Los deberes hechos del Barça con Nico Williams

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Nico celebrando el gol contra Georgia

Fichar a Nico Williams no es fácil. El futbolista ha tenido un crecimiento exponencial en el último año, pero es en la Eurocopa donde se ha puesto sobre ellos los focos de todo el continente. Ahora todo el mundo conoce al pequeño de los Williams. Y eso, obviamente, ha encarecido su fichaje. No por el precio que deba pagarse al Athletic Club, que es la cláusula de rescisión más los impuestos correspondientes, sino porque ahora hay una muchedumbre de clubes que están en disposición de ofrecer una cantidad indecente de millones por el extremo. Y, en eso, el Barça no puede competir con ellos.

Primero, porque la entidad que preside Joan Laporta sigue en una delicadísima situación financiera. Segundo, porque la fiscalidad en Catalunya es la que es: aquí el Barça no puede beneficiarse de la ley Mbappé, que favorecerá a los clubs de la Comunidad de Madrid. Ante este complejo y nada propicio contexto, si finalmente Nico acaba vistiendo de azulgrana será porque se ha hecho un excelente trabajo previo para convencer al futbolista ante los cantos de sirena de la Premier League. Una tarea de persuasión discreta, de puertas adentro, que hace meses que debería haberse activado –con la dificultad añadida del cambio de entrenador–. O el Barça trabaja así o el futuro será muy oscuro frente a la opulencia blanca.

Así pues, si se concreta el traspaso de Nico se tendrá que aplaudir la estructura deportiva del Barça por haber sentado las bases del acuerdo antes de la Eurocopa, cuando las operaciones pueden complicarse porque los precios de los futbolistas se disparan. Porque, lamentablemente, ahora mismo la entidad catalana no tiene la capacidad de seducción que tenía antes. El Barça es un club inestable, con notables debilidades económicas, y sobre todo con muchas incertidumbres sobre el futuro.

La otra carta que tiene Laporta para llevarse al atacante vasco son precisamente los jugadores azulgranas de la selección española. Ni Nico ni ningún otro futbolista renunciaría a una millonada a cambio de jugar con sus amigos, ya que de romanticismo el fútbol moderno en vano escaso, pero ante ofertas similares o ligeramente peores, el factor vestuario puede ser un punto a favor del Barça. Y, en ese sentido, las imágenes que llegan desde Alemania de la concentración española son muy esperanzadoras.

El tiempo dirá si el Barça ha hecho el trabajo con tiempo y no a toda prisa por culpa de los cambios de rumbo derivados del asunto Xavi-Flick. Dentro de pocos días sabremos si el club catalán todavía tiene capacidad de seducir a los mejores o todo ello es una maniobra de distracción de una entidad sin músculo financiero para optar a operaciones de esa magnitud.

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