Blanca Llum Vidal: "Hay amores que te enganchan como una droga y son completamente destructivos"
Poeta. Publica 'Tan bonita y tirana'


BarcelonaHay amores capaces de tambalear los cimientos de quien los vive gracias a su dimensión "sanguinaria, revolucionaria y erótica". Tan bonita y tirana (Proa), con qué Blanca Luz Vidal (Barcelona, 1986) ha ganado el último premio Carles Riba, se adentra en una temporada convulsa y difícil, en la que el deseo liberador acaba envenenando la voz, tan poderosa como angustiosa, que vehicula los poemas. El libro coincide en los mostradores de novedades con la recuperación de Maripasoula, viaje a la Guayana francesa que la autora hizo más de una década atrás: editado por Tushita por primera vez en el 2015, ahora le vuelve a poner en circulación –y con acierto– Club Editor. Esta impregnada aventura de luz contrasta con los textos densos y retorcidos del último libro de la autora.
Los únicos versos que encontramos incrustados en los poemas en prosa de Tan bonita y tirana versionan, en catalán, una canción de Raffaella Carrà. Dicen: "Todos dirán que mi amor / es enemigo de la calma, / pero a mí, que ya estoy loca, / es el único acto que me salva". Pienso que este fragmento de Viaje es una buena síntesis de lo que encontraremos en el libro.
— Quizás sí que acaban sintetizando el libro, pero no fue mi intención. Viaje fue lo primero que escribí de Tan bonita y tirana. Nunca tengo ningún proyecto de libro en la cabeza. Necesito la escritura y, en este sentido, Tan bonita y tirana fue un libro salvador, aunque no en un sentido terapéutico, sino simplemente por salir del bloqueo.
¿Recuerdas cuándo te pusiste?
— Hace dos veranos. Habla de un viaje muy apretado a la experiencia propia.
Cuenta una temporada en la que vives el amor con intensidad y también con sufrimiento.
— Es un libro que no tiene sólo que ver con el amor y el dolor que puede provocar, sino también con la posibilidad de atravesar un umbral y que todo esto te acabe afectando patológicamente.
"El deseo a veces no aplasta y puede encenderse tranquilo", escribes. Aún así, el deseo del libro se vive como una pasión contundente, bella ya la vez autoritaria.
— Todas las caras del enamoramiento aparecen con intensidad hiperbólica. Hay amores que te enganchan como una droga y son completamente destructivos.
Los que aparecen aquí lo acaban siendo bastante.
— Hay más de uno, sí.
Tú misma haces referencia a Carne, que comienza explorando una de las historias de amor más oscuras de la Vida privada de Josep Maria de Sagarra: "Quien ama una sola cosa no ama nada".
— El libro es muy poliamoroso. El tú no es un único destinatario. "Quien ama una sola cosa no ama nada" son palabras de Marina Tsvetàieva, una autora que me ha influido bastante.
No es la primera vez que indagas sobre el deseo en un libro. Lo has hecho hacia Este amor que no es uno (Ultramarinos, 2018) y en prosa en La princesa sois Tú (Club Editor, 2022) ya No cometerás adulterio (Fragmenta, 2024).
— En Este amor que no es uno, la fuerza del deseo tendía hacia la dependencia y la posesión. En Tan bonita y tirana existe el intento de salir de un lugar exclusivo. Existe una apertura sexual e intelectual que es muy liberadora.
Por mucho que se quiera la libertad, el otro te quiere "haciendo caso y obediente al pacto difícil y bello que sólo es por ti".
— En este caso concreto, una relación que de entrada es muy libre, acaba derivando en una relación de dependencia. Cuesta mucho que el amor sea recíproco con la misma intensidad. Es casi un milagro, diría. En el poema Libertad hablo de alguien que quiere que le persiguen, lo que provoca dinámicas de ligarte con lo invisible.
¿El deseo se va haciendo más extremo en tus libros?
— Voy hablando y reincidiendo en escribir sobre el amor, la pasión y el deseo. En Tan bonita y tirana hay un momento en que el deseo se va hacia los límites, hacia los márgenes. El deseo puede ser muy intenso y peligroso, te puede llevar a lugares de pensamiento interesantes, que son potentes pero que a la vez te pueden hacer daño. En La princesa sois Tú existía un deseo que se manifestaba a través de las cartas que una voz escribía. Aquí, la escritura está muy agarrada al evento.
¿Trabajabas en el libro mientras lo vivías? Dicho de otro modo, ¿escribías desde la pasión y el sufrimiento, o cuando ya los habías dejado atrás?
— Desde dentro. Escribir después de salir de todo esto habría implicado tematizar el sufrimiento y analizarlo poéticamente. Existe una experiencia de dolor que puede dejarte literalmente muda. Escribirla era una forma de volver al lenguaje, pero haciéndolo desde la turbulencia.
Transmites esa turbulencia en muchos de los poemas.
— Me cuesta leerlos en voz alta. A menudo se me termina el aire. Hay lectores que me han dicho que deben detenerse a medio libro porque sufren demasiado.
