Barquero: "Pinto por necesidad, es una necesidad fisiológica"

Barcelona"Atravesado de compasión, el artista dice: beba de mi sangre, alimente de mis renuncias, hasta que hambre tierra y cielo sean carroña". El poeta Gabriel Ventura presenta con este contundente lema la exposición de José Luis Barquero (Barcelona, ​​1997) en la galería Mayoral de Barcelona, ​​en cartel sólo hasta el día 10 de septiembre. "No es fácil encontrar artistas de esta edad con esa intención y esta radicalidad –dice el galerista Jordi Mayoral–. Nosotros también venimos de la pintura, de la tradición, y en sus obras hay elementos que nos encajan de Goya, Tàpies, Barceló, Saura y de la pintura alemana de los ochenta, y después, como siempre, la artista actual debe hacer la artista actual el arte que no termina".

La muestra lleva por título El Müladar; es decir, el estercolero. Y en la tradición tibetana, la colina donde se dejan los muertos para que los buitres se los coman. Las ocho pinturas de gran formato que la forman llaman la atención por la carga emocional. Entre los temas, hay dos crucifixiones, un hombre que lleva otro a hombros y otro que tiene una criatura en brazos. "La mano es el comienzo de dar. Todo don proviene de las manos: le obsequio al niño, el auxilio al viejo, la pincelada y la caricia", escribe Ventura. "Yo veo cierta ternura y esperanza, evidentemente", dice José Luis Barquero, conocido sencillamente como Barquero en el mundo del arte. "Es como un acto de resistencia. Entre tanta información, y con todas esas guerras y esas matanzas, lo que puedo hacer es eso, es mi canal", explica.

Nacido en Barcelona, ​​Barquero se formó en la Central Saint Martins de Londres y realizó un máster de cine en la Universidad Pompeu Fabra. Asegura que Albert Serra es uno de sus referentes, y que la pintura es "el ancla más potente" en su trabajo. Antes de exponer en la galería Mayoral, lo hizo en Madrid y Londres, y entre sus coleccionistas se encuentran Carmen Thyssen, Los Javis, Pablo Sáez y el modisto Palomo Spain. "Pinto por necesidad, es una necesidad fisiológica. Lo interesante es el proceso, el umbral, como llego a generar las imágenes, que surgen desde las manchas, desde los trazos, desde las líneas –dice el artista–. Creo que en mi obra está reflejada una herencia de la tradición de Zurbarán hasta cercano Tàpies y Saura. me siento con respecto a la temática y conceptualmente. Así que exponer en esta sala es especial, porque de alguna manera compartes toda la tradición de Mayoral". "La pintura es demasiado, es inalcanzable, densa; es un magma", subraya.

En cuanto a cómo renueva temas de la tradición, Barquero reivindica su vigencia: "Son imágenes que pueden hablar de la antigua Babilonia, pero también pueden hablar del momento actual. La imagen vuelve una y otra vez. Los arquetipos están más vivos que nunca, o sea, ahora mismo nos atraviesan por todas partes: en las pantallas, las." Así que el arte se convierte en un espolón para despertar la conciencia. "Pero como las imágenes están tan democratizadas ya no nos damos cuenta y, en cambio, si las ves en una pintura sí te llaman la atención", apunta el artista.