Barça

El clásico quiere continuar siendo el espectáculo más grande del mundo

Koeman busca derrotar por primera vez como técnico al Madrid en el primer clásico sin Messi

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Ansu Fati celebrando su gol contra el Levante.

BarcelonaEl espectáculo más grande del mundo del fútbol chirría. Durante las últimas décadas, ni siquiera el alto nivel competitivo de la Premier League ha podido competir con la rivalidad entre el Barça y el Madrid. Un duelo rebautizado, apropiándose un término del fútbol argentino, como clásico, como si poniendo una nueva etiqueta se quisiera vender mejor un partido que continúa siendo el mejor escaparate de la liga española. "La Premier es la liga más seguida, pero el partido que más atrae a todo el mundo es este", explica el exjugador Gary Lineker, que ha sido fichado por la Liga para hacer de comentarista en la señal internacional del torneo.

El primer clásico de la temporada (16.15 h / Movistar LaLiga) llega con dos equipos lamiéndose las heridas. No lo han pasado bien últimamente ninguno de los dos. En Kiev, contra el Shakhtar, el Madrid de Ancelotti cortó una mala racha de resultados. El Barça de Koeman también ha reaccionado durante la última semana después de demostrar tener los pies de barro. Dos clubes heridos, especialmente un Barça que lleva demasiados años de derrotas en Europa, una de las cuales contra el Bayern de David Alaba, una de las caras nuevas del duelo ahora que el austríaco viste de blanco. El clásico del Camp Nou, con horario para cuidar el mercado asiático, tendría que servir para entender cuál de los dos clubes aspira a más este año; para intentar sacar el intríngulis de si hay un favorito. La gran derrota de los dos gigantes es que ya no son los claros favoritos. Ahora el Atlético y el Sevilla se pelean para ocupar su trono.

Buscando nuevos referentes

Será el primer clásico sin Lionel Messi y Sergio Ramos, los dos jugadores que más veces han disputado este partido. Los dos capitanes pasaron, en un verano alocado, de ser rivales a ser compañeros en el PSG, a pesar de que el defensa andaluz continúa lesionado. El clásico ya había perdido a Cristiano Ronaldo. De hecho, en octubre de 2018 ya se jugó un clásico sin el portugués y el argentino, cuando el Barça de Valverde, sin un Messi lesionado, hizo añicos al Madrid de Lopetegui en octubre de 2018 (5-1). En solo tres años el Barça ha cambiado mucho. El Madrid también. Y este no dejará de ser el primer clásico sin Messi desde el año 2007. Además, jugadores mediáticos como Luis Suárez, Griezmann o Varane han ido marchándose. Sin ellos, nuevos futbolistas aspiran a ser los actores principales, especialmente dos jovencitos: Ansu Fati, a las puertas de cumplir 19 años, y Vinícius Junior, de 21. Los dos ya saben qué es marcar en el clásico. Ansu hizo el gol local en la derrota 1-3 en la última temporada y el brasileño, el primero en el último partido con público antes de la pandemia, el 1 de marzo de 2000. "Jugadores como ellos demuestran que estos clubes siempre encuentran formas de competir. Estamos hablando de algunos de los jóvenes con más futuro ahora mismo" explica Lineker.

Sin Messi, Cristiano o Ramos, el clásico pierde atractivo, pero la Liga de fútbol profesional confía en continuar superando las audiencias de cualquiera otro partido. Para este, se calcula que 650 millones de espectadores lo pueden ver. Esta temporada, de hecho, la Liga ha mejorado los protocolos para permitir a las televisiones que pagan los derechos de la Liga tener acceso a los jugadores, organizando un día de encuentro con los futbolistas, tanto en Madrid como en Barcelona, que permita vender mejor el producto. "Sin Messi y sin Cristiano sigue siendo el mejor partido del mundo, mejor que cualquiera de la Champions", explicaba estos días Samuel Eto'o en un evento en Italia. "Continua teniendo mucho magnetismo. Los últimos años todo el mundo ha tomado partido por el uno o el otro, creando vínculos que siguen aunque se vayan jugadores buenos", dice Lineker.

Ansu, titular

Durante años, la magia del clásico era que aspiraban a todos. Ahora parece un juego cruel en el que quien pierda quedará muy tocado sobre el terreno de juego, como si fuera el circo romano. Koeman, que parecía listo para sentencia, ha salvado dos pelotas de partido contra el Valencia y el Dinamo, apostando por un 4-3-3 en que Sergiño Dest hace de extremo. Ansu Fati tendría que ser titular, tras descansar 45 minutos contra los ucranianos, en un partido en el que Jordi Alba se ha recuperado de las molestias que tenía. Koeman, consciente de que un clásico es uno de aquellos partidos en el que perder de manera vergonzosa puede hacer caer entrenadores, tendrá que decidir si sigue por el camino de los últimos días o le entra el miedo y recupera el 5-3-2. Su Barça no defiende bien. Y el Madrid de Ancelotti sabe atacar, de hecho. La parte buena es que el Madrid tampoco brilla en defensa, ahora que se han ido Ramos y Varane. Koeman, todavía sin Araujo, Pedri, Dembélé y Braithwaite, también tendría que poder dar más minutos al Kun Agüero el día en que Gavi se tendría que estrenar en un clásico. "Es importante ganar, y nos daría mucha confianza con todos los cambios que estamos haciendo y con los jóvenes que están entrando", decía en la previa Koeman.

Koeman, que no tiene buenos recuerdos de los duelos contra Ancelotti como jugador, y tampoco como técnico (el Milán del italiano ganó tres de cuatro duelos con el Ajax de Koeman), todavía no ha ganado ningún clásico en el banquillo, puesto que perdió los dos primeros. Ahora bien, Ancelotti tampoco ha ganado nunca en el Camp Nou como técnico, ni con el Milán, ni con el PSG, ni con el Madrid. Uno de los dos podría cambiar la dinámica, pues, en un partido en que los blancos llegan con las bajas de Bale, Isco y Jovic. El técnico de Reggio Emilia sí que recupera a Hazard, destinado a ser suplente, y a un Benzema que ejerce de líder en el Madrid con sus goles. El Madrid lleva tres años sin perder en el Camp Nou, por cierto. La última vez fue aquel 5-1 que acabó con Lopetegui.

El partido será çde reencuentro en un palco de dos presidentes que se conocen bastante, Laporta y Florentino, enfrentados en tantas cosas y aliados en el proyecto de la Superliga. El clásico del regreso de muchos espectadores, a pesar de que en el Camp Nou tienen miedo de no poder llegar a tener una buena entrada, entre los precios, que muchos abonados se adhirieron a no pagar este año el carné y que no hay tantos turistas. "No sé si la gente tiene desconfianza, pero nosotros no. No hay un claro favorito. Jugamos en casa, tenemos a la gente a nuestro lado. No tengo miedo", decía Koeman, pidiendo el apoyo de la gente, pero consciente de que todavía no todo el mundo se acaba de creer su proyecto. Un clásico de compás de espera, a la espera de ver si durante la próxima temporada hay caras nuevas, como Mbappé. Los nombres pasan, pero esta rivalidad centenaria continúa siendo especial.

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