A pie de página

La empatía no es ninguna tontería, palabra de Chris Ware

El dibujante Chris Ware en el CCCB
30/06/2025
3 min

Barcelona"Best, best, best". Esto es lo que decía, emocionada, una fan del escritor y artista Chris Ware, mientras éste le firmaba uno de sus libros en el festival Cómic Barcelona. Su emoción quedó recogida en un reportaje del programa Marcianos de TV3 (¡recúperlo!) sobre la visita a Barcelona, ​​hace algunas semanas, del dibujante de cómics norteamericano, con motivo de la inauguración de la exposición retrospectiva sobre él que se puede ver en el CCCB, Dibujar es pensar. Este artículo es, sobre todo, para transmitirles este mensaje: no se la pierdan. Bien, de hecho, son dos mensajes: dejadme añadir que Chris Ware es un genio.

Escribo que Ware es un referente del cómic contemporáneo, un renovador de su lenguaje, y siento que no es así como debería explicarlo. No miento: es, efectivamente, referente y renovador, pero en estas palabras no existe el impacto que causa en sus lectores, la proximidad que crea con ellos, y la fascinación que esto les (nos) provoca. Ware ha explicado muchas veces que el arte y los libros han sido su salvación en momentos de desesperación, y uno de sus deseos es que los suyos lo sean también para los lectores. Las primeras historias se las contó su abuela y, escuchándola, se fijó en la cantidad de detalles que siempre ponía. Sus libros están tan llenos, que a veces he necesitado una lupa para no perderme ninguna. Ware es de una minuciosidad tan impresionante que tarda años en terminar cada cómic. Cuando escuchaba a la abuela, que hacía memoria para contarle cosas, le parecía que viajaba a través del tiempo. Los recuerdos, dice Ware, son lo único que siempre nos acompaña.

También a él, que, como dice el comisario de la exposición, Jordi Costa, en Marcianos, "no hace autoficción, pero el hecho de que su padre le abandonara cuando era un bebé es el motor de Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo (Reservoir Books), y que fuera un niño que sufrió bullying en el instituto, evidentemente está detrás de Rusty Brown (Reservoir Books)". Los libros de Ware nos interpelan, a menudo a través de personajes solitarios, llenos de humanidad. Para Ware, la empatía es lo más grande que tenemos los seres humanos. Preocuparnos unos por otros es esencial, me lo decía en una entrevista que le pude hacer para Todo el tiempo del mundo (Canal 33). Me lo explicaba insistiendo en que decir esto no debe sonar naíf o como una tontería. Tiene toda la razón: no puede que reivindicar que podemos estar unos por otros, que es mejor vivir conectados que desconectados, sea algo cursi. En Estados Unidos, considera, la carencia de empatía está provocando auténticos desastres a la sociedad, de consecuencias terribles.

Él la aprendió, la empatía, leyendo las tiras de Peanuts, de Charles Schulz. Charlie Brown, Snoopy y Lucy le parecían reales, los consideraba amigos suyos. Una vez, triste porque Charlie Brown nunca recibía ninguna tarjeta por San Valentín, le dibujó una y pidió a su madre que se la enviara. Lo que más me conmueve es que me lo explicó dándome a entender que él, en realidad, sabía que Charlie Brown no existía en serio, pero aún así se lo envió. Me parece un buen resumen de lo que es Chris Ware, este señor alto, de gafas redondas y pequeñas, que a todos los que pudimos hablar con él nos dejó impresionados por su amabilidad, humildad y sentido del humor. Yo, incluso, me puse a tartamudear mientras le entrevistaba: toda la humanidad de sus libros la tenía sentada frente a mí.

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