Un homenaje necesario al añorado Paul Auster
Una veintena de autores, traductores, periodistas y amigos del autor, fallecido a los 77 años, le recuerdan en la librería La Central
BarcelonaAunque hacía un año que Paul Auster había hecho público que tenía cáncer, su muerte, el pasado 1 de mayo, a los 77 años, provocó miles de comentarios de cariño por parte de algunos de sus lectores. Edicions 62, que desde hace más de dos décadas ha publicado gran parte de la obra del autor de Trilogía de Nueva York (1987), ha querido homenajearle con un acto en el que han participado una veintena de novelistas, periodistas, traductores y amigos de aquel el escritor de mirada azul y serena que, mucho antes de ganarse la vida con sus libros, había trabajado en una tienda de electrodomésticos, en una plataforma petrolera o incluso ocupándose de traducciones singulares como la de la Constitución norvietnamita.
Durante la velada en el patio de la librería La Central de la calle Mallorca de Barcelona, que ha presentado con oficio Marta Vives y ha durado casi dos horas, se ha recordado el día que Archie Ferguson pierde la virginidad en 4 3 2 1 (2017) –fragmento leído por el propio autor en audiolibro, gentileza de Albert Forns– o la última vez que ve a su padre con vida en La invención de la soledad (1988), que ha elegido a la periodista y escritora Eva Piquer. Albert Nolla, traductor de una quincena de libros del autor al catalán, recordaba que Auster le ha hecho pasar grandes ratos, "algunos muy divertidos". David Castillo ha reivindicado su vertiente poética eligiendo uno de los poemas de Desapariciones.
El periodista Xavi Ayén, que ha leído el inicio de Mr. Vértigo (1994), ha explicado que en la "casa de Brooklyn donde vivían Auster y Siri Hustvedt llegaron a repasar su colección de DVD" para demostrar que el autor, en palabras de Antoni Bassas, era "un genio accesible ". El escritor Rafael Vallbona ha explicado que programó una cita imposible para conocerle en Nueva York. "En el aeropuerto de El Prat me hicieron saber que habían cancelado el vuelo porque en el JFK había un metro y medio de nieve", recordó.
Paul Auster y Siri Hustvedt eran unos enamorados de Catalunya. Quizás contribuyó Francesc Parcerisas, que invitó a Hustvedt en el 2003 a pasar tres semanas en un programa de la Institución de las Letras Catalanas. "La acabé llevando a la fiesta de cumpleaños de mi madre", ha dicho antes de que el poeta Melcion Mateu leyera un fragmento de Diario de invierno (2012) que reconstruye el día en que la pareja se conoció. También Gerard Quintana tiene una historia personal con Auster: durante años se envió cartas con Denise Baumgartner, una chica de la que se enamoró en París. "Siempre había creído, como otros muchos lectores, que Auster me escribía a mí directamente, pero cuando publicó Baumgartner hace unos meses quedé de piedra", ha dicho. Era inevitable que el cantante y escritor eligiera leer el inicio de La música del azar (1990). Pilar Beltran, editora en catalán de Auster desde hace dos décadas, ha cerrado el acto elogiando la "gran generosidad" del escritor antes de seleccionar un fragmento en el que explica cómo su familia llegó a Estados Unidos desde muchos sitios diferentes. Quizá por eso Auster, que no se sentía de ninguna parte, ha acabado siendo un autor querido por todas partes.