Paso cuentas. Carta abierta
Estimadas lectoras, estimados lectores,
Ha hecho un año que la dirección del diario ARA me encomendó el trabajo de Defensor del Lector, y toca rendir cuentas. Al ser la figura del Defensor personal –como lo es la Sindicatura de Greuges y los ombuds en general– y al ser personales las interacciones que he mantenido con ustedes, creo que la carta abierta es una forma directa que le corresponde: la correspondencia.
Entre el 12 de mayo de 2024 y el 11 de mayo de 2025, he publicado 28 artículos, que representan una media de 2,33 al mes, donde los decimales traducen los dos meses en los que el calendario ha permitido tres artículos, siguiendo la periodicidad quincenal. En las infografías verán las cifras de mi trabajo, así que aquí las comentaré a rasgos generales.
He atendido más del doble de comunicaciones de las que no he podido atender. La atención, regulada por el Estatuto del Defensor que tienen a su alcance, se rige por los criterios de cantidad –mayor número de quejas de un tema– y de calidad –importancia determinada sobre todo por el Código Deontológico de la profesión periodística en Cataluña–. Sea como fuere, las he leídas todas, las agradezco en su valor, porque cada una contiene reflexiones interesantes, algunas de gran competencia analítica y rango académico, y en todas los remitentes dan la cara identificándose. En la medida de las posibilidades de la jerarquización del trabajo, trataré de atender más.
Resalto, pues, el gran valor de las aportaciones de los lectores y lectoras, que son los verdaderos protagonistas de esta sección, en un ecosistema comunicacional en el que la interacción cotiza al alza, y nos ayuda a mejorar el diario, al que este ejercicio configura unos receptores que también son emisores. Publicadas o no, sus opiniones han sido trasladadas a la redacción, y en bastantes casos han sido tomadas en consideración, dado que en todos los supuestos nos ayudan a ser más exigentes ya mejorar el producto.
La mayor incidencia de quejas es directamente proporcional a las secciones con más páginas; las adjudicadas a DL (Defensor del Lector) son las que he asumido directamente, sobre todo aquellas a las que no he podido dar salida, y las que van a dirección no es porque la dirección concite más críticas sino porque son cuestiones en las que la connotación sobrepasa la denotación de la sección en concreto. Es muy significativo que el tema que concita más comentarios de los lectores sea la lengua. En un diario en catalán, situada la lengua en las coordenadas complejas de hostilidades y competencias mal repartidas, cuando no desleales –titulé uno de los artículos “En mi maltratada lengua”, citando a Raimon–, hay un porcentaje de lectores que es positiva y proactiva militante de la lengua, y que con sus aportaciones nos ayuda a ser doblemente exigentes en esta. Al otro lado, sin embargo, de los embates, existe un idioma de una gran riqueza léxica y gramatical, con una literatura notabilísima y un permanente debate que lo enriquece, y un diario, como gran contenedor y difusor, debe hacerse eco.
Debo agradecer también la buena respuesta de la redacción a las quejas de los lectores. La visita del Defensor a los periodistas interpelados a veces no es halagüeña, pero los profesionales del ARA han estado a la altura de las críticas, las han admitido o las han rebatido y, en uno u otro caso, siempre han sido respetuosos. La sinergia crítica-contraste, lector-redactor, permite también una radiografía del diario, un making-of que contribuye a definir la prensa actual como una comunidad o sistema en el que no hay unos sin otros, y necesariamente deben convivir retroalimentándose en un conjunto intersección.
Cuando he abordado los temas más delicados, donde la exigencia positiva de los lectores nos pone a prueba, he solicitado opiniones periciales externas, procurando implicar a profesionales con trayectoria de excelencia y/o adscritos a diversas universidades catalanas; este año, han pasado por estas páginas doctores de la UB, la URV, la UAB, la UPC, la UOC y la UPF, y procuraré ir ampliando la cartografía de la sabiduría reglada.
A primeros de mes asistí como observador a la reunión anual de la Organización de News Ombudsmen and Standards Editors (ONO). En las reuniones internacionales, se capta de entrada que los "malos tiempos para la líricaSe han pasado al periodismo, que hay países donde se asesina, encarcela o censura periodistas, y que las derivas populistas de democracias aparentemente consolidadas han hecho entrar en choque la libertad de expresión, paradigma Estados Unidos.
La función del Defensor es muy solitaria, por eso poner el trabajo en contexto ayuda a ofrecer jurisprudencia a las cuestiones clásicas del oficio pero que reavivan con bultos de última generación, como la diferenciación entre información y publicidad o el concepto de censura digital. La ONO también se adelanta a nuevos retos como la regulación ética del periodismo realizado con el concurso de la inteligencia artificial o el ir más allá de las fuentes corporativas jurídicas y policiales ante la abominable plaga de la violencia de género, que ya es uno de los temas más recurrentes de la mirada informativa. El corolario es que el periodismo cada vez debe ser más sensible a las aportaciones de los receptores, de los lectores y lectoras en nuestro caso, positivar el feedback y saber captar cuando, además de dar su opinión, están sugiriendo el abordaje de temas callejeros y de puntos de interés social, oscurecidos por la proliferación ya veces enfermiza y sedentaria dependencia de fuentes oficiales.
Lectoras y lectores, gracias de nuevo por todo ello, espero con cariño e interés sus comentarios, y les animo a hacerles garantizando que siempre serán útiles y bienvenidos. Su cariñoso y dispongan.
El Defensor del Lector presta atención a las dudas, sugerencias, críticas y quejas sobre los contenidos del diario en sus ediciones digital y en papel, y cuida de que el tratamiento de las informaciones sea conforme a los códigos deontológicos.
Por contactar con el Defensor del Lector puede enviar un correo electrónico a eldefensor@ara.cat o grabar un mensaje de no más de un minuto al número de WhatsApp 653784787. En todos los casos, es necesaria identificación con nombre, apellidos y número de DNI.