¿Se atreverá el socio del Barça?
El Barça vive un momento crucial para su historia. No solo por saber si ganará algún título la próxima temporada, sino también porque está en juego su supervivencia. Hace dos años y medio la directiva de Joan Laporta, que cogió un club ahogado económicamente, decidió invertir en la plantilla para intentar darle la vuelta a la dinámica, inyectando vitalidad y alegría en un club decadente, y de esta manera estimular todas las áreas de la entidad. El Barça hipotecó parte de sus activos futuros por ser competitivo y poner en marcha un segundo círculo virtuoso. Antes de que Laporta decidiera optar por esta vía, el debate estaba entre los que pretendían una gestión más austera, aparcando cualquier fichaje millonario (también pagar sueldos fuera de mercado), y los que consideraban que la única salida era invertir en talento: endeudarlo más, pero conseguir que el engranaje girara.
Tres temporadas después, cuando en junio toque hacer balance, el Barça se encontrará en una situación muy parecida, pero incluso más al límite, porque ya no se dispone de los activos que se han ido consumiendo. Y el equipo campeón que debía construirse no es tal. La mayoría de los fichajes que han llegado no son futbolistas diferenciales para vertebrar a su alrededor un bloque campeón. En estos tres años, se ha ganado una Liga, que no es poco, pero la sensación es que el proyecto no ha evolucionado. El edificio está en construcción, pero carecen de los cimientos. Y Xavi, encima, acabará marchando en junio. Esto supondrá volver a empezar un enésimo proyecto. Y de nuevo surgirá el debate. Ahora bien, tal y como está la institución, ¿el Barça puede asumir una nueva inversión millonaria?
Creo que ha llegado el momento de priorizar la institución para salvaguardarla. Pensar a medio plazo. Vender futbolistas que no han demostrado ser diferenciales y aferrarse a La Masia. Si esto supone pasar unos años sufriendo, adelante. Hay mucho talento en la base. Fuerte, Cubarsí, Yamal, Gavi, Balde, Fermín, Guiu... son futbolistas que han demostrado que pueden dar la cara y competir. Toca cuidarlos. Darles galones. Acompañarlos. Enseñarles. Tienen que ser el centro del proyecto para intentar construir algo a tres o cuatro años vista. Y, mientras, recuperar el club económicamente, patrimonialmente y también socialmente. Con estos chavales y un grupo de veteranos que asuman las condiciones salariales de un club ahogado, el Barça tiene talento suficiente para seguir clasificándose para la Champions y ser competitivo. Eso sí, hace falta un entrenador que crea de verdad. ¿Asumiría el socio este proyecto? ¿Asumiría saber que quizás no se ganará nada en tres años?