Chloé Zhao, un triunfo desde los márgenes del Sueño Americano

La directora china se formó en los Estados Unidos y su próximo trabajo será el film de superhéroes 'Eternals'

Chloé Zhao
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BarcelonaA lo largo de la historia de la gala, solo cinco mujeres antes que Chloé Zhao y Emerald Fennell habían sido nominadas al Oscar a la mejor dirección: Lina Wertmüller, Jane Campion, Sofia Coppola, Kathryn Bigelow —la única que lo había ganado hasta ahora, por En tierra hostil (2008)— y Greta Gerwig. El triunfo de Zhao en esta edición por Nomadland hace patente cómo este reconocimiento empieza a dejar de ser, por fin, excepcional y ya podemos hablar de las cineastas sin que su género o sus orígenes acaparen los titulares.

Nacida en 1982 en Pekín, hija de un empresario de éxito y una profesional de la sanidad, a Zhao le procuraron una educación occidental en escuelas de élite en Gran Bretaña y los Estados Unidos. La futura directora estudió ciencias políticas antes de darse cuenta de que lo que le interesaba de verdad era explicar las historias de personas cuya voz no solemos oír. Se apuntó a la escuela de cine de la Universidad de Nueva York y desde ahí puso en marcha una carrera por los circuitos del cine independiente. Desarrolló su primer largometraje, Songs my brother taught me (2005), en uno de los talleres del Festival de Sundance, donde también lo presentó. Ya en su opera prima, esta directora china establecida en los Estados Unidos fijaba una de las claves de su filmografía: cuestionar la identidad hegemónica norteamericana y los relatos que se derivan de ella desde sus fundamentos. Zhao rodó en una reserva de los Oglaga Lakota en Dakota del Sur para plasmar desde una ficción de esencia naturalista la vida cotidiana de unos adolescentes nativos en los Estados Unidos contemporáneos.

Del cine 'indie' a Marvel

Su segundo largo, The rider (2017), reincidía en la voluntad de trabajar con intérpretes no profesionales nativos, en este caso en una película ambientada en el mundo de los rodeos, vistos como un entorno de supervivencia pero también de riesgo para los que mantienen un vínculo ancestral con los caballos. En Nomadland, la directora ensancha sus horizontes sin traicionar las bases de su cine. Incorpora a una actriz de prestigio como Frances McDormand a un contexto poblado por nómadas que se encarnan una vez más a ellos mismos en un recorrido por los márgenes del Sueño Americano que esquiva el sentimentalismo y el efecto catártico.

Choé Zhao ya tenía cerrado su próximo proyecto, Eternals, antes de ganar el Oscar por Nomadland. El film, que nos llegará a finales de año, representa su primera incursión en un espacio a priori alejado de su estética, blockbuster de superhéroes. No nos falta curiosidad por comprobar cómo esta directora enfoca el universo cinematográfico de Marvel sin perder la esencia de su estilo. Y también esperamos que su integración en la industria no signifique que abandona estos proyectos más alternativos que la han consagrado en una de las ediciones más insólitas de la historia de los premios de la Academia de Hollywood.

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