La gran incógnita que Marvel no ha querido anunciar ni en los tráileres ni en la promoción del film es si el reparto de Spiderman: Sin camino a casa incluirá también las anteriores encarnaciones de Spiderman, es decir, Andrew Garfield y Tobey Maguire, que llevan meses negando su participación en el film a pesar de los rumores y filtraciones que lo aseguran. Los fans acérrimos que siguen la actualidad informativa están convencidos de que estarán, pero la gran mayoría del público ni siquiera es consciente de esta posibilidad. Marvel ha demostrado otra vez que es muy hábil a la hora de gestionar las sorpresas –y la película está llena de ellas– en esta época obsesionada por los spoilers.
Spiderman se multiplica: los multiversos invaden el cine de superhéroes
'Spiderman: Sin camino a casa' se estrena con la incógnita de si Tobey Maguire y Andrew Garfield aparecerán con Tom Holland
BarcelonaEl meme más conocido de Spiderman –y quizás de todo el universo superheroico– es una imagen de la serie animada de los 60 en la que dos Spiderman se apuntan mutuamente con el dedo. La escena resuena con fuerza en Spiderman: Sin camino a casa, tercera entrega de las aventuras del héroe con Tom Holland bajo el disfraz; es decir, desde que Sony canceló la saga con Andrew Garfield de protagonista y entregó las riendas de la franquicia a Marvel. Lo más importante de aquel movimiento empresarial fueron las implicaciones para el personaje, que dejaba de ser el único superhéroe de su mundo para convertirse en un engranaje más del universo cinematográfico Marvel que aparecía en películas de otros superhéroes (Capitán América: Civil War) e incluso luchaba con Los Vengadores contra Thanos. Esta continuidad argumental entre las aventuras de los diferentes héroes –una clave fundamental del éxito de los cómics y las películas de Marvel– no había sido posible para los Spiderman de Garfield o Tobey Maguire por un sencillo motivo: Marvel (el estudio de cine) no tiene los derechos audiovisuales de Spiderman, vendidos a Sony a finales de los 90.
Aun así, la alianza actual entre las dos empresas lo cambia todo. En Spiderman: Sin camino a casa, que se estrena este jueves, encontramos a un Peter Parker con la vida hacia abajo a raíz de haberse revelado su identidad secreta –tal como se veía al final de Spiderman: lejos de casa–. ¿La solución? Llamar a la puerta del Doctor Strange para que haga un hechizo y el mundo entero olvide que Peter Parker y Spiderman son la misma persona. El problema viene cuando el conjuro falla y los universos alternativos empiezan a mezclarse. Así llegan al universo cinematográfico Marvel algunos de los enemigos con los que luchaban los Spiderman de Garfield y Maguire como el Duende Verde de Willem Dafoe, Electro de Jamie Foxx o Doctor Octopus interpretado por Alfred Molina.
En el fondo, la jugada comparte la lógica maximalista del típico crossover de Marvel (reunir a tantos personajes de la casa como sea posible), pero sin salir del universo arácnido. La novedad es que, al plantearlo como un encuentro entre sagas independientes de diferentes directores –Sam Raimi la primera, Marc Webb la segunda y Jon Watts la actual–, el resultado acontece una especie de metacomentario sobre la misma franquicia y, de retruque, sobre los tres actores que se han puesto la máscara de Spiderman. Su presencia o no en pantalla es la carta que esconde esta entrega con regusto de cierre de una época y reescritura del mito de Spiderman.
Un recurso con base científica
Aparezcan en el film o no las diferentes versiones de Spiderman –no haremos spoiler –, lo que en teoría lo permitiría no es sólo el acuerdo firmado entre Marvel y Sony, sino la noción de multiverso, un concepto que ha permitido tejer algunas de las ficciones contemporáneas más complejas, pero que en realidad tiene una base científica muy sólida. El primero en formularla fue el físico Hugh Everett, que a partir de las teorías cuánticas surgidas durante la primera mitad del siglo XX postuló la existencia de múltiples realidades, cada una con una ola probabilística diferente. Su teoría no se ha podido demostrar, claro, pero la comunidad científica lo acepta porque encaja perfectamente en los modelos de la mecánica cuántica.
