Cine

'West Side story ' y 'El poder del perro' ganan los Globos de Oro más irrelevantes

El boicot de Hollywood a la Asociación de Prensa Extranjera obliga a anunciar los premios en las redes sociales

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Benedict Cumberbatch a la película 'El poder del perro'.

BarcelonaWest Side Story y El poder del perro, con tres galardones cada una, han sido las películas más premiadas de la 79ª edición de los Globos de Oro, pero el gran triunfador de esta edición es el boicot impulsado por estudios, actores y medios contra la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood por las reiteradas acusaciones de prácticas corruptas y la falta de miembros negros en la organización. Este año no ha habido alfombra roja, ni fiesta ni invitados: los premios se han anunciado a través de las redes sociales y de la propia web de los Globos de Oro, puesto que la NBC, que tiene los derechos de la gala, decidió no retransmitirla.

La producción de Netflix El poder del perro, un western en clave de melodrama psicológico protagonizado por Benedict Cumberbatch, se ha llevado el premio al mejor drama, y su directora, Jane Campion, el de mejor dirección. Es el segundo año consecutivo en el que una mujer gana la categoría, pero históricamente es solo la tercera directora después de Chloé Zhao por Nomadland y Barbara Streissand por Yentl. El otro premio de El poder del perro ha sido el de mejor actor secundario para el joven Kodi Smit-McPhee. El musical West Side story, por su parte, ha ganado el premio a mejor comedia o musical; Rachel Zegler el de mejor actriz de comedia o musical y Adriana DeBose el de mejor actriz secundaria.

No ha habido premio para Pedro Almodóvar, que estaba nominado por Madres paralelas a la mejor película de habla no inglesa, una categoría en la que se ha impuesto el japonés Ryusuke Hamaguchi con Drive my car. Tampoco Javier Bardem se ha llevado el Globo de Oro como mejor actor en drama, un premio que ha sido para el favorito de la categoría, Will Smith, por su papel en el biopic King Richard sobre el padre de las tenistas Venus y Serena Williams. Más suerte que Bardem ha tenido su coprotagonista en Being the Ricardos, Nicole Kidman, que se ha llevado el premio a la mejor actriz dramática. Y Andrew Garfield ha ganado el Globo de Oro al mejor actor en comedia o musical por Tick, Tick… ¡Boom!

Uno de los films favoritos, el Belfast de Kenneth Branagh, se ha tenido que conformar con el premio al mejor guion; tampoco ha sido la mejor noche de Denis Villeneuve: su Dune solo ha ganado en la categoría de mejor banda sonora, en la que Hans Zimmer se ha impuesto a Alberto Iglesias, de Madres paralelas. El premio a la mejor canción ha sido para el tema de Billie Eilish de Sin tiempo para morir y el de mejor cinta animada para la producción de Disney Encanto.

Del Moët Chandon a la nada

Los Globos de Oro eran los premios de los monólogos implacables y del glamur, la única gala en la que los actores parecían relajados y divertidos, seguramente por el flujo constante de botellas de Moët Chandon a las mesas y porque, a diferencia de los Oscars, no tenían que estar cuatro largas horas sentados en un auditorio. Más que del cine o la televisión, los Globos de Oro siempre han sido una celebración del star system de Hollywood y por eso tomaban decisiones tan discutidas como dividir las categorías en comedias y dramas, que en la práctica multiplica el número de categorías interpretativas y el de estrellas invitadas a la fiesta, el atractivo principal para el público y las televisiones.

La ausencia de imágenes de una gala y de la inevitable colección de mejores momentos desnuda los Globos de Oro como lo que son: los premios que votan menos de un centenar de personas de ética y relevancia profesional repetidamente cuestionada. La gran pregunta es ahora si los premios serán capaces de ofrecer argumentos convincentes para desactivar el boicot de cara a la próxima edición. La marca todavía tiene atractivo para el público y la prueba es que, de momento, ninguno de los ganadores ha rechazado públicamente un premio que, discutido o no, sigue engrosando currículums.

Tampoco es que sea la primera vez que los premios no celebran una gala: en 2008 los ganadores se anunciaron en una rueda de prensa a consecuencia de la huelga de guionistas de Hollywood. Además, a última hora los Globos de Oro incluso han tenido un golpe de suerte, puesto que el ascenso de contagios de coronavirus en los Estados Unidos ha obligado a aplazar los Critics Choice Awards, la gala de premios rival que se tenía que celebrar esta misma noche y que amenazaba con ocupar el lugar de los Globos de Oro en la cobertura de los medios. No sería de extrañar que, después de un lavado de cara superficial y de gestos estudiados como los premios a una directora (Campion), un actor negro (Will Smith), dos latinas (Zegler y DeBose) y una actriz trans (MJ Rodriguez), el Globo de Oro y la comunidad de Hollywood acabaran firmando la paz.

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