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Jéssica del Moral: "A veces seguimos viendo amigos de la escuela con los que no tenemos nada en común"

La periodista debuta en la literatura con 'Vínculos, afectos y grilletes', un libro de historias encadenadas sobre los efectos de las diferentes relaciones afectivas

La periodista y escritora Jéssica del Moral fotografiada en Barcelona
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BarcelonaGracias a una sartén de cangrejo azul que no le quisieron servir, la periodista Jéssica del Moral (Martorell, 1982) ha dado el salto a la literatura. Se encontraba sola en un restaurante en el Delta del Ebro cuando le dijeron que no podía pedir la sartén en cuestión porque debían ser dos personas. Se planteó pedirle al desconocido de la mesa de al lado si la quería compartir con ella, pero al final hizo un tuit explicando la situación. "El periodista Jaume Clotet respondió diciendo que era un buen inicio para una novela y la editora Glòria Gasch añadió que tenía razón", recuerda Del Moral. Hacía tiempo que la periodista y presentadora del programa Conectado de La Red tenía manuscritos en el cajón y aquellos mensajes la animaron a tomárselos en serio. La anécdota ha sido el detonante de Vínculos, afectos y grilletes (Columna), una ficción hecha de historias encadenadas que refleja cómo las relaciones afectivas pueden ser un refugio, pero también una condena.

"Somos animales sociales y nos definimos en función de los vínculos y de lo que los demás proyectan sobre nosotros", afirma Del Moral. Entre las páginas de la novela aparecen parejas adolescentes que se rompen con la irrupción de una tercera persona, una viuda reciente que se envuelve con un desconocido, un padre de familia con amnesia transitoria y una expat italiana que lo ha sacrificado todo por el trabajo y se encuentra sola en París. La autora juega con los azares para acercar a los personajes que, de una u otra forma, acaban todos conectados. "La vida está hecha de un conjunto de casualidades que acaban llevándonos por unos caminos u otros. No todos acabamos casados ​​o conviviendo con gente de nuestro entorno con la que íbamos a la guardería", subraya Del Moral.

Amigos con plaza por antigüedad

Bajo las historias del libro bautiza una crítica subyacente a la institucionalización de algunas relaciones, sean de amor o de amistad. "A veces tenemos cuarenta años y seguimos viendo amigos de la escuela con quienes no tenemos nada en común, como si se hubieran ganado la plaza por antigüedad. También ocurre con ciertas relaciones laborales, que seguimos manteniendo porque nos cuesta romper el vínculo, porque nos da miedo el vacío. Quizás podríamos hacer como el amor, una ruptura sana y clara". En el libro hay un personaje que lo pone de manifiesto: una mujer escribe a todos sus amigos y les dice que, durante años, les ha hecho regalos de boda y para sus hijos. Ahora pide un regreso: quiere irse a vivir a Los Ángeles y espera que le ayuden a pagarlo, escribe en un mensaje que acaba con el número de cuenta.

La historia se inspira en una amiga de la autora que hizo el mismo gesto con el deseo de marcharse a la India. De hecho, Del Moral se ha nutrido de las situaciones que ha visto a su alrededor para construir a los personajes del libro. "Todos vienen, en un grado u otro, de mi entorno o de cosas que me han pasado a mí. Supongo que tengo un radar, almaceno cosas que veo que podrían ser una historia y en el momento de ponerme a fabular lo que emerge como si se hubiera estado esperando", apunta la escritora. Pasar todas estas vivencias por la criba de la literatura le ha servido para objetivarlas, dice: "He analizado sus conductas y sus arcos vitales, y ahora lo veo todo desde otra perspectiva".

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