Cultura

Raquel García-Tomás, Mayte Martín y Vicenta Ndongo, Premios Nacionales de Cultura

Conrad Roset y el espacio escénico itinerante Nilak completan los galardones entregados este jueves

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Raquel García-Tomás, Mayte Martín, Vicenta Ndongo, Conrad Roset y el espacio escénico itinerante Nilak se fotografían con los galardones entregados este jueves

BarcelonaValientes, innovadores y arraigados: con estos adjetivos se podrían describir los Premios Nacionales de Cultura 2024, que han reconocido la labor de la compositora Raquel García-Tomás, la cantante Mayte Martín, la actriz Vicenta Ndongo, el ilustrador Conrad Roset y el espacio escénico itinerante Nilak. Otorgados por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CoNCA), los galardones, dotados con 15.000 euros, han sido entregados este jueves en el Casino de la Alianza del Poblenou, en Barcelona, ​​por Pere Aragonès, presidente de la Generalitat. "Entre la muerte, la miseria y la destrucción actuales existe un contrapeso, la cultura, que es la última manifestación de libertad", ha dicho Vinyet Panyella, presidenta del CoNCA al inicio de la gala, quien también ha reclamado "un aumento del presupuesto dedicado a la cultura" y "unas mejores condiciones laborales para los trabajadores del sector": "Sin una cosa y otra, nuestro ecosistema flaquea".

Vicenta Ndongo (Barcelona, ​​1968) le recibe "por ser uno de los grandes nombres de la escena catalana y por su constante aportación al mundo de la interpretación desde el cine, el teatro y la televisión en los papeles más diversos desde su debut en 1991 ", según recordó el director teatral Carles Alfaro. "Cuando tenía 16 años expliqué a una amiga de la escuela como un gran secreto que quería ser actriz –ha recordado Ndongo–. En esa época, ser actriz no parecía lo mejor para abrirse camino a la vida: los sueños artísticos eran vistos con escepticismo. A la hora de estudiar en el Institut del Teatre fui la primera afrodescendente. Fui pionera sin pretenderlo. ". Desde hace más de tres décadas, Ndongo ha participado en numerosas obras teatrales, entre las que destacan La pata negra (2004) –que también produjo y de la que firmó la dramaturgia–, La plaza del Diamante (2023) y El día del Watusi (2024); en películas como En la ciudad (2003) y Mantícora (2022), y en series como La Mesías (2023). Actualmente Ndongo es coguionista y creadora de la serie Mediadoras.

"Hasta el año 2008 no me dieron un papel protagonista en el teatro –ha explicado–. Fue Carlos Alfaro quien lo hizo: me dio el papel de una mujer blanca en una obra de Harold Pinter, Traición. Desde entonces, mi vida se transformó". La actriz y dramaturga ha asegurado que un premio como éste es el "principio del cambio" por dejar de identificar a las personas "por su físico y particularidades étnicas". "Queremos ser visibles y queremos ser referentes para las futuras generaciones –ha añadido Ndongo–. Por eso hace falta que haya una mayor diversidad en nuestros escenarios". "Soy actriz sin etiquetas ni denominación de origen", ha clamado la ganadora, emocionada, al final de su discurso.

De la ópera a los videojuegos

Raquel García-Tomás (Barcelona, ​​1984) y Conrad Roset (Terrassa, 1984) son los dos Premios Nacionales de Cultura más jóvenes de esta edición. La compositora ha sido distinguida "por su excelencia en la composición musical con una voz propia, fruto de una sólida formación y la aptitud para la innovación contemporánea, que le permiten alcanzar el equilibrio entre la experimentación con el sonido y los recursos visuales sin perder la capacidad de emocionar a un público amplio". El año pasado fue el año de la consagración de García-Tomás gracias sobre todo en el estreno de la ópera Alexina B. en el Gran Teatre del Liceu, aunque su ópera anterior, Je suis narcissiste, ya había demostrado por qué es una de las más destacadas compositoras del país. Y justamente este viernes la OBC estrena en L'Auditori Tres elegías para barítono y orquesta, una pieza compuesta conjuntamente por García-Tomás, Joan Magrané y Octavi Rumbau. "Quiero expresar públicamente mi compromiso con la cultura del país, pero también con quienes no tienen los mismos privilegios que tengo yo ahora –ha dicho García-Tomás–. Continúa la rueda que ha permitido que una chica criada en el barrio barcelonés del Besòs pudiera dedicarse, contra todo pronóstico, a su sueño".

