Patrimoni

El Metropolitan de Nueva York compra un Cecco del Caravaggio que estuvo expuesto en Barcelona

Se trata de una 'Crucifixión' que hasta hace poco se consideraba de un autor "anónimo español del siglo XVII"

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'Crucifixión', de Cecco del Caravaggio

BarcelonaLa restauración de obras de arte puede dar muchas sorpresas. El Metropolitan Museum de Nueva York compró hace unas semanas en el stand de la galería Caylus de la feria Tefaf de Maastricht una pintura por 280.000 euros. Se trata de una pequeña Crucifixión (57,5 x 38,5 cm) del pintor italiano del siglo XVII Cecco del Caravaggio (1588/90–después de 1620) que había sido expuesta en el anticuario barcelonés Palau Antiguitats como un "anónimo español del siglo XVII". Cuando, por encargo de Caylus, los restauradores retiraron los barnices, que se habían amarilleado con el paso del tiempo, toda la potencia de la obra volvió a salir a la luz. “A pesar de que la pintura estaba sucia se podía apreciar su altísima calidad y el estilo caravaggista, que la situaba en la Roma de principios del siglo XVII”, recuerda el director de la galería Caylus, José Antonio de Urbina.

Francesco Buoneri, más conocido como Cecco del Caravaggio, se formó en el taller de Caravaggio y también fue uno de los modelos del genio del claroscuro. Las razones por las que recibió ese apodo son diversas. Cecco es un diminutivo de Francesco. Como también habría sido amante de Caravaggio, el apodo querría decir que era como una posesión de su maestro. Asimismo, en italiano cieco significa ciego, así que el apodo significaría que Buoneri había quedado “ciegado” de Caravaggio.

A Cecco se le atribuyen una treintena de pinturas, algunas de las cuales son propiedad de museos tan importantes como el Prado y el Arts Institute de Chicago. En cuanto al Metropolitan Museum, la Crucifixión será la segunda obra de Cecco de la colección, junto con un Martirio de San Sebastián. “De la Crucifixión, y en general de la obra de Cecco, es característico el naturalismo exacerbado en la descripción de los detalles anatómicos”, dice De Urbina. Más concretamente, de este Cristo crucificado destaca “la crudeza en los clavos y el cuerpo macilento, con el torso hundido por el peso y el paisaje de la naturaleza muerta de la calavera” a los pies de la cruz. No cabe duda de que la cara de Cristo concentra en buena parte el dramatismo de la pintura, y también es importante a nivel técnico, porque se corresponde con otras obras de Cecco.

La 'Crucifixión' de Cecco del Caravaggio antes de ser restaurada.
La 'Crucifixión' de Cecco del Caravaggio.

De Urbina recuerda que compraron la Crucifixión en Madrid a un marchante que lo había adquirido a Palau Antiguitats de Barcelona. Como explica al ARA el director de Palau Antiguitats, Albert Martí, por teléfono desde el prestigioso Salón de la Estampe de París, él mismo la había comprado a otro anticuario porque había visto que tenía una "gran calidad". "La sorpresa de la atribución es mayúscula. La tuve en la web siete u ocho años y la expuse en ferias de Madrid y Barcelona durante dos o tres años, y nadie se dio cuenta. Debemos felicitar a Caylus porque supieron ver la magnitud de la pieza", explica Martí, para quien la Crucifixión es un claro "ejemplo de sleeper", es decir, una obra que está dormida durante años hasta que alguien la descubre.

Para consolidar la atribución fue clave el hecho de que la Crucifixión formara parte de la primera gran exposición del pintor, en la Academia Carrara de Bérgamo, celebrada entre enero y abril del año pasado, donde se pudo ver dentro de una vitrina en el centro de la sala principal de la muestra. “Se lo consulté a Gianni Papi, gran especialista italiano en este período y uno de los comisarios de la muestra, y sin dudarlo me comunicó que la Crucifixión es una obra importante de Cecco del Caravaggio y que quería incluirla en la exposición. El hecho de ser expuesta en esta muestra supuso la consagración científica de la obra”, dice De Urbina. Asimismo, tiene un rasgo insólito: está pintada por las dos caras. Por la parte posterior están los instrumentos de la Pasión, como el martillo, los clavos y el cuenco con la esponja de hiel dando la impresión de trampantojo. “El hecho de estar pintada por ambos lados la hace excepcional. Debió de ser concebida para ser admirada sobre algún soporte o un mueble, o enmarcada en algún montaje donde se pudiera aguantar de pie”, explica De Urbina.

Los filtros para poder exportar o no una obra de arte

La Crucifixión ¿se habría podido quedar en Cataluña? ¿El departamento de Cultura habría podido impedir su exportación? Según Francesc Miralpeix, historiador del arte y miembro de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Cultural de Catalunya, la Crucifixión no pasó por esa junta, sino por la junta homónima del Estado, que aprobó su exportación. Esto significa que la obra se expuso en Palau Antiguitats pero que el coleccionista no era catalán, o que sí lo era pero estaba establecido en otro punto del Estado. “En general, la política de la Junta es tratar de adquirir, proteger y conservar todo lo estrictamente del patrimonio artístico catalán. Toda prenda que no sea de artistas catalanes, o que no hayan trabajado en Cataluña, normalmente no es objeto de interés”, explica Miralpeix. “Con este tipo de artistas, los precios pueden ser inasumibles para la junta catalana, y hay piezas que, aunque sean de colecciones catalanas, no puedes detenerlas. En las colecciones históricas hay de todo, y el hecho de que una obra sea de un artista de renombre no significa que sea de interés. En una colección como la Cambó hoy habría piezas que no se detendrían”, subraya.

El proceso no se acaba en Cataluña. Tras pasar por la junta catalana, las obras pasan también por la de Madrid, así que la última palabra sobre las exportaciones siempre la tiene Madrid. “Los vendedores cuelgan las obras en el aplicativo del ministerio de Cultura, y desde aquí se descargan una por una las que provienen de jurisdicción catalana. Se evalúan y examinan y se envía el informe de las decisiones a Madrid, que se reúne a posteriori”, concluye Miralpeix.

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