Sant Jordi 2024. En el almuerzo informal del Grup 62, mientras alguien intenta convencer a Salvador Illa de leer la apasionante y detallista biografía de Josep Pla escrita por Xavier Pla –1.500 páginas–, la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, se une al grupo. El líder del PSC se le dirige de repente: “No sé si te hago un favor, pero sepas que en público digo que lo estás haciendo bien. Lo pienso honestamente”. La consellera, discreta y educada, sonríe. Illa insiste en que la gestión es muy importante y que la consellera conoce el sector por dentro y eso se nota. Sant Jordi siempre es un paréntesis.
¿Podrían alargar el paréntesis y ponerse también de acuerdo, Illa y Garriga, ERC y el PSC, en la política lingüística? Quizás a Illa le iría bien leer los capítulos de los años 40, cuando Pla, que ve que quieren convertirlo en el perfecto escritor bilingüe, afirma rotundo que el bilingüismo es un desastre y que él es solo un escritor en catalán. Y entonces se conjura para realizar una monumental contribución para salvar la lengua. ¿Cómo la salvaremos ahora?