Festival de Sitges: 10 películas recomendadas

BarcelonaEl horror cósmico de las historias de Lovecraft hace corto para describir la sensación que uno experimenta ante el programa del Festival de Sitges, un alud de series y películas de terror, ciencia ficción, animación, acción y comedia que el festival ofrece del 3 al 13 de octubre. Hacemos una selección de lo mejor de una edición que tiene como novedad más destacada la recuperación como espacio de proyección del Matadero - Centro Cultural, que sustituye a un Cine El Retiro cerrado por obras de remodelación.

La inauguración de esta edición llevará a Sitges uno de los grandes directores del cine estadounidense de las últimas décadas: Steven Soderbergh lleva tiempo jugando con los códigos de los géneros (el thriller psicológico en Perturbada, el cine de acción en Indomable, el noir a Sin movimientos bruscos), pero ahora se atreve con el terror sobrenatural con una premisa de lo más jugosa: una historia de casas encantadas narrada desde el punto de vista del fantasma que habita la casa.

Premiado en la última Berlinale, Sebastian Stan (el Soldado de Invierno de la Marvel) interpreta aquí a un actor con la cara desfigurada que sólo consigue papeles en vídeos educativos. Cuando una droga le cura la neurofibromatosis, se abren para él las puertas del sexo y el éxito profesional, pero un encuentro con Adam Pearson (el actor con neurofibromatosis deUnder the skin) lo trastoca de pies a cabeza. Negrísima comedia con un toque de Charlie Kaufman, A different man será uno de los filmes del festival.

Desde la trinchera de la animación en stop-motion, Claude Barras dirige películas para niños que fascinan a los adultos. Después de la extraordinaria La vida de Calabacín, el francés vuelve a contar una historia sobre familias elegidas en una selva amenazada por la codicia capitalista. Con la gracia y encanto de los maestros, Sauvages reivindica la resistencia civil y la defensa de las identidades sin caer en discursos reduccionistas Una lección de cine y vida.

Una campesina austríaca del siglo XVII toma a una criatura de pocos meses, sube hasta un salto de agua elevado y la deja caer para que se despeñe contra las rocas. Así de contundente arranca la nueva película de los directores de Goodnight mommy, (uno de los hits del Sitges de 2014), que en El baño del diablo firman un retrato terrorífico de una sociedad moldeada por la religión y el patriarcado, sin espacio para la disidencia o la fragilidad.

La vida de Christopher Reeve lo tiene todo: la gloria del actor que interpretó al Superman definitivo, la tragedia del accidente que le dejó tetrapléjico y la historia de superación posterior a través del activismo en favor de los enfermos de médula espinal. Con la nominación al Oscar en el bolsillo tras el entusiasta recibida en el Festival de Toronto, el documental se adentra en la vida de Reeve a través de material de archivo y entrevistas a familiares y colegas de profesión.

La película que desquició el último Festival de Cannes. La sustancia explora los estragos que provoca la tiranía cultural de la belleza y la juventud en la psique de una actriz madura interpretada por una Demi Moore entregadísima en el papel de su vida. La orgía final de sangre e hígado es un espectáculo brutal de body horror que entusiasmará a la parroquia de Sitges, un festín de deformaciones y hemoglobina a la altura de los grandes clásicos del gore.

Amy Adams camina hacia la séptima nominación al Oscar gracias a Canina (Nightbitch), una comedia de terror en la que una mujer que renuncia a la carrera artística por cuidar a su hijo y ser ama de casa comienza a sospechar que se está convirtiendo en un perro. La metáfora del empoderamiento femenino convive naturalmente con el elemento fantástico en una película basada en la novela de Rachel Yoder.

La ganadora del Crystal de Oro de la última edición de Annecy (el mejor festival de animación del mundo) es esa emocionante tragicomedia sobre dos hermanos australianos separados tras la muerte del padre. La animación en stop-motion de Adam Elliot (Mary & Max) mezcla el humor negro, la poesía y la ternura con una sensibilidad humanista que, por una vez, deja espacio para la esperanza y el optimismo. Probable nominada al Oscar a mejor filme de animación.

Sitges ya tiene una favorita en película más grillada de esta edición: Grand theft Hamlet está filmada íntegramente en el videojuego Grand Theft Auto, donde dos actores en paro tratan de representar una versión de Hamlet en el contexto del juego de Rockstar. El texto shakespeariano se ha enfrentado antes a públicos difíciles, pero no tan violentos como los demás jugadores del juego, que abren fuego constantemente contra los protagonistas de este originalísimo experimento narrativo.

James Ward Byrkit ya dejó boquiabierto al público de Sitges con los malabarismos narrativos de su debut en la dirección de Coherencia (2013), una pieza de ciencia ficción de cámara que se llevó el premio al mejor guión de aquella edición. Este año vuelve con la serie Shatter belt, una recopilación de historias de ciencia ficción de la que se proyectarán tres episodios en los que se exploran cuestiones filosóficas sobre la condición humana.