El chiste autocrítico de Cornet donde dos reporteros de guerra deciden ir a telegrafiar cuando se ponen de acuerdo en que no han visto nada.
05/07/2025
Periodista, Doctor en Ciencias de la Comunicación y Músico.
5 min

Uno de los pocos vestigios que quedan vivos de la arqueología del periodismo es la regla de la "pirámide invertida", la redacción de la noticia en orden de importancia decreciente: lo más importante, arriba, para captar la atención del lector y, en el código actual de los algoritmos, a fin de distribuir, más por ingeniería keywords para que todavía lo parezcan más. El secreto de esta pirámide es naturalmente su vértice, donde en el espacio más ínfimo de cantidad verbal debe haber el máximo de calidad informativa para invitar a la lectura y desentrañar el secreto de la noticia.

Aunque los primeros versos de la Ilíada –excelsa traducción en hexámetros catalanes de Pau Sabaté!– son un titular, "la ira funesta de Aquiles", periodísticamente esta técnica arranca de la Guerra de Secesión norteamericana, donde la transmisión por telégrafo determinaba que, para salvar eventuales intromisiones técnicas o por sabotaje del cable, grande de la ilustración periodística, le dio la vuelta y dibujó un chiste autocrítico de nuestro vituperado oficio donde dos reporteros de guerra deciden ir a telegrafiar cuando se ponen de acuerdo en que no han visto nada. el linotipista lo tuviera ergonómicamente fácil y empezara por los bajos, donde se supone que sedimentaría la morralla.

Definir el artículo en un comprimido concentrado es importante, pues; tanto que cuando el periodista llega a la redacción es tradición que la cadena de mando le pregunte "cuál es el titular", y esta jerarquía puede intervenir en su configuración y, si llega a la portada, incluso reescribirlo ad hoc, por ejemplo, reduciéndolo de palabras y cargándolas de cuerpo y de tinta; aquellos clásicos deportivos ante una final que eran motivo de broma en los años del plomo y de plomo: "Se logró" o "No pudo ser". Jaume Serrats Ollé fue atrevido en el titular desgarrador, y como, además de un excelente periodista, era abogado, sabía hasta dónde podía llegar sin llegar a los tribunales o al sensacionalismo. "Se puede exagerar sin mentir", dice otro aforismo gremial, y ahí va una muestra tan poderosa como la titular de nuestro editorial del pasado día 29: "La Barcelona cocainomana", que ya se justifica él mismo en la primera línea, donde el artículo desaparece: "Es duro decirlo así: Barcelona, ​​cocainomana. Puede sonar exagerado. Pero no...". La muy literaria adición periodística a la sinécdoque.

Desarrollando esta idea, a partir quizá de Mark Twain, de William Randolph Hearst y de un par de filmes que nos ponen a parir –uno de ellos, lo sublime Primera página, de Billy Wilder–, se estampa a fuego la vulneración hipocrática del periodismo: "No dejes que la realidad estropee un buen titular".

El Defensor del Lector del ARA tiene dos correos que sitúan a un titular en este umbral de "las puertas de la percepción", con el permiso de Aldous Huxley. Los suscriptores Tirs Abril y Jordi Regincós señalan al titular "Detenidos tres yihadistas en el área metropolitana horas antes del gran apagón" (02/05/2025), que, al menos subliminarmente, puede connotar que la oscuridad más histórica tras la del deceso de Cristo y la de Nueva York el 1.

Dice el lector Regincós: "Yo entiendo que los titulares deben conseguir captar la atención con pocas palabras y eso se ha hecho siempre desde que hay prensa... pero eso en la prensa escrita se hacía para que la gente intentara leer la noticia o el artículo (no tenía prácticamente ningún impacto en la publicidad, salvo, quizá, de los titulares de la portada que podían con las titulares de la portada que podían versiones online, los titulares de las páginas principales no buscan tanto que la gente lea la noticia como que la gente cambie de página y se le puedan mostrar anuncios nuevos. Aquí es donde existe el peligro o bien desinformar, o de crear falsas expectativas que, a la larga, son malas".

Por su parte, el lector Abril apunta: "Puedo pensar en titulares que no provocarían tanto alarmismo, como por ejemplo «Detenidos tres yihadistas en el área metropolitana el día antes del partido del Barça contra el Inter», o quizás «Detenidos tres yihadistas en el área metropolitana horas antes de que se cancelara la manifestación contra Mazón en Valencia». tres yihadistas en el área metropolitana de Barcelona». Este omite la referencia temporal, pero el contexto dado por la inmediatez de la prensa creo que ya es suficiente para saber que no hace mucho que han pasado los hechos".

El autor del artículo, Cesc Maideu, agradece los comentarios de los suscriptores y nos da su versión:

"Este operativo antiyihadista de los Mossos fue muy pocas horas antes del gran apagón. En el momento en el que todo se apagó, prácticamente todos los policías de Catalunya dejaron sus trabajos y se centraron en mantener el orden público y hacer rescates de gente afectada. y no se habrían podido practicar las detenciones. Eran días en los que sólo hablábamos del apagón, y lo encontramos una buena manera de relacionar los dos hechos, sin buscar ningún tipo de alarmismo ni sensacionalismo.

Añado que ambos lectores deflactan la arqueología en el riguroso presente digital: "titular pesca-clics". Según un estudio del Digital New Report (17 de junio), analizado por Marta Santisteban en el Report.cat del Colegio de Periodistas de Catalunya, ya hay más lectores –sobre todo jóvenes– que se informan por las redes que por los medios tradicionales, "que en los últimos años se han tenido que adaptar –con mayor o menor acierto– a los nuevos lenguajes". En esta dinámica, ejercer de "pesca-clics" se convierte en una de las contramedidas que la prensa debe ir activando para mantener a flor de agua el periodismo de calidad, la veracidad y fiabilidad que son nuestros activos ante las andanadas cuantitativas de los lenguajes short, descontrolados y en manos deinfluencers que pueden ser perfectos indocumentados.

Seguiré hablando de titulares. He ido desarrollando el tema con los suscriptores Tirs Abril y Jordi Regincós, que muy gentilmente me han proporcionado nuevos titulares polémicos, y invito a los lectores a interactuar en un tema tan importante haciéndome llegar sus comentarios. Sin ánimo de entrar en el pernicioso "y tú más" en el que se ha instalado la política, digamos que sectores de la prensa deportiva y de entretenimiento no tienen problemas de titular por la boquilla gorda; miren esto, publicado en una cabecera que no miento porque no soy el defensor de sus lectores: "Sale a la luz la relación de más de 12 años de León XIV: hemos vivido juntos y tenemos confianza"... Tenías que entrar en el interior del artículo para averiguar el secreto de la pirámide: se refería a un hermano agustiniano.

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