Arte

Carmen Calvo: "Me interesa la obra de Picasso, no su vida privada"

El Museo Picasso de Barcelona le dedica su primera exposición individual en un museo de la ciudad

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Carmen Calvo en el Museu Picasso de Barcelona

BarcelonaLa artista Carmen Calvo (Valencia, 1960) es conocida por unas obras con aires surrealistas realizadas con todo tipo de objetos a menudo encontrados en mercados de segunda mano. Estos trabajos tienen al mismo tiempo una carga feminista y política, por razones como su reivindicación de la memoria. Ahora Calvo también será recordada en Barcelona por la macroinstalación con la que termina la exposición que le dedica el Museu Picasso hasta el 3 de septiembre, titulada Una jaula para vivir. Consiste en una habitación cerrada llena de peluches, muñecas y otros juguetes que los espectadores sólo pueden ver a través de unas mirillas. El nivel de angustia aumenta cuando se oye una voz infantil repetir una y otra vez "Mamá, tengo hambre".

El artista explica el origen de la obra: Una jaula para vivir está basada en la historia de una niña que, en 1997, los padres encerraron una semana en una jaula. "Es una fuerte crítica social que da visibilidad a la vulnerabilidad y el sufrimiento que pueden llegar a experimentar los niños en manos de los adultos", afirma Emmanuel Guigon, director del Museu Picasso y comisario de la muestra junto a la historiadora y crítica Victoria Combalia.

La artista valenciana apela al vínculo personal que tiene con sus obras más que a una vocación explícita de denuncia: "No he seguido ningún guión, no me he propuesto hacer una denuncia sobre el maltrato infantil o la cuestión de género, hablo de lo que me altera", afirma Calvo. Por otra parte, es inevitable preguntarle qué significa para ella exponer en el museo del artista malagueño mientras continúan las críticas feministas contra él: "Estoy con mi obra en un lugar lleno de obras de Picasso, pero a mí me interesa su obra, no su vida privada, y prefiero saber qué hacía Sorolla mientras Picasso pintaba Las señoritas de Aviñón", dice Calvo. "No entro en el espacio de persecución, porque Picasso es de otro tiempo", subraya. Sin embargo, Calvo ha hecho una serie de collages a partir de postales de obras de Picasso del museo que define como una "bomba silenciosa" por la ironía y el humor que ha volcado.

Sorprendentemente, ésta es la primera monográfica que un museo barcelonés dedica a Carmen Calvo, que en 2013 recibió el Premio Nacional de bellas artes. Guigon recuerda que a Calvo le gusta mucho contar historias, que comienzan siendo de carácter personal y familiar, pero que llegan a la historia de la España de su infancia y la de ahora. "Su mirada es muy comprometida", subraya el director. Al principio de la exposición llama la atención un cuadro con una mujer desnuda tomada de un cazador como si fuera un conejo, ya lo largo del recorrido se puede ver cómo Calvo ha hecho exorcismo de ésta y otras muchas violencias y ha creado un mundo poético muy singular, con trozos de maniquíes, estanterías llenas de recuerdos de infancia, fotografías manipuladas e infinitos dibujos. "Prefiero que mis obras provoquen rechazo que no que me digan: «¡Oh, qué bonitas que son!»", resume el artista.

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