La idea de universos paralelos basados en alternativas infinitas encendió bien pronto la imaginación de los narradores, especialmente en el ámbito de la ciencia ficción y los cómics. En 1961, cuatro años después de la teoría de Everett, un cómic de Flash introdujo el concepto de los universos paralelos para hacer coincidir en una misma aventura al Flash moderno de los años 60 y la versión original de los 40, dos personajes con identidades, vestidos y orígenes diferentes que hasta aquel momento no habían tenido ninguna relación y que, de repente, quedaban ligados en la continuidad del multiverso. En el fondo, es el mismo recurso narrativo que se utiliza en Spiderman: Sin camino a casa y sirve al mismo propósito: cohesionar universos de ficción independientes.
Fiebre por los universos
El multiverso ha llegado a ser un recurso troncal del cómic de superhéroes que da pie a grandes acontecimientos editoriales y justifica grandes renovaciones de los personajes. El cine de superhéroes, en cambio, no exploró nada las posibilidades del concepto durante los primeros años, pero esto cambió radicalmente a partir de la magnífica película animada de 2019 Spiderman: Un nuevo universo, una historia sobre realidades paralelas que colisionaban que adaptaba libremente la saga Spiderverse de los cómics y reunía a un Spiderman alternativo (el inexperto Miles Morales, un adolescente negro y latín) con cuatro Spiderman alternativos de otros universos.
El éxito del film disparó la fiebre por los multiversos. Así, la multiplicidad de universos es el leitmotiv de la reciente serie de Marvel Loki, que enfrenta al hermano de Thor a una agencia encargada de supervisar las variaciones de la corriente temporal. Otra serie reciente de Marvel, What if..., es una exploración animada de las realidades alternativas que se generarían introduciendo ciertos cambios en la historia hasta ahora conocida del universo cinematográfico Marvel. Y uno de los estrenos más esperados de 2022 será la nueva película de Doctor Strange, que llevar por subtítulo In the multiverse of madness [En el multiverso de la locura] y continúa los hechos de Spiderman: Sin camino a casa –tanto es así que la segunda escena postcréditos del nuevo Spiderman es, directamente, el tráiler del próximo Doctor Strange–. Pero la obsesión del multiverso no es exclusiva de Marvel. DC, el estudio rival, está preparando ya una película sobre Flash en la que el superhéroe más veloz se moverá entre diferentes realidades. Por cierto, aparecerá el Batman de La liga de la justicia, Ben Affleck, pero también Michael Keaton, el Batman de Tim Burton. ¿Les suena la jugada?
Mucho más que marketing
Hay voces que se preguntan si esta obsesión por el multiverso, tanto en los cómics como en el cine, es simplemente una forma de mercadotecnia. No está de acuerdo Angélica Cabrera, autora del ensayo What if a... Multiversity (Ediciones Marmotilla), que aborda la plasmación del concepto del multiverso en la construcción de los universos superheroicos. “Spiderman o Batman son productos culturales tan masivos y populares que sería absurdo para las compañías deshacerse de ellos –apunta–. Al mismo tiempo, es difícil mantener la tensión del producto durante muchas décadas con ideas narrativas obsoletas, así que hay que renovarlas periódicamente. El multiverso puede ser una estrategia de marketing, pero también una forma de otorgar coherencia a ficciones muy dislocadas”.
Lo que también parece claro es que el boom del multiverso tiene tanto que ver con las circunstancias de los estudios como con el interés del público por estas narraciones complejas de universos paralelos. “Cosas como el lanzamiento de Meta o la virtualización de la realidad están haciendo que la gente acepte la posibilidad de una multiplicidad de universos. Esto lo detectan las compañías como Marvel, que tienen buen ojo sociológico y detectan los temas más en boga. Y no solo Marvel, también hay series que abordan el tema, como Dark, y los mismos videojuegos. El multiverso ha salido de la academia y ha saltado a la cultura popular”.