'Loop': un magnífico diálogo de padre e hija

Ha pasado, pasa y seguirá pasando. Es un loop, un bucle. El bucle de la relación entre padres e hijos cuando éstos han superado, o casi, la adolescencia y toman decisiones sobre su vida y su trabajo sin seguir las indicaciones paternas ni dejarse influenciar por las opiniones o reflexiones de los progenitores más allá del amor que les vincula. Una situación especialmente importante y probablemente conflictiva cuando, por último, deciden dejar el nido y volar por su cuenta. Y esto es lo que plantea con acierto el prolífico Ramon Madaula en su nueva propuesta, muy superior a las dos anteriores (Buffalo Bill en Barcelona y Conquistadores). Loop es una obra repleta de humanidad, íntima y universal, que sin ser autobiográfica como defiende el autor tiene puntos de contacto con su experiencia como padre.

Un padre y una hija. Él es un escultor sin renombre, casado y con dos hijas que ha salido dando clases y que tuvo que superar la insistencia de los padres para que hiciera algo de provecho. Una decisión nada aleatoria, porque lo que hace es esculpir la materia como quiere esculpir a su hija. Su papel es el del padre que pregunta: ¿Estás segura de lo que haces? ¿Ya has pensado bien? La hija está preparando las maletas para irse a la otra punta del mundo con su enamorado, que conoce desde hace un mes. No es anecdótico que pida la maleta buena de su familia.

Madaula construye un magnífico y ágil diálogo cargado de sentimiento entre dos personas que se quieren, que quieren entenderse y que no encuentran la manera. Bien dirigidos por Mònica Bofill, resulta fantástica la precisión emocional del padre Madaula y fantástica también la hija de Júlia Genís, tan enamorada como temerosa por el camino vital que empieza. Una función que seguro tendrá el largo recorrido que se merece. Muy recomendable.