Literatura

Últimas horas de un médico condenado a muerte

Martí Domínguez reconstruye en 'Ingrata patria' el fin de Juan Bautista Peset Aleixandre, médico fusilado por el franquismo

Un retrato de Juan Bautista Peset Aleixandre
27/11/2025
2 min
  • Martí Domínguez
  • Ediciones Proa / Destino
  • 288 páginas / 21,90 euros

Joan Baptista Peset Aleixandre fue un prestigioso médico valenciano, catedrático de medicina legal y rector de la Universidad de Valencia, fusilado por el franquismo en mayo de 1941. Procedía de una brillante estirpe liberal de médicos e intelectuales valencianos (su padre fue uno de los presidentes de honor del Primer Congreso de Médicos, Frente Popular en las elecciones de 1936, integrado en el partido de Manuel Azaña, Izquierda Republicana.

Su excelencia científica iba aparejada con gran popularidad, pero no dejaba de ser, a ojos de algunos, un hombre de extracción burguesa haciendo de compañero de viaje de las fuerzas proletarias que hicieron frente al Alzamiento. De una u otra forma, fue juzgado tras la guerra e inicialmente absuelto, pero en un segundo juicio se le condenó a muerte, no por ningún delito de sangre, sino por un discurso en el que defendía abiertamente la República española. Un crimen intelectual, muy en la línea del "Muera la inteligencia" de los partidarios de la barbarie.

Martí Domínguez quiso aprovechar la peripecia de Peset para explorar, con una perspectiva polifónica, sus últimas horas antes del fusilamiento. Es así como vamos asistiendo al testimonio de los diferentes actores que rodean a Peset de camino a la fosa: el cura que le confiesa, el director de la Cárcel Modelo de Valencia, el médico que debe firmar el certificado de defunción, los compañeros que mueren con él...

Una memoria parcialmente recuperada

Después de La siega (dedicado a los maquis de las montañas de Els Ports) y El espíritu del tiempo (sobre la colaboración de los científicos alemanes con el nazismo), Domínguez cierra con Ingrata patria una ambiciosa trilogía sobre las guerras del siglo XX y su herencia. Hay que decir que Peset Aleixandre vio recuperada su memoria después de la dictadura: un hospital, una avenida importante y un colegio mayor le conmemoran en la ciudad de Valencia. Pero hasta hace poco alguno de quienes le delataron (sus propios colegas académicos), como el siniestro Marco Merenciano, también formaban parte del nomenclátor toponímico urbano. Merenciano colaboró ​​con el tristemente famoso Antonio Vallejo-Nájera en la búsqueda del supuesto "gen rojo", lo que identificaba inequívocamente los caracteres propicios a profesar ideas "marxistas" (sic).

Por suerte, la vigente ley de memoria histórica ha puesto freno a ese disparate. La antigua calle Merenciano, cerca de la avenida Peset, lleva ahora el nombre de un activista vecinal. Así se escribe –también– la historia.

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