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El Barça se aferra con uñas y dientes a Europa (2-2)

El equipo de Xavi pierde la fortaleza defensiva ante los ataques del Manchester United pero llegará vivo a Old Trafford

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Raphinha y Lewandowski, celebrando el segundo gol contra el Manchester United

BarcelonaEuropa es como un juez implacable que te pone en tu lugar. Y el Manchester United le ha recordado al Barça de Xavi que todo lo que ha hecho en la Liga está muy bien pero que si quiere seguir creciendo se tendrá que esforzar más. Demasiado nervioso e inestable, el Barça ha conseguido un empate que permite llegar con opciones al duelo de Old Trafford. Europa parece disfrutar torturando al Barça, haciéndole sufrir, poniéndole palos en las ruedas. La solidez defensiva que el equipo demuestra cada semana en la Liga se evaporaba cada vez que Marcus Rashford cogía la pelota y hacía de las suyas en un partido caótico, con momentos de belleza pero sin orden. Este equipo tiene hambre y se aferra con uñas y dientes a la competición. Al final, casi gana un partido que hace unos meses, habría perdido seguro.

Si el duelo contra los ingleses tenía que servir para confirmar que el Barça se vuelve a sentar en la mesa de los clubes grandes europeos, ha sido todo lo contrario. Un toque de atención, un aviso para navegantes. Tocará saquear Old Trafford si el Barça quiere seguir vivo en Europa, después de una tarde de fútbol que podría tener consecuencias en las próximas semanas, puesto que además de perder la firmeza en defensa también se ha perdido a Pedri, lesionado. Cuando antes del descanso el canario ha caído en el terreno de juego, con una mueca de dolor, todo el barcelonismo ha sentido una pinchazo en el corazón. Para acabarlo de rematar, su compañero más fiel, Gavi, se perderá la vuelta por tarjetas.

El partido llegaba marcado por estos pagos a los árbitros en el pasado que ensucian la imagen del club. Y Xavi quiere que sea el balón quien haga de redentor, el que aleje teorías conspiranoicas uniendo al barcelonismo. Pero al Barça le hace falta fútbol contra un United que ha acabado sufriendo, puesto que en ausencia de control el Barça se ha dejado el alma en ataques un poco caóticos que casi han servido para ganar un partido que parecía del todo perdido una vez arrancada la segunda parte. Raphinha, autor del empate, ha acabado dando puñetazos al banquillo, frustrado por no poder acabar el partido. El carácter que el equipo necesita, con jugadores que se sobreponen a los golpes.

Jugadas tácticas

Los resultados en la Liga invitaban al optimismo en un partido en el que si alguien se hubiera equivocado, haciendo sonar el himno de la Liga de Campeones en lugar del de la Europa League, no habría pasado nada. El fútbol moderno no se puede entender sin el Barça y el Manchester United, gigantes globales, clubes ganadores que buscan recuperar el espacio que han perdido en los últimos años. Era un partido para disfrutarlo. Y se tenían tanto respeto los dos equipos que tanto Xavi Hernández como Erik Ten Hag han movido el equipo, intentando sorprender a los rivales. Como si fueran jugadores de ajedrez que hacen un primer movimiento poco esperado para salir con ventaja. Xavi ha puesto a Araujo por la derecha en una defensa de tres, acompañado por Marcos Alonso y Koundé. Jordi Alba quedaba liberado de hacer de lateral, enviado a las trincheras, al ataque. Pero el Manchester United también tenía sorpresas escondidas y ha alejado a Rashford de Araujo, con lo cual le ha hecho atacar por el medio. Weghorst, un delantero alto como un Sant Pau, ha hecho casi de centrocampista. El neerlandés, que ha perdonado a solas ante Ter Stegen el 0-1 en la primera parte, se ha quedado con la misma cara de bobo de aquel día que Messi se encaró con él en el Mundial, cuando ha visto cómo Gavi, un chaval 20 centímetros más bajo que él, le ganaba más de una pelota por alto. Gavi desafía a las leyes de la física.

