Wonka, un joven emprendedor de los dulces en una ciudad propia de Dickens
El realizador de 'Paddington' dirige un musical sobre los orígenes del personaje de 'Charlie y la fábrica de chocolate'
- Dirección: Paul King. Guion: Simon Farnaby y Paul King, a partir de los personajes de Roald Dahl.
- 115 minutos. Estados Unidos (2023).
- Con Timothée Chalamet, Olivia Colman, Hugh Grant, Paterson Joseph, Keegan-Michael Key y Rowan Atkinson.
La novela Charlie y la fábrica de chocolate había sido adaptada dos veces al cine. Su personaje más característico, el ilusionista de los dulces Willy Wonka, tiene ahora su propia historia de orígenes como un joven huérfano que quiere establecerse como chocolatero. Su sueño no será fácil de cumplir porque encontrará una gran ciudad habitada por buitres: un oligopolio de magnates de las golosinas que no quiere competencia, la propietaria de una siniestra casa de huéspedes...
Esta comedia musical se mueve entre el talante fabuloso del protagonista y el entorno cruel que le rodea. Hay humor, muchas canciones y un deseo evidente de ignorar el futuro inquietante del personaje. Este Wonka afable que confía demasiado en las personas podría haberse embrutecido, pero resiste y encuentra aliados. Todo ello tiene lugar en un (digitalísimo) lugar sin tiempo, como el de los cuentos de hadas o de la actual industria de las nostalgias pop y sus reboots. Y no caben la acidez del escritor Roald Dahl, padre de la criatura original, ni las rarezas del primer Tim Burton. Las situaciones pueden ser duras, pero se retratan como adversidades desprovistas de dramatismo. Y esto puede comprometer el disfrute general, también el de los niños, porque un parque de atracciones pierde la gracia si no incluye una apariencia de peligro. Los consabidos dardos antielite, algunos de ellos insólitamente viscerales, barnizan de entretenimiento popular toda esa fantasía de emprendeduría y avaricia corporativa.