Barça

Las consecuencias de vivir a la sombra del Camp Nou

El Palau Blaugrana continúa sin proyecto cerrado y sin que se coloque la primera piedra

Imagen virtual del nuevo Palau Blaugrana, a la espera de la presentación del proyecto definitivo
13/03/2025
5 min
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BarcelonaMucha gente habla del Espai Barça para referirse sólo al proyecto de remodelación del Camp Nou. Como si se hubiera olvidado que esta reforma integral de los equipamientos del club también incluye al Palau Blaugrana. Al menos, esto se ha vendido a los socios desde el referendo del 2014. Pero la realidad es que el pabellón siempre ha quedado en segundo plano. Nunca ha sido prioritario y ha visto cómo el resto de construcciones –básicamente, Johan Cruyff y Camp Nou– le pasaban la mano por la cara. Tanto es así que, más de una década después de que los socios votaran , el proyecto aún no está terminado, las obras no tienen una fecha de inicio definida y no está claro de dónde saldrá el dinero para pagarlo.

"¿El Palau? ¿Lo empezaremos cuando podamos", decía en febrero Joan Sentelles, jefe de operaciones del Barça en la sesión informativa con socios. Respondía sin demasiada fe, consciente de que la historia del nuevo Palau pasa por una lista bastante extensa de contratiempos, aplazamientos y cambios. Por no hablar del debate interno sobre si realmente valía la pena hacerlo nuevo o si era mejor enviar al equipo de baloncesto a jugar en el Sant Jordi. "El Palau se hará, el problema es que no podemos concretar cuándo", admite la cúpula del Barça. TAC Arquitectes y HOK Internacional, los despachos que ganaron el concurso de arquitectura, aún no tienen terminado su proyecto definitivo. Hace un año, el club decía que estaría a finales del 2024. Después, en el primer trimestre del 2025. Y ahora sólo se aventuran a garantizar que se presentará en público antes de que acabe la temporada.

Cambios y adaptaciones en el proyecto del Palau Blaugrana

La propuesta definitiva se mantiene en secreto y en el Barça admiten que habrá cambios respecto a la maqueta ganadora, aunque se "mantendrá su esencia". Tendrá una capacidad aproximada de 15.000 espectadores por encima de los 10.000 proyectados inicialmente. Aunque también se disparará el precio: tenían que ser 90 millones, pero el club, con la llegada de Joan Laporta al palco, reformulaba los números y subía su coste hasta los 420: se construía en el mismo recinto un Petit Palau para los partidos de menor afluencia, una pista adicional de entrenamiento y una pista de hielo.

Durante mucho tiempo, la junta de Josep Maria Bartomeu había dejado el pabellón en hibernación mientras hacía correr entre bambalinas que el problema estaba en la construcción de la estación de la línea 9 del metro. Decían que hasta que no se terminara la parada del Camp Nou, no se podrían empezar las obras. Pero Sentelles, en la sesión participativa de este febrero, lo negó. De todas formas, hay dos condiciones previas que deben resolverse. Una, que el recinto debe edificarse donde antes estaba el Miniestadi, espacio que se ha convertido provisionalmente en la cantera de la reforma del Camp Nou. Y la otra, la financiación.

Imagen virtual del interior del nuevo Palau Blaugrana, a la espera de la presentación del proyecto definitivo

Como explicó el AHORA, el fondo de titulización que firmó el Barça con Goldman Sachs para la financiación del Espai Barça no incluía la construcción del Palau Blaugrana. En el documento, de quinientas páginas, tan sólo se le mencionaba para decir que se permitía gastar parte de los casi 1.500 millones del crédito para realizar el estudio previo. Nada más. Esto ya provocó la denuncia de unos socios que se sentían engañados. La versión del club, argumentada en su día por Eduard Romeu, antiguo vicepresidente económico, es que en el momento de firmar el préstamo no podían garantizar cuándo se construiría el pabellón. Así que lo dejaron todo apalabrado con los inversores: la financiación saldría del dinero sobrante del estadio. Una versión que los expertos en finanzas ponen en duda porque una cosa es lo que se dijo en un despacho y la otra lo que consta en los documentos firmados. Sea como fuere, Romeo también admitía que probablemente no sería suficiente con las sobres del Camp Nou y habría que pedir un crédito extra. Por eso el club valoraba, también, revisar el presupuesto a la baja, dejándolo alrededor de los 300 millones y haciendo los recortes pertinentes al proyecto.

La última propuesta del Barça: empezar las obras del Palau Blaugrana a finales del 2025

En julio del año pasado, Josep Cubells, secretario de la junta y directivo responsable del baloncesto, dijo a los cuatro vientos que en febrero del 2025 debía colocarse la primera piedra del Palau. Unas palabras que le costaron un buen estirón de orejas interna porque, según las fuentes oficiales, "había hablado sin conocimiento de causa". Pero la realidad es que Cubells hablaba según la previsión que había publicado el club unos meses antes y que auguraba empezar los trabajos de construcción entre enero y febrero del 2025. La última actualización se cura en salud: no pone fecha a la primera piedra y dice que las obras serán a partir del cuarto trimestre de 2025. Una fecha que, según las fuentes consultadas por este diario, es muy poco probable que se cumpla por la dificultad de simultanear los trabajos en el Camp Nou con los del Palau.

Josep Cubells hablando con Darío Brizuela en su visita a las obras del Camp Nou.

Los primeros esbozos publicados del Palau dibujan un recinto polideportivo, pero también dejan entrever que será un gran escenario para los conciertos. Por eso, una de las gradas del fondo de la pista es más ancha que la de los laterales: basta con imaginar sacar las cestas e instalar un escenario en medio de la pista. La idea es que el recinto acoja conciertos y eventos indoor, los partidos de baloncesto (ACB y Euroliga) y los de Champions de balonmano. El resto de secciones, si no hay contraorden, jugarán en el pabellón anexo, que tendrá unos 2.000 asientos.

La posibilidad de reconvertir el Palau en una sala de conciertos no es nueva. De hecho, era una de las ideas que más atraían a los inversores, porque daba un uso alternativo y abría otras vías de negocio en el pabellón, dando más garantías a la hora de devolver un hipotético crédito. Además, en los despachos aseguran que Spotify ha mostrado interés en renovar el patrocinio con el Barça para dar nombre al recinto –pasaría de llamarse Spotify Palau Blaugrana o, simplemente, Spotify–. Un intercambio que les saldría a cuenta por su asociación con la música. En cambio, la idea no gusta tanto ni al Ayuntamiento ni a BSM, porque supone una competencia directa con el Palau Sant Jordi. Pero esto ya es harina de otro costal.

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