A pie de página

El derecho de Aniol Rafel a estar cansado

Aniol Rafael.
11/07/2025
2 min

Barcelona"Ser editor quizá no sea el mejor trabajo del mundo, pero sí que es el mejor trabajo del mundo para mí". Lo decía en este mismo diario Aniol Rafel, el fundador y creador de Periscopi, en el 2016. Entonces sólo llevaba cuatro años publicando con su propio sello, pero ya había conseguido una conexión con los lectores que no ha parado de crecer. el revuelo que ha causado la adquisición de Periscopio por parte del Grupo 62 y, por tanto, de Planeta: es una noticia que podría haber sido sólo "de sector", pero que he visto comentada por mucha gente que no tiene ninguna vinculación, más allá de ser lectores fieles de la editorial (que, ahora que pienso, Dios le da la vinculación).

A todos ellos, a todos estos lectores, me gustaría felicitarles. Parece que tendremos Periscopio por rato, y esto es una excelente noticia. Ahora lo veo muy claro, pero no me escondo, mi reacción inicial no me ha llevado enseguida a esta conclusión. Al igual que tanta gente con la que he hablado, he pasado por un choque inicial. Periscopio me parecía una de las editoriales independientes más sólidas del panorama catalán, y he necesitado leer el comunicado y las entrevistas que se han hecho a Aniol Rafel estas últimas horas para entender sus motivos. En la nota de Periscopio que lo anunciaba ya se podían leer términos como "socio estratégico", "estructura", "garantías" o "recursos", y Rafel lo ha explicado muy bien a los periodistas que han hablado: la pasión por editar no disminuye, pero la gestión económica y la tesorería, en los momentos que vivimos, se hacen pesados. Me ha recordado lo que me dicen algunos libreros: el contacto con los clientes, la parte prescriptora, las lecturas para saber qué recomiendan, una delicia de trabajo. En cambio, las devoluciones, albaranes o ventas que no responden a las expectativas pueden convertirse en una pesadilla.

Las explicaciones de Aniol Rafel respiran cansancio, y sus palabras hablan de precariedad. En la entrevista que citaba al inicio, Rafel decía sentirse solo trabajando, en el 2016 no podía permitirse mantener un equipo. Actualmente, son seis personas, lo que sin duda supone un éxito y es un reflejo de su crecimiento, pero, al mismo tiempo, también habrá pesado a la hora de tomar la decisión de vender. Un equipo es una responsabilidad muy grande y el mercado editorial es inestable. Es evidente que es necesario hacer una lectura del sector a partir de esta venta, que desgraciadamente es un reflejo de lo poco que se lee, y de lo poco que se lee en catalán. Si ni siquiera Periscopio puede aguantar como independiente, las cosas van mal dadas. Hoy, sin embargo, permítanme que felicite a Aniol y su equipo por una decisión que les permitirá continuar y que, seguramente, les ahorrará muchas noches sin dormir. No es poco, vivir más tranquilo. Me ha dolido ver algunas frases que decían que "Periscopio se ha vendido", entre la decepción y el reproche. Creo que no lo merecen. Nos han dado mucho, y ahora están intentando aguantar de la forma que les parece mejor. Si Aniol Rafel dice que mantendrán su identidad, es que sabe que podrá ser así. Confiemos, y deseémosles toda la suerte del mundo. Nunca perdemos de vista que el trabajo de editor es el mejor del mundo para él.

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