'Ham on rye': la gran y desconcertante sorpresa del cine 'indie' norteamericano
Un film de belleza etérea y misteriosa que reinterpreta la naturaleza evanescente de la adolescencia
'Ham on rye'
(4 estrellas)
Dirección: Tyler Taormina. Guion: Tyler Taormina y Eric Berger. 85 min. Estados Unidos (2019). Con Haley Bodell, Audrey Boos y Gabriella Herrera. Disponible en Filmin
Tyler Taormina toma prestado el título de su primer largometrajes de una de las obras semiautobiográficas de Charles Bukowski, Ham on rye, traducida aquí como La senda del perdedor, que a la vez remitía irónicamente a la novela juvenil por excelencia de la literatura norteamericana de la segunda mitad del siglo XX, El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. En este caso nos encontramos ante una relectura de los códigos del cine adolescente a partir de uno de sus rituales más idiosincrásicos, la fiesta de graduación, que marca el paso a la vida adulta pero que también implica un proceso de selección y exclusión de sus integrantes.
El director otorga una calidad lynchiana al imaginario suburbano en el que transcurre la película, un entorno cotidiano donde se incuba la posibilidad de lo sobrenatural. Y entronca con Pícnic en Hanging Rock de Peter Weir a la hora de entender la adolescencia como un estado luminoso y etéreo que en determinado momento se desvanece, literalmente. Film de narrativa atenuada, Ham on rye dibuja un itinerario emocional colectivo, muy bien puntuado por la banda sonora, que parte de una expectación casi eufórica de los diferentes personajes que confluyen hacia la fiesta juvenil para desembocar en cierto desencanto melancólico. Lo ópera prima de Taormina es un ejemplo de la resistencia de cierto cine independiente que, lejos de replegarse en territorios conocidos y previsibles, todavía es capaz de dejarnos un regusto de estimulante desconcierto.