El Barça no encuentra la paz y vuelve a dejar escapar puntos (1-1)
El equipo azulgrana, pese a mejorar mucho el juego en la segunda parte, no pasa página después de una semana horrible y empata en Mestalla
BarcelonaEl Barça no lo logra. Cuando juega mal, pierde y cuando mejora, pincha. En Mestalla, con la mirada inquisidora de todos para ver si Xavi conseguía mejorar el rendimiento de sus jugadores, el Barça no pudo pasar del empate (1-1). Mal resultado para un partido en el que el juego mejoró, especialmente en ataque. Pero éste es un gigante con pies de barro, al que pueden hacer mucho daño fácilmente, con cuatro veces. Un Valencia flojo, que basta con mantenerse en Primera, acabó celebrando un empate con sabor a victoria, que en el caso del Barça tenía sabor a derrota. Girona y Madrid pueden seguir escapando, mientras por detrás, en la clasificación, se van acercando el Athletic y la Real Sociedad.
Ya hace demasiado que ver al Barça significa sufrir. Pero cuando gana siempre es por la mínima. Cuando pierde, parece un juguete roto. A veces, sus partidos son desagradables, como lamer papel de lija. En la segunda parte, el equipo atacó con peligro, una mejora que, sin ser nada del otro mundo, parecía como si una orquesta de arcángeles salieran del cielo tocando música celestial. Pero hacía falta, ganar, y se empató. metas conseguidas, el partido de Valencia parecía una entrevista de trabajo. Una cita especial de aquellas en las que se respira la tensión, ya que no puedes fallar, como el día que te presentan los padres de la persona que quieres. Se esperaba un Barça valiente, con el orgullo herido. Pero dos minutos después, Iñaki Peña evitaba el primer gol del Valencia. Si empezar los partidos distraídos es una superstición, no hace gracia; ya después de recibir un gol a los dos minutos de juego contra el Granada, el Alavés y el Amberes, quedarse a un solo paso de sufrirlo de nuevo en Mestalla parecía una tomadura de pelo.
Pero Iñaki Peña fue rápido. Y Xavi respiró un poco a medida que veía cómo su equipo mejoraba mucho respecto a Bélgica, y algo recordando el partido del Girona. En defensa, el equipo chirría. Los equipos llegan con una alfombra roja hasta la frontal, donde por suerte Araujo y Kounde estuvieron suficientemente expeditivos. En ataque, el Barça supo morder, consiguiendo que Lewandowski se sintiera acompañado. El polaco recibió un montón de balones dentro del área, pero ha perdido la magia. Como si fuera un superhéroe al que han mostrado kriptonita, como un Sansón al que le han cortado el pelo. Tuvo tres, las falló todas. Y a los números 9, se les juzga por los goles.
En el palco, Joan Laporta resoplaba. En el banquillo, Xavi resoplaba. En el terreno de juego, Lewandowski tres cuartos del mismo. La mejora en la primera parte no era suficiente, ya que era necesario embolsarse los tres puntos y, especialmente, mejorar las sensaciones. Si ganas, pero tus aficionados han perdido dos años de vida frente al televisor, no sirve. De este Barça se espera mucho más, se espera que se parezca a lo que habla Xavi, más optimista en su discurso que en los gestos en la banda.
Contra uno de los Valencia más flojos en años, el Barça en algunos momentos se entregó al juego vertical, confiando en tener más potencia a la hora de pegar. Pero ni Raphinha ni João Félix estaban acertados. Y cuando Gündogan se deslizaba dentro del área, tampoco tenía acierto. Pero después del descanso el Barça sí se puso serio, y logró que se jugara con una sola portería, esa que defendía Mamardashvili. Como si fuera imposible que todo el mundo jugara bien, en la segunda desapareció Lewandowski, pero se enchufaron Raphinha y João Félix, creadores de la jugada del 0-1, obra del portugués, con la colaboración de un De Jong con mucha llegada.
El gol era consecuencia del buen juego y el Barça hizo una buena lectura, buscando el segundo, que parecía que era cuestión de minutos. Pero cuando las cosas no funcionan, nada sale. Y en defensa, el Barça sigue siendo inestable, permitiendo que, en una jugada aislada, un montón de futbolistas vestidos de amarillo no lograran sacar el balón. Y Hugo Guillamón lo aprovechó para empatar con un disparo precioso. No era justo, pero en el fútbol la justicia no suele entrar. Si perder jugando mal duele, dejarse empatar cuando se juega bien da rabia. Herido, el Barça lo intentó una y otra vez, sin puntería, ni suerte, pese a la mejora en el juego de Raphinha y los pocos minutos de Lamine, apenas 10. Las caras de manzanas agrias siguen. Los triunfos no llegan. Y Xavi sigue durmiendo intranquilo.
- Valencia: Mamardashvili, Correa, Mosquera, Diajaby, Jesús Vázquez (Yarek Gasiorowski, 80'), Fran Pérez (Amallah, 71'), Hugo Guillamón, Pepelu, Diego López (Foulquier, 80'), Yaremchuk (Sergi Canós, 6 ), Hugo Duro (Marino, 80').
- FC Barcelona: Iñaki Peña, Joao Cancelo, Kounde, Araujo, Balde, Gündogan (Lamine Yamal, 80'), De Jong, Pierre, Raphinha, Lewandowski y Joao Félix (Ferran Torres, 72').
- Goles: 0-1 João Félix (55'), 1-1 Hugo Guillamón (70').
- Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias (Comité Madrileño).
- Tarjetas amarillas: Fran Pérez (65'), De Jong (76'), Cancelo (79').
- Tarjetas rojas: ninguna.
- Estadio: Mestalla (46.492 espectadores).