Arquitectura

La Parada de los RCR: un edificio como un paisaje que quiere abrazarte

La naturaleza tiene un papel primordial en el nuevo equipamiento de la fundación Ampans en Manresa

La Parada de la Fundación AMPANS, obra de los RCR Arquitectos en Manresa
25/10/2025
4 min

ManresaLa interpretación del sitio es uno de los elementos esenciales de la arquitectura de Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta (RCR). Estos arquitectos de Olot han trabajado a menudo en el paisaje de la Garrotxa y también han demostrado su talento a la hora de hacerlo en las ciudades. En su obra más reciente, la Parada, la residencia innovadora que han hecho en Manresa para la fundación Ampans, el edificio mejora claramente el lugar, originalmente un solar "anodino" en las afueras de Manresa, como dice Pigem. Este lugar residual sólo se distinguía por ser bastante alargado, de 150 x 45 m, y los RCR se lo han hecho suyo con un edificio escalonado que tiene vocación de paisaje, donde los límites entre el espacio público y el jardín de la residencia se difuminan.

Por delante de la Parada está el eje verde del camino viejo de Santpedor, todavía en obras, y el Ayuntamiento de Manresa ha permitido que el jardín de la Parada vaya más allá del límite estricto de su jardín con ocho árboles que potenciarán el futuro ajardinamiento municipal. Cuando todos crezcan, el lugar hará gozo.

Los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta (RCR) en la Parada, en Manresa.

La fundación Ampans es un referente en Cataluña en la atención y la inserción de la discapacidad intelectual. Fueron los primeros en proponer un proyecto a los RCR cuando ganaron el premio Pritzker, el Nobel de los arquitectos, en el 2017. Su empeño es crear un entorno "innovador, desinstitucionalizado" para las personas que acompañan, como dicen desde la fundación. "Su propuesta nos conmovió", dice Aranda. En la Parada vivirán unas sesenta personas mayores, algunas de ellas con apoyo asistencial, mientras que otras lo harán con mayor autonomía. Las unidades residenciales son individuales y para dos, cuatro y seis personas. Todas ellas están encaramadas en un pasillo para el personal que Aranda define como una "espina de comunicación".

El edificio, que llama la atención por una piel de corrugado por donde crecerá la vegetación, incluye el tercer restaurante que gestiona Ampans y aulas de formación. Las obras están prácticamente terminadas. Está previsto que el restaurante, llamado Divers, abra el 8 de enero, y la Generalitat está trabajando en el concierto de las plazas de la residencia para que los primeros usuarios puedan llegar durante el primer semestre del 2026. "Para nosotros significa un paso adelante en la arquitectura social", afirma la directora de servicios residenciales de la Fundación Ampans, Janeta Camps. "No queríamos hacer un edificio sin más, sino un edificio pensando en las personas que van a vivir en él, en cómo se van a mover, cómo se van a interrelacionar. Hemos hecho unos espacios exteriores públicos, para favorecer las relaciones y la participación en la comunidad de las personas con discapacidad, que a veces tienen dificultades en cuanto a la inclusión social", explica la directora.

"El edificio está basado en un sistema para que, más adelante, si es necesario, se puedan realizar cambios en la distribución y que no quede obsoleto", explica Aranda. En sus interiores, llama la atención la amplitud de los espacios y la sensación de serenidad que dan las líneas puras y el color claro de la pintura y el pavimento. "El edificio es una apuesta valiente por crear un espacio saludable dentro de la ciudad –afirma Vilalta–. La resolución de la Parada no es una cuestión formal, sino que es el resultado de querer generar bienestar, de una arquitectura holística que abarca todas las dimensiones, también la espiritual".

El interior de una de las unidades residenciales de la Parada de Ampans en Manresa.

Para Ramon Vilalta, la Parada es como "un paisaje que te abraza". Así, la naturaleza presente en el edificio es tan recreada como real, coronada por las vistas hacia Montserrat desde la azotea. El sinuoso revestimiento de planchas de aluminio lacado de la fachada evoca las ramas de un árbol. En el jardín hay robles, encinas y chopos, y la hiedra y otras plantas trepadoras se van apoderando de las estructuras de las terrazas. Concretamente, para Aranda estos espacios son algo más que unas terrazas. "Son unas salas de estar exteriores", remacha el arquitecto, en la línea de los espacios intermedios de la arquitectura tradicional como porches, galerías y salidas.

Vistas hacia Montserrat desde una de las terrazas de la Parada.

Por otro lado, los arquitectos han aplicado medidas de eficiencia medioambiental, entre ellas la aerotermia, placas fotovoltaicas en las cubiertas y un depósito para recoger el agua de lluvia para aprovecharla para la acequia. El presupuesto del edificio asciende a unos 12 millones de euros. El precio del metro cuadrado está sobre los 2.000 euros, dentro de los márgenes habituales de la vivienda pública en Catalunya. En la parte posterior del solar todavía hay espacio disponible, y Ampans y los RCR podrían ampliar el proyecto más adelante. "Ahora tenemos que consolidar este proyecto, pero sí que es verdad que nosotros tenemos unas listas de espera en todos los ámbitos, de ámbito de trabajo, de formación, de vivienda, y no lo descartamos, por eso compramos la parcela", concluye Camps.

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