El Barça se enreda contra el Galatasaray (0-0)
Xavi da marcha atrás a las rotaciones en el descanso, pero ni con las vacas sagradas el equipo puede romper el entramado defensivo turco
BarcelonaEsta crónica podría empezar lamentándonos porque sea el Real Madrid y no el Barça quien protagoniza noches de remontadas en la Liga de Campeones. Pero este no es el relato que se explicará en estas líneas. Aquí se hablará de un conjunto azulgrana que quiere crecer de la mano de Xavi, también en los días en los que todo cuesta más. El peaje a pagar del bajón del equipo de los últimos años, con un vestuario tan empoderado como envejecido y una gestión cada vez más decadente de Bartomeu, ha llevado al Barça a renacer desde una competición menor. Pero, aunque el Camp Nou no esté acostumbrado a lucir la lona de la Europa League en el césped antes de los partidos, ni a escuchar su himno, la afición quiere ilusionarse, aunque el rival sea un Galatasaray apegado a defenderse y con estrellas más cerca de la retirada que de su mejor fútbol.
Eso ya no importa tanto porque los seguidores azulgranas, cansados de recibir goleadas que les avergonzaban en la Champions en los últimos años, quieren ahora disfrutar de la revolución de los jóvenes. Pero todo renacimiento necesita su tiempo y, si bien la evolución del equipo es notable desde la llegada de Xavi, también habrá días en los que habrá que remar más, en los que las cosas tardarán más en salir bien. Este sería el relato que se viviría contra un conjunto turco que invirtió hasta su última gota de sudor en defenderse (0-0). El Barça irá a Estambul sin los deberes hechos, pero marchándose del estadio sabiendo que tiene el calor de la afición.
Ya desde un principio, el juego no fluyó contra el Galatasaray. Con Piqué y Busquets descansando, los azulgranas se pasaron toda la primera mitad sin estar precisos en el pase. Tampoco podían lanzar igual de bien la presión porque el equipo turco renunció a salir jugando, ni tampoco generaban peligro de forma vertiginosa como en los últimos partidos. Domènec Torrent, consciente de que necesita tiempo para aplicar su idea de fútbol de posición, prefirió protegerse y salir al contraataque. Su planteamiento en muchos momentos recordó al del Elche, con jugadores del equipo turco persiguiendo a los futbolistas más talentosos del Barça. También la delantera titular escogida por Xavi fue ayer la misma que acabó resolviendo el incómodo partido contra los valencianos, pero en este caso, sin mordida.
Los azulgranas no funcionaban y las escasas oportunidades de gol en el primer tiempo llegaron de forma aislada. Con Ferran Torres desaparecido ante el bloque bajo del Galatasaray, solo un discreto Memphis pudo poner a prueba a Iñaki Peña, cedido por el Barça. Primero, con un lanzamiento de falta que había nacido de una genialidad de Pedri, también obligado a realizar la guerra por su cuenta. Buen paro. Mejor sería la segunda, con un disparo con tuerca del delantero neerlandés desde el vértice izquierdo del área. Peña debutaba en el Camp Nou y, con su carta de presentación, se explica por qué Xavi quiere retenerle en propiedad. El más productivo del tridente azulgrana estaba siendo Adama, pero se acabó contaminando de la extraña apatía de todo el equipo en la primera mitad. Como por entonces que, en el trabajo, piensas que algo será fácil pero se te acaba complicando. Mientras, incluso el miedoso Galatasaray se creyó que podría adelantarse en el marcador, tras una buena acción de Aktürkoğlu, que salió rozando el larguero tras rebotar en la espalda de Eric Garcia.
Xavi hace de entrenador
Ante el paso atrás global de todo el equipo, Xavi no tardó en mover ficha en un partido que pedía sangre nueva a gritos. El técnico egarense quiso resolver la falta de equilibrio de su equipo sacando justo después del descanso y de una tacada a Piqué, Busquets y Dembélé, que volvería a recibir silbidos cuando saltó al césped. Los damnificados serían Araujo, Nico y Ferran Torres. Si algo dejaba claro Xavi es que no le había gustado nada lo que había visto en la primera parte. Las rotaciones se acabaron de repente. Xavi hizo de entrenador. En este equipo nadie juega por decreto, ni Ferran, el fichaje más caro bajo su breve etapa en el banquillo.
Ya con buena parte de las vacas sagradas en el césped, una parte de la afición reclamaba la presencia de Aubameyang, al tiempo que se animaba con un remate de cabeza de Busquets que Peña envió de nuevo córner confirmado su graduación al estadio. Los decibelios en las gradas del estadio comenzaban a espolear al equipo y a silenciar a los más de 1.500 aficionados turcos que había en el gallinero. El equipo se encomendó de la energía de la afición y ya con el gabonés en el césped se lanzó al ataque, con un punto de precipitación, pero es que este Barça tiene sed. Jordi Alba avisó con un disparo que salió rozando el palo. Frenkie de Jong chutó centrado en manos de Peña. Aubameyang estuvo a punto de cazar un centro dentro del área pequeña. Adama y Dembélé enviarían lanzamientos cerca del larguero, poco antes de que Gomis pusiera el miedo en el cuerpo con un gol anulado por fuera de juego. Las ocasiones se sucedían, pero el Barça no encontraba el tanto. Xavi ardió todas las naves dando entrada a Luuk de Jong. Con más corazón que orden, el equipo lo intentó hasta el final, pero quien iría con una sonrisa serían los aficionados turcos y Domènec Torrent.