'Wolfgang', la comedia familiar que puede repetir el fenómeno de 'El 47' y 'Casa en llamas'
Miki Esparbé y el niño Jordi Catalán protagonizan el primer filme en catalán de Javier Ruiz Caldera
BarcelonaQue una película sobre un niño prodigio del piano comience con el protagonista tocando como un virtuoso resulta incluso previsible, pero no que el piano que toca sea el de una funeraria donde el niño trata de procesar que su madre acaba de morir. Wolfgang, que se estrena este viernes, es la gran apuesta comercial del cine catalán de 2025, una comedia familiar y amable de vocación abiertamente popular que, sin embargo, aborda cuestiones a menudo tabú en este tipo de cine como el luto, la salud mental y el suicidio. Todos estos temas ya estaban en el libro homónimo de Laia Aguilar, que adapta el filme y que "emocionó" al director Javier Ruiz Caldera cuando le leyó: "Yo tengo dos hijas y voy mucho al cine con ellas, y echo de menos películas que puedan disfrutar tanto ellas como yo, películas de personajes que aborden emociones y temas algo complejos y que después, al salir del cine, den pie a una conversación".
A Wolfgang, un niño con trastorno del espectro autista (TEA) y altas capacidades (interpretado por Jordi Catalán) se instala con un padre al que no conocía (Miki Esparbé) tras la muerte de la madre. Tanto uno como otro tendrán que adaptarse a una situación nueva y compleja: el niño, a vivir con un padre inmaduro y poco amigo de las rutinas; el padre, a lidiar con las necesidades especiales de un niño que, además, acaba de perder a su madre. El pasado domingo, en un preestreno familiar en los cines Aribau, Ruiz Caldera y Esparbé comprobaron satisfechos cómo niños de varias edades debatían animados con los padres sobre el filme y explicaban que se habían emocionado. "Los niños y adolescentes de hoy en día nos pasan la mano por la cara en muchos temas –subraya Esparbé–. No debemos sobreprotegerlos, solo adaptar un poco el discurso, pero sin condescendencia". Y Ruiz Caldera añade: "Desde el amor y la comprensión se puede hablar de todo; basta con acompañarles en el camino de gestionar los sentimientos".
Medio en broma, Esparbé apunta que Ruiz Caldera "se ha lanzado a la piscina de la emoción" con Wolfgang. Y es cierto que, hasta ahora, sólo había dirigido comedias alocadas (Spanish movie, Promoción fantasma, Tres bodas de más), comedias de acción para todos los públicos (Anacleto, Superlópez) o aventuras fantásticas con regusto pulp (Malnazidos, con Alberto de Toro). "Es la primera película que no podré proyectar en Sitges, y no lo llevo bien –lamenta Ruiz Caldera con sentido del humor–. Tendré que hacer una nueva versión con algún fantasma o zombi a ver si Ángel Sala [director del festival] la acepta".
Wolfgang es también su primera película en catalán. "Tenía muchas ganas de hacerla en catalán, sobre todo porque es la lengua en la que leí el libro y en la que imaginaba la película –dice Ruiz Caldera–. Yo no había rodado en catalán porque el tipo de películas que hago son de producción grande y, hasta ahora, hacerlas en catalán te limitaba mucho el presupuesto. Afortunadamente, eso ha cambiado las cadenas privadas como Telecinco o Antena 3 de invertir en cine en catalán".
Wolfgang es, de hecho, la primera película en versión original catalana que produce Telecinco, que estos días está promocionando el filme a través de las cadenas del grupo Mediaset. La película se exhibirá en Cataluña exclusivamente en catalán, pero en el resto del Estado se ofrecerá en los cines la opción de escoger si quieren proyectarla en versión original o doblada al castellano. "El doblaje no nos encanta, pero se trata de una película familiar pensada para niños desde 7 u 8 años y no es cuestión de obligar a los niños de Murcia a leer subtítulos", justifica Ruiz Caldera.
