Jordi Savall homenajea a las mujeres músicas en Santes Creus
El Festival Jordi Savall reúne en el monasterio de Santes Creus formaciones como Hespèrion XXI, Le Concert des Nations Féminin, la Capilla Real de Cataluña y The Ministers of Pastime
BarcelonaAbarrotada de sillas de plástico, la plaza Bernat Calvó del monasterio de las Santes Creus tenía una apariencia perfectamente barroca. Desde las seis de la tarde, músicos y técnicos de sonido ultimaban los preparativos de la actuación de Le Concert des Nations Féminin, una de las propuestas más esperadas del tercer Festival Jordi Savall, prevista para la noche del domingo 13 de agosto. Esta orquesta, formada exclusivamente por mujeres menores de 39 años, rindió homenaje a las chicas del Ospedale della Pietà de Venecia, que en el siglo XVIII destacaron como intérpretes bajo la maestría de Antonio Vivaldi. Ante un millar de personas venidas de toda Cataluña, la orquesta femenina de Savall interpretó Las cuatro estaciones —escritas hace exactamente 300 años— y otras obras del compositor barroco con una sonoridad especialmente orgánica, sin estridencias, con la energía de la violinista Alfia Bakieva como concertino y solista. El feminismo, que es el hilo conductor del festival de este año, tomó el escenario para “mostrar al mundo que no sólo los hombres poseen los dones del arte y el intelecto”, como ya escribió la compositora veneciana Maddalena Casulana en el siglo XVI.
“Le Concert des Nations Féminin no habría sido posible sin las academias profesionales con las que hemos trabajado estos últimos años”, dijo Savall, haciendo referencia al Proyecto YOPCA para jóvenes intérpretes, impulsado por el Centro Internacional de Música Antigua (CIMA). Sin pretenderlo, con este comentario señaló una de las peculiaridades más relevantes del festival: no sólo es un festival de música antigua con un programa excepcional, sino que, por encima de todo, es el punto de encuentro de decenas de músicos que orbitan en torno al violagambista. Durante casi cinco décadas, ejerciendo un liderazgo constante, Savall ha conseguido movilizar a generaciones de intérpretes de diferentes países y ha hecho de catalizador de formaciones ahora ya referentes en el panorama internacional de música antigua, como la Capilla Real de Cataluña, Le Concert des Nations y el Hespèrion XXI, que en el 2024 cumplirá cincuenta años. Y todo ello sin demasiados aspavientos, con un humanismo a la altura de los retos globales actuales y una devoción por la música que le ha llevado a trabajar vertiginosamente por todo el mundo.
La austeridad musical más radical de Savall
El sábado 12 de agosto por la noche, en la iglesia de Santes Creus, los solistas de la Capilla Real de Cataluña y el Hesperion XXI interpretaron juntos un programa de madrigales de Claudio Monteverdi, alternados con piezas instrumentales de compositores ingleses como Anthony Holborne y John Dowland. A diferencia de otras propuestas más comerciales, este concierto condensó a la esencia savalliana más pura, la austeridad musical más radical. Siguiendo el hilo conductor del festival, el repertorio pretendía homenajear a las musas de Monteverdi, como Arianna, la heroína abandonada que inspiró el recitativo El lamento de Arianna.
Los conciertos diurnos del domingo 13 también dieron un protagonismo especial a las mujeres. A mediodía, la cantante Teresa Yanet, acompañada del guitarrista Frank Pereira y el percusionista Marlon Rodríguez, ofreció un recorrido por varias canciones cubanas, haciendo gala de una potencia teatral conmovedora, sobre todo en piezas como Tú no sabe inglés, de Emilio Grenet, y ¡Ay Mama Inés!, de Eliseo Grenet. Por la tarde, antes de la actuación de Le Concert des Nations Féminin, The Ministers of Pastime interpretó obras de Barbara Strozzi, Maddalena Casulana e Isabella Leonarda, tres compositoras del siglo XVII que la musicología feminista ha reivindicado estos últimos años.