Los barcos que necesitan ciclistas a bordo para volar más rápido
Los seis equipos que participan en la Copa América presentan sus barcos, que vuelan sobre el mar gracias a su tecnología
Barcelona"Al ser una competición de vela, en barcos, la gente piensa en embarcaciones navegando. Pero no, vuelan. Se levantan sobre el agua", comenta Magnus Wheatley, historiador de la Copa América de vela. Estos días por primera vez se han podido ver los barcos que participarán en la 37 edición de la Copa América de vela, competición que por primera vez se organizará en Barcelona este agosto, con la gran final en octubre. El primero en mostrarse en el mundo ha sido el equipo suizo Alinghi Red Bull Racing, con sede precisamente en Barcelona. En una ceremonia con presencia de los Castellers de Barcelona, los suizos han ido más rápido que los demás poniendo por primera vez un modelo AC75 en las aguas catalanas. Después fue el turno de los vigentes campeones, el Team New Zealand, y de los italianos del Luna Rossa, con una ceremonia en Cagliari. Los barcos de los equipos de Estados Unidos, Francia e Inglaterra han llegado ya a Barcelona, pero siguen escondidos y sin fecha de estreno.
Todos los equipos han trabajado años a escondidas, ya que a pesar de que las normas de la competición provocan que las naves sean similares, se pueden hacer pequeños retoques que marcan diferencias. En el pasado se han visto casos de espionaje, con cámaras debajo del agua, espías y piratas informáticos, puesto que tener información sobre el barco rival puede decidir la suerte de la competición deportiva más antigua del mundo. Una copa en la que en los últimos años se ha visto un cambio radical con la aparición de los modelos AC75 y la navegación con foils. Es decir, "barcos en los que una vez se toma velocidad, el casco se eleva sobre el agua, y queda volando, tocando sólo el mar con el timón y unas alas laterales, foils, que permiten dar estabilidad y ayudar a girar" resume Wheatley.
Por esta edición de la copa, los seis equipos inscritos navegarán con modelos AC75 de nueva generación. Los equipos ya han ido mostrando los barcos, pero aún esconden detalles como la posición de las alas laterales (los foils), o la disposición de algunos elementos. Los modelos AC75 se estrenaron por primera vez en la edición 2021 de la Copa América, en Auckland (Nueva Zelanda), cuando el Emirates Team New Zealand defendió su título de campeón con éxito. Al tratarse de barcos muy modernos, entonces se permitió a cada equipo construir dos barcos diferentes, para tener más opciones de éxito. Ahora que todo el mundo ya tiene más experiencia, los equipos sólo han podido construir un nuevo barco. Con él perseguirán la gloria.
En cada edición de la Copa, el equipo ganador, en este caso aquel de Nueva Zelanda, fija las condiciones con las que se competirá, empezando por el escenario, en este caso Barcelona, o el estilo de barco, la cifra de tripulantes o cuántos modelos de embarcación se pueden realizar. Si en 2021 fueron once tripulantes y dos barcos AC75 por cada equipo, este año será un solo barco y la tripulación se reduce a ocho personas. Otros cambios de pequeños detalles han permitido un ahorro de peso de aproximadamente una tonelada respecto a los modelos de 2021 que junto con el aumento de la envergadura del foil, deberían mejorar la velocidad de unos barcos que por su diseño, se elevan sobre el agua cuando cogen grandes velocidades, cuando se acercan a los 50 nudos. Unos 95 km por hora.
Aparte del número de tripulantes, la novedad clave de este ciclo es la reintroducción de ciclos, que fueron desarrollados por primera vez por el equipo de Nueva Zelanda cuando ganaron en el 2017. Elemento que hicieron desaparecer en el 2021 y ahora vuelve a la edición barcelonesa. Básicamente, se trata de un elemento en el que más que marineros, hacen falta ciclistas a bordo. En los AC75, el sistema hidráulico que permite ajustar y controlar las velas, entre otras cosas, es accionado por éstos ciclos, una especie de bicicletas estáticas. "En el pasado, para mover las velas se dependía de la fuerza de los brazos, pero el equipo de Nueva Zelanda sorprendió en el 2017 consiguiendo generar más energía y navegar más rápido gracias a la fuerza de las piernas de ciclistas", explica Wheatley . Los cuatro ciclos se colocan en un área designada en el barco para optimizar la producción de energía. Los pedales están conectados a un sistema de bombas hidráulicas que convierten el pedaleo en presión hidráulica.
Ciclistas a bordo
La necesidad de tener a bordo a personas con piernas fuertes ha provocado que los equipos fichen a ciclistas como Simon van Velthooven, de Nueva Zelanda, que ganó la medalla de bronce en la disciplinakeirin en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012 o el estadounidense Ashton Lambie, antiguo campeón del mundo en persecución, un ciclista famoso por su bigote nacido en Nebraska, lejos del mar. Sus piernas le han llevado a formar parte de estos barcos que son una evolución de aquellos modelos del 2012 que, por primera vez, se elevaron sobre el agua gracias a los foils. En el equipo italiano Luna Rossa han apostado por cinco personas en los ciclos que provienen del mundo del remo, como los medallistas olímpicos Romano Battisti y Bruno Rosetti, así como el ex ciclista Paolo Simion, que participó en una edición del Giro. En los suizos del Alinghi, tienen ciclistas como Théry Schir o un exatleta de fondo olímpico, Franco Noti.
"La primera vez que se filtró una fotografía del catamarán de Nueva Zelanda volando sobre la bahía de Auckland, entrenando cara a la Copa del 2012, la gente creía que se había manipulado la foto con Photoshop. Nadie podía imaginar que una nave grande como ésta podía ir tan rápidamente como para elevarse y mantenerse sobre el agua", recuerda Wheatley. La idea era sacar la tradicional quilla bajo el barco, para añadir dos alas laterales, los foils, que se pueden accionar, para acercarlas al agua y mantener el equilibrio de una nave que a veces, ve como sólo toca el agua el pequeño timón, lo que provoca que parezca que la nave vuela. "El equipo de Nueva Zelanda lo diseñó y probó a escondidas en un lago en el interior de las montañas en el 2011, para evitar los espías de equipos rivales. Fue una auténtica revolución", añade el historiador británico.
Ahora, todos los equipos ya dominan esta técnica. Según las normas de la vigente edición, algunos elementos clave como el palo principal, los brazos de aluminio y su hidráulica son componentes de stock que se entregan por igual a todos los equipos. "Pero todos encuentran la forma de sorprender con otros detalles, siempre", dice Wheatley, quien explica que los cambios introducidos en los AC75 de este año se han hecho pensando en adaptarlos al escenario mediterráneo de la copa, para permitir que sea más fácil que naveguen también los días de poco viento. Uno de los cambios, por ejemplo, es la nueva vela mayor de doble piel que impulsa a estos barcos de 20,72 metros y 6,5 toneladas de peso. Unos barcos pensados para volar que pronto podrán verse entrenando en Barcelona gracias a la presencia del equipo suizo. Estadounidenses, británicos, franceses e italianos tienen pensado empezar navegando en su casa, para trasladarse en los meses que vienen a Catalunya, listos por la fase de la Copa de agosto, en la que los cinco equipos lucharán por ver quién desafía a los campeones de Nueva Zelanda en la final del próximo octubre.