El primer concierto sin distancia en el Palau Sant Jordi agota las entradas en horas

Love of Lesbian ofrecerá un concierto para 5.000 personas con prueba de antígenos

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BarcelonaBuenas noticias para la música en directo. El Palau Sant Jordi acogerá el 27 de marzo un concierto de Love of Lesbian para 5.000 personas, todo el mundo de pie y con mascarilla, pero sin distancia de seguridad. Se trata de una prueba similar a la que se hizo en Sala Apolo en diciembre, pero pensada para grandes acontecimientos. Por lo tanto, con pruebas de antígenos en el mismo día del concierto. De hecho, en esta prueba participa la Fundación de la Lucha Contra el Sida del Hospital Germans Trias y Pujol, que fue la misma que supervisó el ensayo de la Apolo. El acontecimiento, bautizado como Festivales por la Cultura Segura, cuenta con la autorización del departamento de Cultura, un apoyo que ha hecho explícito la consellera Alba Vergés con su presencia en una rueda de prensa celebrada este viernes en Montjuic. "Hoy empezamos la remontada", ha dicho Jordi Herreruela, director del Festival Cruïlla. Las entradas se han agotado en cuestión de horas en la web festivalsperlaculturasegura.com.

Josep Maria Llibre, investigador de la Fundación de la Lucha Contra el Sida y del Hospital Germans Trias y Pujol, ha explicado que el éxito del ensayo en la Apolo, que no generó ninguna transmisión de covid, ha marcado el camino para dar un salto de escalera y programar un concierto para 5.000 personas, con medidas para reducir el riesgo de contagio que demostraron que los conciertos "no son espacios de supertransmisión de covid". Habrá tres medidas fundamentales. La primera, un cribado previo con test de antígenos que se hará la mañana del día del concierto en tres lugares: Sala Apolo, Razzmatazz y Luz de Gas. "Los tests de antígenos son rápidos y baratos e identifican el riesgo de contagio", dice Llibre. Como el día del ensayo de la Apolo, los resultados se conocerán a través de una aplicación. La segunda medida tiene que ver con "la optimización de las medidas de ventilación de la instalación para garantizar la calidad del aire". El propósito es que el aire de dentro del Palau Sant Jordi tenga la misma calidad que el de fuera. Y la tercera medida es el uso de mascarilla FFP2, que será facilitada a los espectadores a la entrada del Sant Jordi.

A diferencia del ensayo en la Apolo, esta vez no habrá grupo de control (gente que se hace el test pero no va al concierto) ni se hará una prueba PCR al cabo de una semana. "No es un ensayo clínico controlado. Es un concierto comercial", ha dicho Llibre. Aun así, se hará un seguimiento para ver si entre los espectador hay nuevos infectados detectados por el sistema de salud en las dos semanas posteriores al concierto.

"Iniciamos un camino que no es definitivo, porque este modelo seguramente no será el definitivo, pero trabajamos con la idea de retomar la actividad en verano", ha explica Herreruela. El coste del concierto del 27 de marzo en el Palau Sant Jordi es de 200.000 euros, según ha informado el director del Crüilla: "Entre 80.000 y 90.000 los cubrimos con las entradas. Tenemos un agujero que asumimos los promotores con el apoyo de las administraciones y los patrocinadores", ha añadido Herreruela.

"Queremos que el público esté con libertad, que pueda disfrutar como antes", ha dicho Joan Rosselló, de la promotora The Project y del Festival Porta Ferrada. La pista del Palau Sant Jordi estará dividida en cuatro sectores. "El público solo tendrá que seguir dos medidas: llevar mascarilla y el sentido común", ha añadido Rosselló. Habrá circuitos separados tanto para los accesos como para la movilidad dentro del espacio.

El acto ha reunido a directores de los principales festivales del país, como por ejemplo Primavera Sound, Sónar, Cruce, Canet Rock, Vida y Porta Ferrada, además de representantes de la Acadèmia Catalana de la Música, la Xarxa de Festivals Musicals, la Associació de Representants i Promotors, la Unió de Músics y la Associació de Sales de Concert, entre otras organizaciones. Es decir, unidad de sector y trabajo conjunto con las administraciones ante una iniciativa que tiene que abrir un horizonte más luminoso para una actividad cultural especialmente afectada por la pandemia. "La ocasión merecía una respuesta única de sector, como yo no había visto nunca", ha dicho Ventura Barba, uno de los directores del Sónar. Esta experiencia, pionera en Europa, es el modelo para ensayos similares que se harán en París y Marsella.

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