"¡Es una injusticia!": los estudiantes de Castellbisbal quieren exhumar la fosa del pueblo
Los alumnos de Les Vinyes localizan a la familia de uno de los soldados enterrados y les acompañan en un homenaje al cementerio
CastellbisbalTan sólo unos pocos pasos separan el Instituto Escuela Les Vinyes del cementerio de Castellbisbal. Por eso, cuando en clase, dentro del proyecto Memoria Olvidada, donde profundizan en la Guerra Civil y la represión, mostraron el mapa de fosas, algunos estudiantes saltaron de la silla. "Vimos que teníamos una al lado. Primero creía que estábamos encima, fue impactante, y fuimos al cementerio", dice Estel, una estudiante de Les Vinyes. "Es muy fuerte que lo tuviéramos tan cerca y no supiéramos nada", añade. En el cementerio de esta población del Vallès Occidental hay dos fosas, una con los restos de tres soldados y otra con doce, y sólo se sabe el nombre de uno de los soldados republicanos enterrados. Los hombres que estuvieron inhumados murieron mientras intentaban frenar, sin éxito, la ofensiva franquista del 25 de enero de 1939. Ninguna señalización les recuerda.
Los estudiantes de 3º y 4º de ESO de este centro no se han limitado a conocer la fosa ya indagar sobre su historia. Desde el centro educativo han iniciado una auténtica labor detectivesca para averiguar más cosas y han emprendido una lucha para que la fosa sea exhumada. Parte de la investigación les ha llevado a encontrar a la familia de uno de los soldados que están enterrados y este viernes el yerno y dos de los nietos del soldado Joan Torruella han traído flores al cementerio, en un acto muy emotivo con los estudiantes. "No quisimos cumplir con el proyecto de la escuela y lo suficiente. Hemos querido hacer mucho más porque es muy importante", dice Celia. "Eso debería haberse hecho como país. Me parece terrible que no se haya hecho hasta ahora", explica Bruna. "Las familias tienen derecho a saber dónde pueden llevar flores y dónde pueden ir para hablar con sus muertos, tienen derecho a exhumar a los familiares ya enterrarlos dignamente", afirma Rayan.
Joan Mir es el nieto de Joan Torruella, el soldado de Cardedeu que murió en Castellbisbal y dejó atrás a una mujer y dos hijos, una niña de 6 años y un niño de 4. La niña, Pilar, llevó flores al cementerio durante. enterraron, porque llevaba un anillo con las iniciales. Avisaron a mi abuela ya mi madre", relata Mir. Cuando Pilar reunió suficiente dinero, hizo instalar una cruz y la fotografía del abuelo. Sin embargo, tanto la cruz como la fotografía desaparecieron. "Vinimos durante muchos años, pero cuando mi madre murió, hace unos diecisiete años, dejamos de hacerlo. Además, el cementerio había cambiado y la cruz había desaparecido", explica. Tan sólo unas pocas horas separaron la muerte de Joan Torruella de otra tragedia familiar. "Bombardearon Cardedeu y en la casa de mi padre murieron cinco personas; entre ellas, la hermana pequeña de mi padre, mi tía", dice Mir, que en el cementerio ha recordado a los estudiantes las muertes que hay en una guerra. "Mueren personas jóvenes, como el padre, niños... Nunca más una guerra", dice.
"Queremos coger el relevo"
Los estudiantes han agradecido muchísimo a la familia de Joan Torruella haber asistido al homenaje. "Gracias de verdad y desde el fondo del corazón por haber venido –han dicho los estudiantes en el discurso–. Mañana es el día de Todos los Santos, una festividad en la que desde tiempos inmemoriales y en todo el mundo se honran los muertos. Se les recuerda, se les hace presentes, se acuerdan de nosotros como nos han agradecido sus vidas. merecen".
Han recordado también los valores por los que se luchó durante la Guerra Civil: "Aquí hay personas que decidieron luchar por defender lo que legítimamente habían decidido las urnas, personas que quisieron detener el avance del fascismo, personas que lucharon para defender la libertad, la democracia, por ellos, pero también era suya. Personas a las que les desarraigaron el nombre y la memoria. Ahora, más de 86 años después de aquel invierno del 39, nosotros, un grupo de alumnos del IE Les Vinyes, queremos coger el relevo e iniciar los trámites para poder abrir las personas que desenterran a las personas. y que sus familiares puedan despedirse de ellos con dignidad".
Dos estudiantes, Emma y Alexia, también han escrito un poema que, entre otras cosas, dice esto:
La memoria democrática es un derecho.
Cada fosa abierta desenterra una historia.
Hoy nosotros hacemos un grito a aquel pasado.
Un pasado que después de tanto tiempo silenciado debe ser homenajeado.
Todos estos estudiantes dedicaron más de 100 horas a conocer la Guerra Civil y la dictadura. "Dedicamos tres meses y nueve horas a la semana porque creemos que hay que profundizar y que no basta con tratar este tema de manera superficial. Emociona ver cómo reflexionan. Ha pasado con uno de los estudiantes, que tonteaba con Vox y hacía bromas, y después del proyecto ha dejado de banalizar ciertas cosas. y trabajan juntos, pueden cambiar cosas", asegura Belén Cuesta, profesora de Les Vinyes. Incluso han creado una comisión dedicada exclusivamente a la fosa y han tenido la ayuda y asesoramiento del arqueólogo forense René Pacheco, que tiene una larga experiencia en la búsqueda de personas desaparecidas.
Los descubrimientos familiares de los alumnos
El proyecto ha servido para que muchos estudiantes indagaran sobre la historia familiar propia y descubrieran hechos que desconocían. "Hemos utilizado el portal de archivos españoles PADRES o Todos los Números buscando un hilo del que estirar para encontrar datos", dice Cuesta. Martina, por ejemplo, explica que encontró documentación sobre la detención, el juicio sumarísimo, el encarcelamiento y la desaparición de su tatarabuelo Santiago: "Vivía en un pequeño pueblo de Zaragoza, se lo llevaron y lo fusilaron. Está enterrado en una fosa", explica Martina. Jhonatan descubrió que sus orígenes no son paraguayos sino que sus tatarabuelos, la maestra Julia Ferrari y Manuel Garrido, que era militar republicano, eran exiliados españoles que primero llegaron a Argentina y después al pueblo de Curuguaty, al Paraguay . enterrado en la puerta del cementerio de Berlanga (Badajoz) el 4 de octubre de 1936. Marta ahora sabe que la familia de su bisabuelo lo perdió todo porque las tierras que tenían fueron colectivizadas durante la Segunda República. No hay derecho a que no conozcamos nuestro pasado y ahora, en vez de darnos más derechos, nos los están tomando", dice Bruna. "Hay un gran desconocimiento sobre Franco, no se sabe qué hizo, y eso es culpa de las familias y de las escuelas que no lo han explicado", afirma Celia. A ambas el proyecto de la escuela les ha abierto la proyecto sobre la guerra y la dictadura.