitjà el programa Sensei es un lujo y un estímulo que le ha permitido salir de su zona de confort, formarse y sobre todo enriquecerse a nivel profesional y personal.
Si pudiera repetiría como mentora, y cree que "aunque no continuara el programa Sensei en el centro, que sería una lástima, hay muchas propuestas" que han puesto en práctica -codocencia, observación entre iguales o protocolos de bienvenida para la llegada de nuevos maestros-, que pueden seguir llevando a cabo "y que se queden". Cuando se llega a un centro casi siempre hay a alguien que apoya y acaba haciendo de mentor, pero Sitjà insiste en que es importante que se institucionalice y no se dependa de tener la suerte de encontrarse con alguien que te acompaña.
Cómo lo viven los centros
Marta Boixader, directora del Instituto Escuela Josep Maria Xandri de San Pedro de Torelló, admite que era difícil resistirse a un programa como el Sensei, que permite a los docentes novatos formar parte de la plantilla, enriquece profesionalmente a los docentes que ya están en el centro, y es una oportunidad para que todos sigan formándose. Destaca que las mejoras en el desarrollo profesional del profesorado suponen mejoras en el aprendizaje de niños y jóvenes. Estar un curso entero en el mismo centro facilita que los novatos puedan ser partícipes del proyecto educativo, trabajar en la cultura colaborativa del centro, ya medida que pasa el curso se les da más autonomía en la toma de decisiones en el aula. Es una muy buena oportunidad para los centros y para los docentes novatos.
Marta Massó, directora de la Escuela Migdia de Girona, comenta que aún no saben si el programa tendrá continuidad, pero si siguiera les gustaría volver a ser parte: "Todo el mundo sale beneficiado, tenemos seis maestros más que están a media jornada, hay formación para los noveles y para los mentores, y los equipos . Y Chaves añade que consideran fundamental que el programa tenga continuidad en los próximos cursos: "Permite una mejor incorporación del profesorado novel y enriquece tanto su formación como la vida del centro".
Y después del plan piloto, ¿qué?
¿Qué pasará después de estos dos cursos de plan piloto? Lo que preocupa a Laura Prat, docente de secundaria y miembro del colectivo Clam Educatiu, es saber cuáles son los planes de futuro del departamento, si se irá un poco más allá y si permitirá que el programa beneficie a todas y todos los docentes noveles: "El Sensei ha materializado muchos de los anhelos de mejora de la formación de los docentes noveles, pero no tenemos el cabello", pero no tenemos el cabello político. Iolanda Segura, docente y portavoz nacional del Sindicato USTEC, coincide en esta inquietud en que el programa se quede en una experiencia piloto puntual, y añade que "habría que mejorar las condiciones laborales de los docentes novatos". Es decir, que cobraran la jornada entera y no media como ocurre ahora a pesar de estar contratados toda la jornada, con una parte dedicada a la docencia y otra a la formación. "También nos preocupa que esta mentoría se diseñe para modelar al profesorado con unos cánones establecidos, no respetando la diversidad del profesorado, que debe ser considerada como una riqueza", añade. En cuanto a la continuidad no es necesario sufrir, desde el departamento de Educación y Formación Profesional confirman que el programa continúa ya final de este curso se realizará una evaluación de estos dos años de piloto.