Sólido en la Liga, el Barça ha entendido rápidamente que Europa funciona con leyes diferentes. No es un juego para niños, aunque no sea la Champions. Competitivo y molesto, el Manchester United ha convertido a Ter Stegen en el ángel salvador del Barça. El alemán ha hecho dos paradas de mérito en una primera parte en la que el Barça también ha hecho daño, pero sin puntería. Lewandowski parecía especialmente motivado, pero jugaba demasiado lejos del área inglesa. Era un intercambio de golpes interesante, con jugadas al límite del reglamento y la afición acordándose de Casemiro. Una afición que se ha llevado las manos a la cabeza cuando Pedri, que no andaba demasiado fino, ha caído lesionado. Su lesión era un pájaro de mal agüero, como si hiciera lo que hiciera el Barça estuviera destinado a ser derrotado, víctima de un hechizo. No sería así.

Y mira que Marcos Alonso ha marcado de cabeza, al segundo palo, el primer gol en un córner. Mirada y dedo al cielo en recuerdo de su padre, que sabía de marcar goles al segundo palo. Pero Marcus Rashford tenía ganas de jugar. El delantero inglés, travieso y con la piel dura después de superar ataques racistas, lesiones y dudas, ha mortificado al Barça. Primero, todo piernas, ha superado en una carrera a Alonso para batir a Ter Stegen con un chut cruzado. Menos de cinco minutos después, convertía a Jordi Alba en un juguete y su centro acababa con gol en propia puerta de Kounde, que ha jugado un partido terrible y nada le ha salido. El United, como ya había hecho en 1999 en la final de la Champions contra el Bayern, levantaba un partido en el Camp Nou en apenas cinco minutos. Como si fuera fácil.

Solo tocaba dejarse el alma y jugar con fuego. Los ingleses habrían podido hacer el tercero, pero ha llegado el empate con un centro de un Raphinha que poco a poco se hace querer. Buscando el remate de Lewandowski, ha marcado el gol que ha asustado a los visitantes, que han pasado a dar por válido el empate. Solo el Barça ha querido ganar, al final, ya sin Raphinha, que ha visto cómo el Camp Nou silbaba su cambio por Ferran Torres, puesto que querían seguir disfrutando de las carreras del brasileño. No ha podido ser. Ni Raphinha, ni triunfo. Ansu, muy activo, también ha quedado a pocos centímetros del gol en un partido donde el Camp Nou reclamó un penalti por manos inglesas bastante dudoso. El empate, viendo buena parte del partido, no es mal resultado. Pero Xavi sabe que, defendiendo así, las competiciones europeas seguirán siendo una tortura. Este equipo, sin embargo, parece listo para sublevarse contra el cruel destino de los últimos años en Europa.

  • FC Barcelona: Ter Stegen, Araujo, Kounde, Marcos Alonso (Christensen, 66'), Jordi Alba (Balde, 66'), De Jong, Kessie (Ansu Fati, 66'), Pedri (Sergi Roberto, 41'), Gavi, Lewandowski y Raphinha (Ferran Torres, 83').
  • Manchester United: De Gea, Wan-Bissaka, Varane, Shaw, Malacia, Casemiro, Fred, Sancho (Garnacho, 81'), Bruno Fernandes, Rashford y Weghorst.
  • Gols: 1-0 Marcos Alonso (50'), 1-1 Marcus Rashford (53'), 1-2 Kounde en propia puerta (59'), 2-2 Raphina (76').
  • Árbitro: Maurizio Mariani (Italia).
  • Tarjetas amarillas: Jordi Alba (29'), Varane (42'), Casemiro (65'), Ten Hag (66'), Malacia (72'), Gavi (73').
  • Tarjetas rojas: ninguna.
  • Estadio: Spotify Camp Nou (90.225 espectadores).
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