'Cameos' de Carlos Cuevas y Bayona
Los lectores de la novela de Aguilar identificarán en la película varios cambios, sobre todo en lo que se refiere al personaje del padre, que en el viaje a la pantalla se ha convertido en un actor que trabaja en un culebrón de sobremesa al estilo de Como si fuera ayer mientras recuerda con nostalgia los tiempos en que le nominaron al Gaudí y ve cómo el actor del momento, Carlos Cuevas –que hace un divertido cameo interpretándose a sí mismo–, le ropa todos los papeles. "Esto fue idea de Javi, y me parece brillante, entre otras cosas porque Carlos y yo somos muy amigos –dice Esparbé–. Que Carlos y Jota Bayona aparezcan haciendo de ellos mismos hace que la película sea más cercana para el público porque aporta sentido del humor y aterriza la historia en la realidad. Además, el hecho de que mi personaje sea lo que me ha hecho , la vanidad y los miedos". Ruiz Caldera, que tiene muy buena relación con Bayona desde que ambos estudiaron en el Ajedrez, añade con un punto de maldad que el director de La sociedad de la nieve "ha mejorado mucho como actor" desde que le dirigió en el 2009 a Spanish movie.
Pero los cameos son sólo la anécdota de una película que, interpretativamente, se carga sobre los hombros al niño Jordi Catalán, que superó un casting de muchos meses por el que pasaron más de 700 niños. "Vimos a niños con TEA, niños con altas capacidades, niños pianistas y niños actores –rememora Ruiz Caldera–. Y al final apareció Jordi, que ni siquiera sabía tocar el piano, pero tenía una mirada tan fascinante y transmitía tantas cosas que lo vimos clarísimo". Esparbé subraya "la excepcionalidad" de Catalán: "Él era consciente de la responsabilidad que tenía encima, pero ese peso nunca le ha jugado en contra. Por el contrario, venía siempre al rodaje con una predisposición absoluta".
Antes de rodar, Catalán recibió clases de piano que no le convirtieron inmediatamente en un virtuoso, pero sí permitieron que en algunas escenas sea realmente él a quien el público escucha tocando el piano. En otros, el equipo recurrió a un doble de manos e incluso a integrar el rostro del actor en el cuerpo de un niño pianista. En cuanto a la representación del TEA, les asesoró a la Asociación de Asperger de Barcelona, que se leyeron el guión e hicieron algunas sugerencias. "La intención fue siempre normalizar el trastorno –subraya el director–. Wolfgang es autista, pero la película no va de eso. Es una característica de un niño al que le pasan muchas cosas más".
Una racha que no quiere acabarse
Después del fenómeno de Casa en llamas y El 47, Wolfgang es primera candidata a revalidar la buena racha del cine en catalán en taquilla. "Nosotros ya lo estábamos rodando cuando se produjeron estos éxitos y nos ilusionó mucho ver cómo empezaba a tomar forma una industria y un público con ganas de ver cine en catalán –dice Ruiz Caldera–. Ya hace tiempo que las instituciones catalanas están haciendo bien las cosas, potenciando el cine con vocación comercial sin descuidar el de línea más autoral, y ahora. Un ejemplo es que la última película que ha rodado Esparbé es, precisamente, otro título en catalán con presupuesto holgado y ambición comercial: el drama histórico Frontera, de Judith Colell. "Son dos películas que no pueden ser más distintas, pero ambas son producciones potentes con presupuestos decentes que les permiten contar bien sus respectivas historias", explica el actor.
"La cuestión es que se puedan hacer películas grandes en catalán, con ambición, y que el público vaya a verlas, que no se estrena cine familiar en catalán todos los días", dice Ruiz Caldera. De hecho, el director tiene presente el ejemplo de una directora que conoce muy bien, Rosa Vergés, quien en 1997 estrenó una de las últimas películas en catalán netamente infantiles: Tico taco. "Rosa fue una persona muy importante para mí –explica–. Ella era profesora en el Ajedrez y fue la primera que me puso un 10. Me cogió por sorpresa, porque yo era más bien de perfil bajo, no destacaba. Pero ella me cogió al final de clase y me dijo: «Escucha, Javi, tu tienes yo para todos. seguridades, eso fue muy importante".