Esto me pasó cuando llegué a Resistencia. Habla de la visita de alguien "autoritario y altivo". "Eso es lo que has hecho -escribes más adelante-: introducirte en un cuerpo que reclamaste y rechazaste todo a la vez, organizar una misión para menospreciarlo y deshacerlo, bombardearle el deseo y saquearle la lengua". Es un texto muy duro. No sales indemne, como lector.
— El principal destinatario de este libro —y el que aparece en Resistencia— es un tú muy narcisista. No es sólo dominador, sino que le gusta mucho haberse conocido. Hay un espejismo muy grande en esta forma de ser. Enamorarse de alguien así, dice mucho de quien se enamora. Es decir, ¿qué te atrae de él? ¿Cuál es la fuerza que te lleva hacia un sitio de este tipo?
Si la pregunta me la hicieras a mí, te diría que alguien que acumula inseguridades podría sentirse atraído por alguien cargado de certezas.
— De certezas aparentes y que sabe transmitir como tales.
A menudo proyectamos en el amado lo que no tenemos y anhelamos. ¿O quizás no es así?
— Aquí hablo de algo que se le puede llamar amor y que, en el fondo, te vacía por completo. De hecho, te deja despojado. No sé por qué, pero si tuviera que ponerle una imagen a este tú, para mí es la Medusa del cuadro de Caravaggio. Es esa perfección, esa grandeza, esa cosa en el fondo tan bella y tan bonita, pero que a la vez es completamente tirana porque, si la miras, te inmoviliza. La Medusa te deja completamente sin voluntad, sin capacidad de movimiento, despojado de ti mismo.
En un momento determinado en el que ya estás sufriendo mucho, te preguntas si lo que has vivido es amor o "dejarse caer por el suelo, durmiendo en un rincón cualquiera, andar destruido hasta encontrarse en una cueva".
— No quiero hacer apología del dolor como paso necesario para llegar al conocimiento, pero sí que es verdad que del dolor se sale de otra manera y con otro tipo de fuerza. Acabas pensando que, sin embargo, ha merecido la pena.
¿Siempre acaba el amor?
— Aunque mi experiencia haya sido hasta ahora que sí, que el amor siempre acaba, vivo sintiendo que el amor debería poder no terminarse. Hay algo en mí que llega a creer en él, y no tiene que ver con el romanticismo, sino con algo muy profundo que quizá, en vez de desaparecer, se va transformando.
Además de publicar Tan bonita y tirana has recuperado Maripasoula, un libro de viajes que escribiste hace más de una década. ¿Le has releído?
— Sí. Recuerdo que esa fue una época muy feliz. Había sufrido muy poco todavía. Me acuerdo cargando una mochila personal poco o nada cargada. A medida que vas viviendo, la cosa se retuerce cada vez más. En Maripasoula, la voz mira hacia fuera, se da completamente al exterior, a las personas con las que se cruza y que la llevan por los lugares. Es un sujeto abierto al mundo.
¿Hay algún otro viaje que hayas hecho sobre el que podrías escribir?
— Hay uno, sí, pero debería dar un salto temporal enorme. Cuando tenía 4 años fui a la India con mis padres y me puse muy enferma. De hecho, estuve a punto de morir por culpa de una neumonía. Pasé un mes ingresada en un hospital de Nueva Delhi. Uno de los recuerdos que tengo es que me hice muy amiga de un niño. Jugábamos mucho y nos comunicábamos sin hablar ninguna lengua en común. Un día, aquel niño, del que no recuerdo el nombre, se marchó... y ya no volvió más. Había muerto.
CUATRO LIBROS SOBRE EL AMOR HOY
'Tendresa radical'
Seyda Kurt
Descontrol
Traducción de Elsa García y Serge Llorca Lloret
¿Es posible un rediseño radical del amor? Seyda Kurt se propone desmontar en este ensayo salpicado de anécdotas biográficas las normas del amor enmarcadas en el contexto del patriarcado, el racismo y el capitalismo y explora modelos de relación distintos al tradicional.
El fin del amor
Eva Illouz
Katz Editores
Traducción de Lilia Mosconi
Abandonar una relación se ha convertido en un acto cada vez más frecuente, sea a través del divorcio, separación o falta de compromiso. Eva Illouz muestra los efectos culturales, sociales y económicos de eliminar los lazos personales afectivos.
Todo sobre el amor
hermoso hooks
Tigre de Papel
Traducción de Anna Llisterri
Crecemos con la promesa del amor, pero mucha gente adulta cree no tener ni idea de cómo amar, empezando por sí misma. El ensayista bell hooks define el amor como una acción y no como un sentimiento y cuestiona la centralidad del sexo y el deseo en las relaciones de pareja.
El dilema del amor
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Ángulo Editorial
Después de repasar la historia del amor, Lluís Calvo aborda la imposibilidad de deshacerse de ellos, el pleno reconocimiento de la alteridad, la necesidad de desaprenderlo todo en una nueva relación y, finalmente, reclama la necesidad de una nueva afirmación del amor.