Fútbol - La Liga

El Barça se aferra al liderazgo al ritmo de Lewandowski y Raphinha

Los azulgranas suman una nueva goleada, con tres goles del polaco, y mantienen la distancia con el Real Madrid (0-3)

Robert Lewandowski celebra su primer gol ante el Alavés
06/10/2024
3 min

BarcelonaEl Barça de Hansi Flick se irá al paro de selecciones al igual que en el anterior: siendo el líder indiscutible de Primera División. El conjunto azulgrana ha firmado una nueva goleada (0-3), esta vez ante un Alavés que en Mendizorrotza suele hacerse fuerte espoleado por una afición que no escatima esfuerzos en desgañitarse animando. Con el triunfo ante el equipo vitoriano, el Barça confirma que la derrota en Pamplona fue sólo un accidente y que la maquinaria continuada engrasada y funcionando a pleno rendimiento tras golear al Young Boys suizo y al Alavés sin piedad.

Flick ha continuado haciendo rotaciones, esta vez de manera menos descarada que contra Osasuna, demostrando que ha aprendido la lección. Esta vez, la oportunidad ha sido para Héctor Fort, un futbolista al que el entrenador había cuidado con buenas palabras pero que hasta ahora no había ubicado en ningún once inicial. En Mendizorrotza tocaba descanso para un Kounde que había jugado prácticamente todo. Y, pese a sacar del equipo a uno de los futbolistas más fiables, el Barça ha vuelto a ser la apisonadora habitual en la que se ha convertido desde el aterrizaje del alemán en el banquillo.

La lesión de Ferran Torres antes de los cinco minutos no ha alterado los planes de un equipo que ha encontrado el gol temprano, gracias a un remate de cabeza de un Robert Lewandowski tan pletórico como Raphinha, al que le corresponde especialmente el brazalete de capitán. La jugada había nacido de una falta lateral forzada por Lamine Yamal, más discreto que en otras ocasiones pero siempre acaba teniendo su cuota de protagonismo. Es lo que tienen los genios, que incluso cuando pasan desapercibidos dejan, de una u otra forma, su rastro.

La clave de este Barça es que no depende exclusivamente de la inspiración de su futbolista más determinante, sino que brilla como equipo. La fuerza del colectivo se cristaliza en la mejora individual. Y esto es, en buena parte, mérito de Flick, porque el trabajo de un entrenador es hacer mejores a sus pupilos. Encima del césped, los jugadores intercambian posiciones de forma traviesa y, aunque por momentos pueda parecer una disposición anárquica, es una anarquía pensada, meditada y trabajada por el técnico alemán y que los jugadores disfrutan interpretando a ritmo de rock'n'roll.

El Barça de Flick es un Barça intenso, con y sin balón, y vertical, muy vertical. En la mejor de las acepciones que puede tener este concepto trasladado a la jerga futbolística. Los azulgranas no son un equipo que juegue a protegerse ya enviar pelotazos largos a ver si la pescan sus delanteros. No, el Barça es vertical desde el protagonismo, desde querer el balón y, de repente, cuando el rival empieza a sudar el tocino persiguiendo sombras llega, como una descarga eléctrica, una ocasión de gol. Y otra y otra, porque éste es un equipo hambriento de agradar y de agradarse.

Robert Lewandowski, en estado gracia

Con este relato, el equipo se harta de conectar con su tridente ofensivo, que vive en estado de gracia. Lewandowski, que abrió la lata a balón parado, firmó 15 minutos después un doblete rematando a placer una asistencia de Raphinha. El brasileño está exprimiendo su mejor versión desde que viste la camiseta azulgrana. No perdona un esfuerzo, no renuncia a ningún desmarque, sea por recibir el balón él o por mejorar la situación de un compañero y es una carcoma en la presión. Y todo esto siente muy generoso. Por eso se explica que sus compañeros le hayan votado como uno de los capitanes.

El extremo brasileño también pudo ver portería tras un control delicioso, pero se topó con un gran parón de un Antonio Sivera que evitó una goleada mayor. También pudo firmar un hat trick de asistencias cuando ha dejado solo Pedri ante portería justo antes del descanso. Al canario se le ha escapado, incomprensiblemente en él, el remate. Un detalle que no ensuciará una nueva gran actuación del talento de un centrocampista del que nunca se ha dudado y que, ahora sí, parece haber encontrado una continuidad que el barcelonismo celebra.

De poco importaba el error de Pedri, porque antes Lewandowski ya había sellado su tercer gol, gracias a una deliciosa asistencia de Eric Garcia que venía precedida de un pase rompiendo líneas de un Casadó que mejora partido a partido con pasos de gigante. El 0-3 de la primera mitad ha sido el resultado final, pese al empuje en la segunda parte de un Alavés que ha topado con el palo y que ha visto, como en el primer tiempo, que le anulaban un gol por fuera de juego.

De poco importaba la voluntad local, el partido estaba teñido de azulgrana. Ansu Fati, que dispuso de media hora de juego para seguir acumulando minutos y sensaciones, también envió un lanzamiento a la madera y puso a prueba a un Sivera altamente exigido. El marcador no se movió más. La fiesta estaba reservada para un Lewandowski que lleva doce goles en once partidos.

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