En el caso del ilustrador Conrad Roset, el jurado del CoNCA ha reconocido "la habilidad para llevar su talento al mundo digital con la creación de Gris, el videojuego catalán que más premios internacionales ha ganado, y que ha sido traducido a numerosos idiomas", según recordó el artista Guim Tió, que compartió estudios con el ganador. "Poco a poco, entre todos, estamos haciendo que los videojuegos se consideren cultura, y me tomo el premio como reconocimiento a esta industria –ha afirmado Roset–. Sin la libertad que me dieron mis padres para dibujar y el apoyo de mi pareja, los amigos, los compañeros de estudios y todo el mundo con quien trabajo, hoy no estaría aquí". Gracias a la difusión de su trabajo en internet, Roset empezó su carrera profesional trabajando como ilustrador para Zara, y poco después se estableció como ilustrador freelance y colaboró ​​con marcas y agencias internacionales como Adidas, Coca-Cola, Disney, Heineken o Nike. Su obra se caracteriza "por representaciones del cuerpo femenino mediante diferentes técnicas para captar y plasmar su delicadeza y expresividad", siendo habitual que fusione figuras humanas con motivos florales o integrándolas en su entorno.

Mayte Martín: treinta años de flamenco y boleros

Mayte Martín (Barcelona, ​​1965) ha recibido el Premio Nacional de Cultura "por su contribución a la música cantada, especialmente dentro del flamenco y el bolero, con una voz excepcional y una sensibilidad extremas", ha dicho la actriz que le ha presentado , Marta Millà. La distinción le llega coincidiendo con el trigésimo aniversario de su debut discográfico, Muy frágil (1994), y la publicación de un disco nuevo, Tatuajes (2024). A lo largo de su carrera artística, Martín ha colaborado con músicos como Tete Montoliu, Dulce Pontes, las hermanas Katia y Marielle Labèque y la bailaora Belén Maya. "Llevo 49 años dedicándome a la música, y desde los inicios he sabido que el arte debe estar ligado a la ética –aseguró Martín–. Desde joven supe que debería nadar a contracorriente en medio de la inmoralidad y los peajes que a menudo es necesario pagar en este mundo de la cultura. He tenido que esquivar muchos obstáculos, y el camino hasta aquí ha sido muy difícil. deben hacer por amor y para nada, me decía mi madre, que siempre ha sido el faro que me ha guiado".

Mayte Martin dirigiéndose a los asistentes, al recoger el premio

El quinto galardón ha sido para Nilak, un espacio escénico itinerante (premio Lluís Carulla 2020) que viaja desde 2018 por aquellas comarcas que no tienen ningún teatro, entre ellas la Alta Ribagorça, la Conca de Barberà, la Terra Alta y el Pallars Sobirà. Este elemento ha sido uno de los puntos destacados por el jurado de los Premios Nacionales, junto con el hecho de que las creaciones que se muestran en la carpa "están basadas en la escena contemporánea, se producen en colaboración con festivales y agentes culturales locales y se muestran también en relación a espacios históricos de los lugares que visitan". "Sin saltarnos el protocolo no estaríamos aquí", ha explicado un portavoz de Nilak, Oriol Escursell, antes de subir al escenario una nutrida representación de su equipo. "Aún no tenemos un territorio culturalmente equilibrado, y seguimos luchando para que algún día sea así", han reclamado.

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