50 años de la muerte de Franco

«El rey tardó seis meses en pronunciar la palabra 'democracia'»

La exposición 'Y después de Franco, ¿qué? (1965-1975)' explica los diferentes escenarios con los que soñaba el antifranquismo

La exposición 'Y después de Franco, ¿qué?'
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Barcelona"50 años después llevamos a Franco en prisión Modelo, hacemos justicia poética", asegura el historiador Andreu Mayayo, que comisaría, con el también historiador José Manuel Rua y el Centro de Estudios Históricos Internacionales de la UB Y después de Franco, ¿qué? (1965-1975). La exposición, que puede visitarse en la antigua prisión del Eixample, es un viaje a través de los últimos años de la dictadura. Habla de la agonía de Franco, pero también de lo que podría haber ocurrido y de los distintos escenarios con los que soñaba el antifranquismo. Al final, hay una urna en la que se puede votar entre algunas alternativas: desde un franquismo sin Franco hasta la democracia político-social de los comunistas pasando por las terceras vías catalanas, entre otras muchas posibilidades. Cuando la exposición llegue a su fin, el 19 de julio, se publicarán los resultados.

"Hemos querido poner el foco en los que se complicaron la vida para imaginar cómo sería todo después de Franco", explica Mayayo. La exposición, que impulsa el Ayuntamiento de Barcelona, ​​comienza con el fusilamiento de tres militantes del FRAP y dos de ETA en 1975. "Franco mantuvo el poder hasta el final asesinando a opositores", dice Rua. "Había mucha incertidumbre y angustia porque nadie sabía lo que iba a suceder después de Franco y el heredero del dictador, Juan Carlos de Borbón, no daba ninguna señal de cambio democrático. En el discurso de investidura como rey, Juan Carlos I, se refirió a Franco como una figura excepcional de la historia de España y en ningún momento pronunció la palabra democracia, no lo hizo hasta seis meses después en Estados Unidos", añade Rua.

La primera audiencia pública del joven monarca fue con la asociación de ex combatientes (los golpistas) de la Guerra Civil. No era demasiado esperanzador. En la calle, sin embargo, la ciudadanía sí dejó claro que no quería una dictadura. Laforsa, que levantó el Baix Llobregat. Una imagen inmensa de Francisco Téllez, militante de CCOO y el PSUC que fue brutalmente torturado tras la muerte del dictador, demuestra que la Transición no fue una fiesta. y de humor, que era una forma de superar la censura.

En la cuarta galería, la exposición es como un inmenso colegio electoral donde se muestran los proyectos sociales y políticos que se estuvieron incubando desde la década de los sesenta. Aparecen desde la Unión Militar Democrática a actores como Mario Gas o Enric Majó manifestándose con carteles donde se lee: "Los actores catalanes necesitan y exigen trabajo". Y también hay reivindicaciones de los derechos LGTBI y de cambios en la Iglesia. Igualmente, hay intentos que no acabaron de prosperar, como el de una federación de partidos socialistas y una España federal, o las diferencias entre la España que querían los exiliados que se habían marchado después de la dictadura y la que querían quienes habían emigrado por motivos económicos. Y no falta espacio para el destape: "No era una liberación de la mujer sino la continuidad de la represión franquista", asegura Mayayo.

Entre los sesenta fotografías que se pueden ver hay una de 1974 donde aparecen Joan Antoni Samaranch, político franquista, empresario y presidente del Comité Olímpico Internacional entre 1980 y 2001, y Rodolfo Martín Villa, exministro y ex gobernador civil de Barcelona, ​​alza. El entonces alcalde de Barcelona, ​​Enric Massó, no le alza. "No era obligatorio hacerlo", dice Mayayo.

Al final, hay un vídeo donde se pueden ver largas colas y gente acumulándose en los colegios electorales para votar por primera vez en más de cuatro décadas con motivo del referéndum de la ley para la reforma política, el 15 de diciembre de 1976. Aparece una votante bastante conocida: Carmen Polo, la. "Ella sí tuvo derecho a votar", afirma Mayayo.

La exposición quería despedirse con una gran fiesta, porque el 19 de julio, precisamente, se conmemorarán los 90 años del fracaso del golpe de estado en Barcelona. "Aún no tenemos claro lo que haremos porque coincide con la final del Mundial de fútbol", afirma Mayayo.

Algunos de los chistes que circulaban durante la agonía del dictador.
Francisco Téllez, torturado tras la muerte del dictador.
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