“¿Cómo se consigue rodar más en catalán?”
Judith Colell se estrena como presidenta de la Acadèmia del Cinema Català en la fiesta de las candidaturas de los premios Gaudí
BarcelonaSolo seis producciones de ficción rodadas en lengua catalana es el dato que la Acadèmia del Cinema Català da como preámbulo en las nominaciones de este año y en la gala del MNAC. "¿Y cómo se consigue rodar más en catalán?", le pregunto directamente cuando la veo a Judith Colell, nueva presidenta después de los años, intensos y provechosos, de Isona Passola. “No lo sé, tenemos mucho más trabajo del que me imaginaba que tendríamos. Hacen falta muchas complicidades y hace falta que la Generalitat se implique mucho más”. Estamos en la fiesta de los candidatos a los Gaudí en la Antigua Fábrica Estrella Damm, uno de aquellos encuentros que la Academia ha cimentado precisamente para que este tipo de complicidades que pide Colell tengan tangibilidad y no sean abstracciones que quedan bien decir.
Uno de los primeros en llegar es el hiperactivo productor Tono Folguera, que este año se ha superado: Mediterráneo, Llibertat y Balandrau. Le pregunto si puede descansar de vez en cuando: “Falta me hace. ¡Lo haré el día en el que consiga hacer una peli que dé un poco de dinero!” Lo acompañan su compañera Danielle Schleif, guionista de Mediterráneo, y su hijo Son, que debuta en una fiesta. También, claro, Marcel Barrena, director de la película sobre Open Arms, con quien hablamos de recaudaciones: “En Catalunya ha ido muy bien, en España algo peor. Ha atraído más la atención una herida cerrada como ETA en Maixabel que no una herida abierta como los naufragios de refugiados en el mar”. Está contento, no para de presentar la película en sesiones escolares –en la escuela Vedruna del Raval y en la Lurdes de Sant Gervasi, por ejemplo– y alguna nominación a Goya les iría de perlas para poder reactivar la llama del film.
Neus Ballús también está contenta. Se está hablando mucho de Sis dies corrents, que se presenta mañana en L'Alternativa, el festival que ahora mismo tiene dinamizada y fecundada a la ciudad con cine arriesgado y diverso. Barrena pide el voto a la acompañante de Colell: “Hombre, pero como directora votaré a Nieves, eh”.
La diversidad, explica Colell cuando toma la palabra para dirigirse a los asistentes, es también una asignatura pendiente dentro del cine catalán y sus profesionales. La diversidad sexual, de género, funcional, de clase... “La visibilización de esta diversidad puede contribuir a hacer un mundo algo mejor. Es importante que arrimemos el hombro”, enfatiza. Si hay algún punto de diversidad y de fulgor cinéfilo hoy en Barcelona es, sin duda, Cinemes Girona, que no para de estrenar y de programar muestras y festivales con muy buena acogida de público: “Este mes estamos hirviendo, es una locura”, exclama quien es su alma, el gran Toni Espinosa, que también es productor de Mía y Moi. Muy buena noticia que un cine hierva de lo que tiene que hervir, de películas y de espectadores. La ciudad tiene latido, todavía.