Ira Sachs: “'Pretty woman' fue el fin de un cierto cine en Hollywood”
La Filmoteca dedica una retrospectiva al cineasta, invitado de honor de la Americana Film Fest
BarcelonaLa Filmoteca ha recibido este martes a uno de los visitantes más ilustres de la temporada: Ira Sachs (Memphis, 1965) es un nombre indispensable del cine independiente de las últimas décadas, un director que ha sabido retratar las pasiones tórridas en Pasajes (2023) o Keep the lights on (2012) pero también el impacto en nuestras vidas de cuestiones de orden más mundano como verte obligado a cambiar de piso (El amor es raro, de 2014) o la dificultad de gestionar las herencias materiales y emocionales (Verano en Brooklyn, de 2016).
Cineasta de una sensibilidad extraordinaria y muy cinéfilo, Sachs es el invitado de honor de la Americana Film Fest, que proyectará hasta el 16 de marzo unos sesenta cortos y largos de cine indie norteamericano en los Cines Girona, el Zumzeig, el Phenomena, el Espacio Texas y la Filmoteca, con títulos realmente notables como Eephus, Christmas eve in Miller's point, El jockey, Saturday night y Y saw the tv glow (en una doble sesión imprescindible que incluye el nuevo corto del maestro de la animación minimalista Don Hertzfeldt). El propio Sachs elogió el "buen gusto" de los programadores de la Americana y su "compromiso con el cine independiente", una etiqueta que relaciona "con el dinero y con la libertad". "En realidad nunca somos libres del todo –matiza–, pero hay una voluntad de ser libre, de capturar a través del arte lo único".
Esta libertad tiene un precio, sobre todo en la industria norteamericana. Como señala el propio Sachs, la mayoría de los directores de la programación de la Americana sólo tienen una o dos películas. "No es una coincidencia. Es muy difícil ganarse la vida haciendo cine en Estados Unidos y tener una carrera larga", dice el director, que señala como causa el crack financiero de 2008, con el que "desaparecieron mucho dinero de la industria" y el cine indie cambió por completo: "Más del 90% de los directores de mi generación están trabajando en series, que es una industria en la que te puedes ganar la vida, o son profesores. Y eso afecta a la capacidad del cine americano para asumir riesgos, pero también a la calidad, porque hay cosas que sólo se aprenden con el tiempo".
'Anora' y la esperanza
Sin embargo, también hay esperanza en el cine indie estadounidense, sobre todo después de el éxito en los Oscar de otro director de Nueva York, Sean Baker. "En Nueva York, la noche y el día siguiente del triunfo deAnora, existía en el ambiente una sensación de nuevas posibilidades –explica Sachs–. Uno de los nuestros había sido reconocido, tanto por esta película como por su carrera. Esto es muy inspirador para los cineastas independientes. Incluso económicamente; muchos quieren creer que ahora los bolsillos se abrirán con mayor facilidad".
En Sachs, el éxito deAnora le hizo pensar en películas como Midnight cowboy (1969) o Klute (1971), en la que Hollywood retrataba a los trabajadores sexuales cuya honestidad desapareció más adelante del cine estadounidense. "De alguna manera, Pretty woman fue el fin de un cierto cine en Hollywood, el de Midnight cowboy o Klute, que exploraba una realidad –dice Sachs–. Pretty woman, en cambio, es una forma de homogeneización y normalización de la marginalidad, mientras que Anora representa su reconocimiento".
Sachs lleva con cierta resignación la etiqueta de cineasta queer que se le suele atribuir a raíz de filmes como El amor es raro, Pasajes o Keep the lights out. "Es una cuestión delicada, porque si haces una película sobre una comunidad marginalizada, te convierten en representante de esa comunidad, ya mí esto no me acaba de hacer sentir cómodo", explica el cineasta. "Lo que me impulsa a crear es ser personal, y no hablar en nombre de los demás", añade. Su próxima película, que rodará este verano, será precisamente un retrato del "apocalipsis" que supuso la epidemia del Sida en Nueva York de los años 80 en la comunidad gay. "Pero de lo que realmente hablará la película es de lo que puedes hacer en momentos de terror y opresión –dice–. ¿Qué tipo de belleza es todavía posible? ¿Qué tipo de sexo? ¿Qué tipo de expresiones artísticas radicales?".
Hace unas semanas, Sachs presentó en la Berlinale su última película, Peter Hujar's day, que reconstruye una entrevista en el fotógrafo de la escena cultural neoyorquina de los 70. La película, que no se podrá ver en la Americana y llegará a los cines en otoño, tiene una parte minoritaria de producción catalana, pero de momento el director descarta rodar en nuestro país. "Pude rodar Frankie (2019) en Portugal porque estaba sobre una familia estadounidense de vacaciones, pero si intentara hacer una película sobre gente de aquí me sentiría un farsante", reconoce. "Dicho esto, mi marido es de Ecuador y mis hijos hablan español con fluidez. Nos gustaría pasar más tiempo en España, y quizás incluso vivir en Madrid".