Barça

Alargar la vida de los jugadores del Barça (y quién sabe si de toda la población)

El club azulgrana y la compañía Omniscope desarrollan una tecnología que puede cambiar la sociedad

Robert Lewandowski, el futbolista más veterano de la actual plantilla del Barça.
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BarcelonaEl alud de lesiones que sufre el primer equipo masculino del Barça tendrá cada vez menos réplicas. Perfeccionar el rendimiento y evitar que los contratiempos físicos se acumulen en un calendario infernal será algo más fácil gracias a una tecnología que el club, a través del Barça Innovation Hub (BIHUB), lleva desarrollando con la compañía Omniscope desde hace unos meses. A partir de unos avatares celulares de cada futbolista generados a partir de datos genéticos y muestras físicas, los médicos, los fisioterapeutas y los entrenadores podrán predecir lesiones, detectar enfermedades y optimizar la salud de los atletas. El proyecto ya se está poniendo en práctica, si bien desde la entidad subrayan que "aún no se utiliza para tomar decisiones en el día a día de los equipos", tal y como reconoce el doctor Gil Rodas, responsable médico del BIHUB, en declaraciones a este diario. Ahora bien, tiene un objetivo clarísimo: "Hacer simulaciones para adaptar y mejorar los protocolos médicos existentes para optimizar la prevención, diagnóstico y recuperación de lesiones musculares".

Los ideólogos de este avance no sólo dan por hecho que cambiará la medicina deportiva, sino que se acabará aplicando a la población general. "Queremos alargar la vida de las personas. Hemos llevado la ciencia al deporte y ahora el siguiente paso es que todo el mundo se beneficie de ello". Así de contundente se muestra el CEO y cofundador de Omniscope, Vijay Vaswani, que atiende al ARA a través de una videollamada. Le acompaña Holger Heyn, el especialista en análisis genómico que ha desarrollado los avatares e intenta ser didáctico: "Leemos células únicas, que son la expresión física individual más pequeña que hay en el cuerpo. Vemos cómo reaccionan a impactos externos e internos y con toda la información hacemos un zoom del sistema inmunitario del usuario". Ruedas aún precisa más: "La carga externa es el trabajo físico al que se somete el deportista y se mide con GPS y patrones de movimiento, mientras que la carga interna es la respuesta del cuerpo al ejercicio que realiza, con datos como la frecuencia cardíaca, biomarcadores de fatiga, inflamación o percepción de bienestar".

Cada avatar celular integra información sobre el sueño, la alimentación, la actividad física y la respuesta inmunitaria, permitiendo diseñar planes de entrenamiento y recuperación totalmente a la carta. Además, el sistema incorpora inteligencia artificial y automatismos para detectar cambios sutiles que pueden indicar inflamaciones o bajadas de rendimiento antes de que sean evidentes. Los médicos controlan estos parámetros y pueden vehicularlos con el resto del cuerpo técnico a modo de guía para recomendar determinadas cargas. En este sentido, Rodes insiste: "Queremos simular entornos que nos ayuden a generar conocimiento y mejorar la prevención de lesiones con protocolos personalizados". De hecho, en relación a esta forma de enfocar la medicina en el deporte, el club ha encargado recientemente estudios genéticos para entender mejor por qué jugadores como Pedri o Dani Olmo son tan proclives a lesionarse muscularmente. Los avatares celulares pretenden estandarizar este tipo de recursos.

Los avatares digitales en la sanidad pública

¿Pero lo invasivos que son para los jugadores los métodos para generar los avatares? Según los expertos consultados, no mucho. "Cualquier estudio biológico (sangre, saliva u orina) se obtiene siempre con consentimiento informado y bajo la supervisión de comités éticos. Y los análisis genéticos se realizan con unos objetivos investigadores, sin realizar cribados genéticos de ningún deportista para decisiones deportivas", asegura Rodes. Y en cuanto a la información sobre cargas internas, Heyn dice que se pueden recoger datos fácilmente "con un Apple Watch" para después "contrastarlos con las células únicas" en el laboratorio. Por tanto, el deportista no debe estar encima, sólo debe consentir que sus datos se procesen para crear modelos virtuales que pueden predecir lesiones y también precisar la "edad biológica" de cada cuerpo. "Los deportistas de élite suelen tenerla por debajo de la real, pero yo, que sufro una enfermedad autoinmune, tengo 42 años reales y una edad biológica de 59", lamenta Vaswani, a quien se le escapa cierta admiración en relación al mismo parámetro de Robert Lewandowski, que el próximo agosto hará 3 . "Puedo asegurarte que es increíble", sentencia sin dar más detalles.

En cuanto a la democratización de este método pionero, el CEO de Omniscope hace una reflexión interesante. ¿Qué coste tendría aplicarlo en la medicina pública? "Cuando una persona tiene cáncer, un año de terapia puede costar entre 150.000 y 200.000 euros y no siempre tendrá una respuesta positiva. La enfermedad es muy cara y su impacto económico va más allá de quien la padece. Por tanto, si se pone el foco en la prevención, quizá todo el mundo salga ganando", opina Vaswani sus avatares "para cuidar a sus mayores". Por su parte, Rodes es más prudente: "Si optimizamos el rendimiento físico, prevenimos las lesiones, mejoramos su recuperación y promovemos una actividad física más segura, quizás sí que alargaremos la vida deportiva de nuestros jugadores".

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