Cuando unas vacaciones de sexo y borrachera no son lo que parecen
La 'ópera prima' 'How to have sex' convierte una sucesión de borracheras, fiestas en piscinas y bikinis fluorescentes en una experiencia inmersiva
- Dirección y guión: Molly Manning Walker
- 91 minutos
- Reino Unido (2023)
- Con Mia McKenna-Bruce, Lara Peak, Enva Lewis y Samuel Bottomley
La potencia de ésta ópera prima, una impactante reflexión sobre el consentimiento y la cultura de la violación, está en el sentimiento de amenaza constante que destila, y que contrasta con el ambiente festivo en el que se desarrolla. Taz, Skye y Em son tres adolescentes británicas dispuestas a pasar el verano de sus vidas a un resort barato de un país del sur de Europa. La cámara nerviosa de Molly Manning Walker convierte la sucesión de borracheras, fiestas en piscinas, música electrónica y bikinis fluorescentes en una inmersiva experiencia que emula la inquietud y la movilidad de unos cuerpos juveniles en plenitud. Pausados e inquisitivos, los primeros planes dedicados a la protagonista (una prodigiosa Mia McKenna-Bruce) contrarrestan este remolino hormonal y cuestionan lo que Taz está viendo y experimentando: una fiesta menos divertida de lo que parece, o un encuentro sexual supuestamente consentido y que en realidad no lo es.
El rostro unas veces exultante y otras veces incómodo de la actriz captura con precisión la cascada de sentimientos contradictorios de la adolescencia. Es en este rostro, surcado por las lágrimas, donde se plasma la herida de una agresión sexual que se aleja de las características (calle oscuro, agresor desconocido) con el que se han plasmado situaciones similares en la pantalla. Quizás algunos personajes son excesivamente esquemáticos, pero How to have sex logra, con rigor y sensibilidad, llevar a cabo una necesaria ampliación de conceptos como los de violación y víctima.