Historia

Las anotaciones más antiguas del calendario maya estaban en las pirámides de San Bartolo

Los fragmentos localizados demuestran que hace más de 2.300 años los mayas ya tenían una compleja escritura

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Los dos fragmentos del "7 cèrvid"

BarcelonaLos mayas tenían un calendario ritual de 260 días, una medida del tiempo que sobrevive todavía entre algunas comunidades indígenas del sur de México y Guatemala, y que tiene en cuenta los ciclos del Sol, la Luna y el planeta Venus. Hay una fecha, el 7 cérvido, que continúa utilizándose y que se representa con una cara de cérvido y una línea y un punto negro encima. Esta es la figura que se ha localizado en el yacimiento de Las Pinturas, en el norte de Guatemala. Según los análisis de carbono 14, la anotación fue escrita entre el 300 y el 200 aC, y es la más antigua localizada y datada hasta ahora. Demuestra que los mayas ya tenían una compleja tradición escrita, que combinaba los textos y las imágenes, mucho antes de lo que se pensaba.

El yacimiento de Las Pinturas, donde se han localizado los fragmentos del calendario, se encontró en 2001 medio oculto en la selva del Petén. El complejo se conoce con el nombre de San Bartolo y es un conjunto de pirámides construidas entre el 400 aC y el 200 dC. El interior de las pirámides estaba decorado con diferentes escenas mitológicas relacionadas con el dios del maíz, la creación del mundo y la entronización de los reyes. Hay paredes que estaban densamente pintadas con colores brillantes y otros que tenían delicadas líneas de texto con muchos márgenes en blanco. El iconógrafo Karl Taube llegó a describir el lugar como la Capilla Sixtina de los mayas.

El 7 cérvido se localizó y se ha investigado conjuntamente con diez fragmentos más que constatan que hace 2.300 años los mayas ya tenían una gran tradición escrita. Los investigadores creen que el cérvido estaría en una posición inicial y que acompañaría alguna otra escena o una figura humana que se ha perdido.  En el sistema utilizado por los aztecas del siglo XVI, el día 7 ciervo iría seguido por 8 conejo, 9 agua, 10 perro, 11 mono, 12 hierba, etc. Los significados a menudo eran similares y los compartían las diferentes culturas mesoamericanas. Podría ser también que fuera alguna referencia personal o que sirviera para denominar a una persona o deidad. A partir del periodo clásico, hacia el año 500 dC, el ciervo ya no se usó tanto para designar el séptimo día, sino que se usaba como símbolo una mano donde el pulgar y el dicho índice se tocaban.

Más de 7.000 fragmentos estudiados

Del yacimiento se han estudiado hasta 7.000 fragmentos que se fueron recopilando entre 2002 y 2012. El 7 cérvido son –según ha explicado a Reuters David Stuart, que ha liderado la investigación que este jueves publica la revista Science Advances "dos piezas de tiza blanca que caben en una mano, y que estaban en una de las paredes de la pirámide que fue desmontada por los mismos mayas cuando reconstruyeron los espacios ceremoniales. Estas dos piezas encajan, pero el resto son mucho más difíciles de encajar". Los mayas desmontaron el mural con mucho cuidado porque cuando hacían una nueva construcción enterraban la anterior sin destruirla. Para ellos los murales eran sagrados porque cuando pintaban una imagen creían que le daban vida.

A pesar de todo, los fragmentos que pertenecían a la pared destruida no se han conservado tan bien como las famosas pinturas de la otra cámara. "Los estilos representados en estos once fragmentos son varios y tienen una gran expresividad, su técnica pictórica y caligráfica es impresionante y demuestra que tenían una larga tradición de escritura y arte", ha explicado Hearst Hurst, una de los otros investigadores que firman el artículo. "El hecho de que los mayas hayan conservado este sistema de calendario a lo largo de más de 2.200 años, a pesar de todos los cambios y épocas de violencia y tragedia, es increíble", ha asegurado Stuart.

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